El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Messi; El número 10; Pelé; Zidane

Circuló esta semana un vídeo de una charla entre Messi y Zidane, una delicia para los oídos de todos quienes disfrutamos del fútbol. Les preguntaban por el significado del número 10. Messi relacionaba el número con Maradona, como no podía ser de otra manera. Zidane concuerda que, de pequeños, todos querían la 10. Ambos lo definen: el 10 es el jugador diferente. La discusión toma una ruta algo sorprendente: “hoy no sé si es tanto” dice Messi. Zidane parece estar de acuerdo. Son dos genios del fútbol, pero considero que el 10 los sobrevivirá.

Zidane, sobre el 10 dice, que el “10 no es tan importante” hoy en día. La conversación deriva en los diferentes planteamientos tácticos, y afirman que, en tales circunstancias, ningún jugador ocupa la posición del 10. Pero yo, desde pequeño, he venido escuchando que el 10 es una especie en extinción.

El 10, vale recordar, tiene su origen mítico en el número que utilizó Pelé en el mundial de Suecia 1958. En los mundiales, otorgar un dorsal para lucir en todo el torneo se estrenó en Suiza 1954. Pinga, quien alcanzó a marcar en el primer partido ante México, fue el 10 de Brasil en ese mundial. No es, sin embargo, un jugador que haya quedado marcado en la historia de los mundiales.

De cara a Suecia, el jefe de la delegación carioca olvidó enviar la lista de los dorsales a la FIFA. Así que fue la Conmebol quien asignó los números de la selección brasileña. ¡A Pelé le tocó el 10! En México 70, Brasil jugó con cinco dieces, Pelé era el 10 del Santos, Tostao del Cruzeiro, Rivelino del Corinthians, Jaizinho del Botafogo y Gerson del Sao Paulo. Pero el número 10 lo llevó el más grande, Pelé.

La historia se repetiría en España 82, con un fútbol similar, pero incomprensiblemente sin el mismo resultado. Brasil llegó a la península ibérica presentando un medio del campo con Toninho Cerezo, Falcao, Sócrates y Zico. Nuevamente, el 10 lo lució el mejor, Zico. Mientras tanto, al sur surgía otro 10 incomparable: Diego Armando Maradona.

A finales de los 80 es cuando recuerdo comenzar a escuchar aquello de que el 10 era una especie en vías de extinción. Quizás la nostalgia de que, además de Zico y Maradona, otros grandes dieces apuntaban ya al retiro. En Francia, Platini lució orgulloso la 10, mientras que en Uruguay lo hacía Francescoli, el ídolo de Zidane.

Pero en los noventa hubo otros grandes números diez, por ejemplo, Carlos “el Pibe” Valderrama, famoso por combinar un trote lento, con una velocidad mental única. Tras el retiro del Pibe, muchos nuevamente, hablaban del final de la figura del diez. Llegaron Aimar, Ronaldinho, Riquelme, los mismos Messi y Zidane o nuestro James. Quizás, haciendo la lista, lo que uno ve, es que ese jugador diferente, que piensa más que corre, tiene corte sudamericano. Pero mientras haya fútbol por acá, creo yo, habrá siempre un 10, son eternos.

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