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Algo tiene Senegal con la Copa del Mundo. Sólo ha jugado dos. En la primera, en 2002, terminó segundo de grupo. Derrotó al vigente campeón del mundo, Francia y empató con Dinamarca y Uruguay. Este último en un partido emocionante, 3-3, aquel en el que si mi memoria no me falla Morales se comió un gol de cabeza en el área chica, con el arquero ya en el suelo. En su segunda copa, en Rusia 2018, Senegal marcha invicto. Ante Colombia, como ante Uruguay 16 años atrás parte con ventaja. Un empate los clasifica. Aunque a Colombia le puede servir el empate, una victoria la clasifica a segunda ronda. Sin depender de terceros.

Senegal no es un equipo particularmente estructurado. A lo largo de este mundial hemos visto varias gráficas de redes de diferentes equipos, de Polonia por ejemplo. En general suelen presentar cierto orden, particularmente cuando se analizan por cada tiempo. La de Senegal en el primer tiempo contra Japón (Figura 1) se parece mucho en la forma a las del partido que disputó contra Polonia. Un equipo con mucho movimiento por las bandas, pero sin un jugador que organice el equipo y logre conectar las dos bandas claramente diferenciadas: Mané, y Sabaly por izquierda, y Niang, Sarr, y Wagué por derecha. El jugador central en la red de pases ajustada por dificultad no fue Mané, la estrella del Liverpool. El jugador por el que pasaron los balones más difíciles con mayor probabilidad de éxito fue Wagué, jugador de la liga belga. Ello no habla bien del equipo, aun cuando Mané logró abrir el marcador ante Japón.

En el segundo tiempo ante Japón, Senegal logró estructurarse mejor, el equipo lució más compacto (Figura 2). Japón, recordemos, fue un equipo más incisivo, se negó a la derrota y ello (y seguramente la charla táctica del entretiempo) obligó al equipo africano a densificar la red de pases para trabajar más en conjunto. Aunque Sabaly fue el jugador central de la red de pases, Mané logró importantes conexiones con el otro lado del campo sin descuidar la banda izquierda. En otras palabras estuvo más participativo y arriesgó más.

Quizás sea la falta de orden lo que hace que la mayor parte de las ocasiones de peligro que le han generado a Senegal sea por un pase incorrecto o una pérdida de balón.

En cualquier caso, mirando las gráficas de goles esperados, suele permitir unos cinco disparos desde dentro del área (Figura 4). Con 11,5 disparos en contra por partido, permite apenas un disparo adicional a los que ha permitido la selección colombiana.

Hay una particularidad interesante en el juego de Mané. Como se observó en las redes de pase, y como muestra la Figura 4, suele moverse por el lado izquierdo. Es allí donde recibe los pases. Conecta mucho con Gueyé y Sabaly, en campo propio.

La particularidad de Mané es que llegando por izquierda, tanto ante Polonia (Figura 6), como ante Japón (Figura 7) Mané crea peligro por el centro del área e incluso llegando por derecha. Es por tanto cuando el jugador del Liverpool se tira al centro o se cambia que crea más peligro.

Adicional al modelo de goles esperados y al índice de rendimiento de jugadores, también hemos desarrollado un modelo que cuantifica a los porteros del mundial. Se basa en la probabilidad de que un disparo sea gol, la relación entre el número de paradas y goles concedidos, y el porcentaje de pases correcto. Como referencia, a la fecha, el mejor arquero del mundial es Schmeichel, el danés. En la fecha 2, el arquero senegalés estuvo entre los 5 peores de la jornada, apenas encima de Willy Caballero, el argentino del regalo a Croacia. Ospina, en contraste, ante Polonia, quedo en el puesto 12 de esa segunda jornada. El rendimiento de N’Diaye, y recordando su estrepitoso fallo ante Japón, invita a que Colombia utilice toda su artillería ante Senegal.

Como escribimos antes del mundial, el Grupo H era una trampa. Cuatro países felices por el grupo, pero la falta de superpotencias y de cenicientas lo hacía un grupo complicado. Colombia aprendió de la forma más dura en la primera jornada, ante Japón. Pero mejoró sustancialmente ante Polonia. La red de pases del primer tiempo ante los europeos (Figura 8) muestra un equipo equilibrado, apoyado en Cuadrado, y con Quintero y James conectando como seguramente Pekermán les ordenó en el vestuario. La conexión de Cuadrado, Quintero, James y Falcao tiene el potencial para ser una de las combinaciones más goleadores del mundial. Llegando por el centro, por ese “hueco” de los senegaleses, Colombia tiene todas las opciones de lograr esa ansiada victoria que abra el camino hacia la segunda ronda. Allá, la historia estaría por escribir.