Tags: Mundial Rusia 2018; Argentia vs Croacia; Argentina vs Islandia; Lionel Messi; Sampaoli
El partido de Messi ante Croacia en este Mundial de Rusia 2018 va más allá de la mediocridad de entrenador que tiene la selección argentina. El pobre desempeño va más allá del poco acompañamiento que le brindan los compañeros. El Messi del partido ante Croacia es un gran futbolista envuelto en un proceso depresivo. Veamos las cifras e intentemos entender qué sucedió.
Messi, ya sabemos, corre poco. El Cuadro 1 muestra lo que Messi ha corrido con y sin balón en los partidos que ha disputado durante los últimos dos mundiales. A veces las cifras aclaran los engaños de la intuición. A Messi lo vi parado en el partido contra Croacia. Sin embargo, resultad que sin balón corrió más que en el primer partido ante Islandia. Incluso más que el promedio de los últimos 9 partidos disputados por campeonato mundial. Ante Croacia el problema fueron sus carreras con balón, a la larga el activo más importante del argentino. Apenas una internada al área en los 90 minutos. En los nueve partidos contabilizados, su promedio de kilómetros recorridos con el balón en los pies fue de 3.77 kilómetros. Ante Islandia con balón lo intentó. Ante Croacia no se dignó. De hecho, sólo ante Bélgica, en cuartos de final de Brasil 2014 corrió menos con el balón en los pies. El dato del partido ante Nigeria hay que matizarlo porque apenas jugó 63 minutos -¡aun así, sin balón corrió más que ante Islandia!- Pero el fútbol no es atletismo, así que miremos otras métricas.
El problema de Messi ante Croacia fue más allá de las distancias recorridas. Messi apenas participó. Más allá de la eterna manía de sus compañeros de negarle el balón, en esta ocasión parecía resignado a ser despreciado por jugadores a los que, en condiciones normales, él podía engrandecer. La Figura 1 muestra la posición desde la que hizo los 32 pases en el partido. La mayoría de los muy poquitos pases (ante Islandia hizo exactamente el doble, 64 ) los hizo desde lejos, muy lejos del área. Messi estaba ubicado muy cerca del círculo central (Figura 1).
Messi estuvo muy alejado del área. Más cerca estuvo en el juego ante Islandia (Figura 2). Es cierto, sin embargo, que la cercanía de Messi se debe al repliegue voluntario de los nórdicos. Uno no para de preguntarse cuál será la indicación táctica de Sampaoli para Messi.
¿Tan diferente es su juego con el Barcelona? Revisemos el mismo mapa de calor en el juego que más importa, ante el rival más difícil, el Real Madrid (Figura 3). Nótese que su posición en el cuadro catalán es más retrasada que ante Islandia y algo más adelantada que ante Croacia. La gran diferencia radica en el volumen de juego. La nube de puntas es notoriamente superior. Ante Islandia, con quien más conectó fue con Enzo Pérez, apenas ¡7 veces! Ante Islandia su destino preferido fue el Kun Agüero, 18 veces, las mismas que con Rakitic en aquel clásico ante los blancos de Madrid.
Los mapas de calor de recepción son tristes para los que admiramos a Messi. La Figura 4 muestra a un futbolista al que apenas encontraron sus compañeros. Combinando este mapa de calor con el Cuadro 1 se concluiría que Messi corrió más pero buscando alguien que le diera un pase. Messi, el mejor futbolista del mundo recibió 14 balones buenos. Si contabilizamos las 3 malas recepciones, quiere decir que a Messi lo buscaron en promedio una vez cada 5 minutos. Quizás por ello fue que corrió más sin balón. Fue un futbolista perdido cuyos compañeros no buscan y que, visto el partido, él tampoco hizo mucho para que lo vieran.
Ante Islandia la nube de puntos es muy diferente (Figura 5). Sus compañeros lo buscaron mucho más. Pero más que sus compañeros, fue su amigo y excompañero en el Barcelona, Javier Mascherano. Ante Croacia Mascherano, recuerdo una jugada en particular, decidió pasar por su lado sin entregarle el balón. ¿El resultado? Todos ignoran al tímido. No comparto la gráfica ante el Barcelona para no abrumar al lector. Sólo diré que en ese partido Rakitic le hizo 12 pases, Busquets 10 e Iniesta 7. Aquel clásico, recordemos, terminó 2-2 con Messi como uno de los grandes protagonistas.
La actitud depresiva de Messi se refleja en la invisibilidad de sus acciones ofensivas (Figura 6, panel de la izquierda). Enfrentando a los croatasapenas logró un disparo que fue bloqueado. Un remate que estando fresco sin duda habría picado y hoy estaríamos hablando de la genialidad del crack argentino. Ese triste disparo estuvo lejos, lejísimos de los 11 disparos que realizó ante Islandia. La efectividad, eso sí, fue la misma.
El problema de Lionel Messi con Argentina, en este mundial en particular, parece mental. Su nivel futbolístico hace sólo un mes era más que aceptable. Cierto que Sampaoli es un entrenador pequeño. Cierto que sus compañeros no lo acompañan. Cierto que desde Higuita en 1990, un portero no cometía un error como el que Caballero cometió ante Croacia. Higuita, eso sí, al menos tenía carisma.
En cualquier caso, también es cierto que en el partido contra Croacia, Messi se metió en el cascarón y simplemente decidió no salir. Messi parece estar mentalmente frágil. Quizás fallar el penal ante Islandia lo haya afectado más de lo que los hinchas hubiésemos creído posible. Quizás estén ocurriendo cosas que el gran público desconoce. Cualquiera sea el caso, la realidad es que además de un entrenador nuevo, la selección albiceleste necesita un sicólogo con poderes mágicos. Alguien que rescate el talento de Messi de ese oscuro agujero negro en que se encuentra desde que llegó a Rusia.