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Tags: Millonarios; Campeón 2023-1; Alberto Gamero; Copa Sudamericana; Proceso

El Millonarios de Alberto Gamero quedó campeón de liga 2023-1. Es el resultado de un proceso que tardó más de lo que los hinchas quisieran. Pero deja algunas lecciones. En medio de las celebraciones, en alguna entrevista, Gamero decía: “¿En Colombia por qué no se premia al segundo? Es que llegar al segundo puesto no es fácil y aquí pasa desapercibido y el subcampeón no vale nada. Y tiene que valer porque la final la gana uno sólo”. Sabías palabras.

La opinión de Gamero contrasta con aquella idea tan argentina de que “las finales no se juegan, se ganan”. La frase ignora lo obvio. En toda final, mientras uno celebra, el otro llora. Así ha sido siempre, pero parece que lo hubiéramos olvidado. Unos equipos luchan por ganar, otros por estar arriba, y algunos por no descender. La grandeza está en competir en el sentido de Guardiola, aquel proyecto de largo plazo buscando superarse, estar arriba y eventualmente ganar. Es lo que se llama un proceso, aquel que en lo deportivo ha liderado Gamero en Millonarios en los últimos tres años.

Pero la memoria colectiva se construye a partir de los relatos de quienes triunfaron y cómo lo lograron. Esto lleva a olvidar, con más frecuencia de la que uno quisiera, que la vida está llena de fracasos. El deporte también. Famosa es la frase de quien para mí es uno de los tres más grandes atletas que ha dado la humanidad. Michael Jordan, ganador donde los haya, nos recordaba en alguna ocasión que “fallé más de 9000 disparos en mi carrera. Perdí más casi 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron en tirar el disparo decisivo y lo fallé. He fallado una y otra vez en la vida. Es por eso, precisamente, por lo que he triunfado”. El fracaso, la derrota, no sólo es parte de la vida, es también parte de la ruta al éxito.

Ningún proceso, por supuesto tiene garantizado el éxito. En el Mundial 1958, la selección francesa, la de Kopa, Piantoni y Fontaine, goleaba a todo el que se les arrimara. Once goles en primera fase, cuatro en cuartos de final y tres en semifinales. De malas ellos, en semifinales toparon contra la Brasil de Pelé y Garrincha. Perdieron. Los suplentes querían jugar el partido por el tercer puesto. Albert Batteaux, entrenador de los galos, fue contundente: “este partido tenemos que ganarlo para que Francia pasé a la historia del Mundial del 58 en el lugar que merece”. Le metieron seis a Alemania.

Un proceso como el que adelantó Millonarios tiene más probabilidades de éxito en un formato de liga como el que se utiliza en Europa. No en vano, nos recordaba también Gamero, Millos logró 91 puntos en 2022. Estaba ahí, compitiendo, pero apenas le alcanzó para entrar a Copa Sudamericana. Por eso el segundo puesto importa. Los títulos se definen por pequeños detalles, más en formato de Copa. Guardiola, él precisamente, celebra su Champions, entre otras cosas gracias a que el Inter falló goles prácticamente hechos. Así como un año antes, de manera increíble, el Real Madrid los había eliminado en semifinales.

A Millonarios, sin embargo, lo eliminaron de Sudamericana apenas unos días después. La adrenalina competitiva se había agotado el día de la final ante Nacional. Fue como hacer una prueba menor después de los exámenes finales. Fracasos hay, lo importante es mantener la tendencia creciente. Impulsar el proceso para siempre competir. ¿Ganar? Eso está en manos de los dioses del fútbol.

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