Tags: Pases; Pases en el último tercio; Recuperaciones de balón; Control del balón; Fase de Grupos; Copa Libertadores 2018; Millonarios; Atlético Nacional; Santa Fe; Junior de Barranquilla
Acabó la primera fase de la Copa Libertadores 2018 con un sobresaliente para los equipos argentinos y brasileños. Todos menos uno, el Vasco da Gama clasificaron. Éste quedó tercero detrás de un equipo brasileño y otro argentino. Colombia, con cuatro representantes, apenas clasificó al Atlético Nacional. Los otros tres, a gatas, clasificaron a Copa Sudamericana, es decir, fueron terceros del grupo. ¿Por qué ese fracaso colombiano? ¿Por qué son exitosos los equipos brasileños y argentinos? ¿Será un problema de camiseta? El ejercicio que hacemos hoy desvela con cierta claridad los porqués. Simplemente juegan mejor al fútbol.
El fútbol es simple. Consiste en marcar goles y evitar que te los marquen. Para celebrar un gol, hay dos opciones básicas. O se tiene la habilidad de pasar bien el balón, con suficiente sentido para que eventualmente un compañero quede bien posicionado ante el arco rival, o se es capaz de recuperar el balón. Como corolario a esto último, se deben cometer pocos errores. Un mal control del balón es una oportunidad para que el rival, si es lo suficientemente hábil en el pase, genere peligro en el arco propio.
A continuación evaluamos la capacidad de pasar, controlar y recuperar que tuvieron los equipos durante la primera fase de la Copa Libertadores 2018. Considere la Figura 1. Compara el número de pases acertados por cada pase errado, y el número de controles errados. Más que una correlación, estamos interesados en caracterizar a los equipos clasificados, a los eliminados, y a los equipos colombianos. Nacional, cabe aclarar, fue primero de su grupo. Junior, Millonarios y Santa Fe, como terceros, van en busca de la otra mitad de la gloria, la Sudamericana, un torneo menor.
Los promedios son por jugador. Por tanto, un jugador de Nacional, en promedio, acierta 7,7 pases por cada uno que erra. Uno de Junior 5,6, de Millonarios 3,3 y de Santa Fe casi 3. Los equipos de Bogotá menos de la mitad que el equipo paisa. Diciente. Si nos detenemos en el eje vertical, los equipos clasificados tienden a acertar más que los equipos eliminados. Junior, una excepción notable. Pero Junior, como Millonarios y Santa Fe tiende a erra mucho en el control de balón. Sin embargo, la Figura 1 sugiere que no es necesario controlar tan bien el balón para clasificar. Mucho rojo tiene pocos fallos en el control de balón. Paradójico.
La Figura 2 descifra la paradoja. Siete de los 8 equipos que clasificaron primeros tiene muy pocos controles malos. La excepción es River Plate, compañero de grupo de Santa Fe y que no es el gran conjunto de otros torneos. Los segundos de cada grupo, respecto a los equipos eliminados, no sobresalen particularmente en el control de balón, pero sí tienden a acertar más en el pase.
La Figura 3 detalla aún más el panorama, pues permite identificar a cada grupo. En 6 de los 8 grupos el equipo que quedó primero fue quien más pases correctos tuvo. En el grupo H, Palmeiras y Boca tuvieron esencialmente un número igual (muy cerca Junior, vale apuntar). La excepción fue D, el de Santa Fe, en el que Flamengo tuvo más acierto en el pase, pero terminó detrás de River Plate. El fútbol, afortunadamente, no es completamente predecible.
La importancia de las variables consideradas se aprecia a la luz de las líneas punteadas. Salvo el River Plate, todos los equipos que quedaron primero tuvieron menos errores que el promedio de participantes en el control del balón. De los 13 equipos que acertaron más en el pase que el promedio, 10 pasaron a segunda fase de la Copa Libertadores. El balón hay que acariciarlo, no castigarlo.
Hemos estado analizando pases totales, en cualquier lugar del campo. Analicemos la capacidad de acertar el pase donde pica: en el último tercio del campo. La Figura 4 es contundente. 9 de los 11 equipos que más aciertan pases en el último tercio clasificaron a la siguiente ronda. La excepción Junior (que parecía tener equipo para mucho más) y Bolivar, siempre peligroso jugando de local.
El indicador de recuperaciones, la habilidad de evitar el ataque rival desposeyéndolo del balón, es también muy diciente. Con la excepción de Millonarios, los equipos que más recuperan balón clasificaron a la siguiente ronda. En el caso azul el esfuerzo defensivo no se corresponde con la habilidad en el pase en el último tercio. Note el cuadrante superior derecho. Los mejores equipos en pases en el último tercio y en recuperación pasaron a la siguiente ronda.
Hay, por supuesto, excepciones. Libertad, en un grupo con Atlético Tucumán, Peñarol (a años luz de lo que fue), y The Strongest de Bolivia, clasificó primero con pocas recuperaciones y pocos acierto en el pase en el último tercio. Sin duda los rivales de grupo colaboraron para que esta “anomalía” resultara exitosa. Pero no le auguraría un gran futuro en la Copa.
Las cifras son claras. Los que pasaron, pasaron porque fueron mejores. Mejores son los que saben pasar el balón, quienes lo controlan bien y aquellos que saben recuperar. Hay sorpresas, pero la tendencia es clara. En la Copa Libertadores la mediocridad no paga.