Colombia, rumbo al Mundial de Francia 1998, voló durante la primera ronda de la fase eliminatoria. Sin Brasil, clasificado de antemano por ser Campeón del Mundo, ganó cinco y empató dos partidos de los primeros siete que disputó.

En Barranquilla derrotó con superioridad a Paraguay (1-0), Uruguay (3-1) y Chile (4-1). De visita ganó en Quito (0-1), y Venezuela (0-2) y empató en Lima (1-1) y Bolivia (2-2). Sobrados en la clasificación. Tras la octava jornada en la que le tocó descansar, a Barranquilla llegó Argentina. Un disparo sin ningún peligro del ‘Piojo’ López en el minuto 10, cogió tan dormido a Mondragón que correteó la pelota hasta adentro de la red colombiana. Los comentaristas de televisión sólo cantaron el gol cuando vieron a Mondragón agarrarse la cabeza y al Piojo gritando gol en un estadio que no entendía lo que pasaba.

El partido ante Argentina fue un punto de inflexión. Se perdió en Asunción (2-1) y nuevamente en Barranquilla de local ante Perú (0-1). En Montevideo se empató 1-1 gracias a un gol rarísimo de Ricard que de espaldas a la portería metió el balón, aparentemente, con el empeine del pie. Descache u obra de arte, lo cierto que el punto dio aire a Colombia.

La siguiente escala fue en Chile que nos empacó cuatro goles. Tres partidos de local ante las débiles Ecuador, Bolivia y Venezuela dieron la clasificación a un Mundial por tercera vez consecutiva. Colombia cerró en Argentina con un empate a uno.

Esa Colombia giraba en torno al veterano ‘Pibe’ Valderrama, Rincón y Asprilla. . Mondragón, a pesar del falló aquel, era un gran arquero y se tenía una robusta pareja de centrales con  Bermúdez (luego triunfador en Boca Juniors) e Iván Ramiro Córdoba (quien ya triunfaba en San Lorenzo). Al llegar a Francia, inexplicablemente el ‘Bolillo’ Gómez decidió que debía jugar el ‘Shaka’ Palacios en reemplazo de I.R. Córdoba. Era un futbolista que según él mismo relató alguna vez debió llamar a Oscar Córdoba el primer día que intentó bañarse en un hotel europeo porque “las duchas tenían gran cantidad de botones y llaves” y no consiguió que saliera agua. Su experiencia europea era nula.

Ya en Francia, ante Rumania se perdió, ante Túnez se ganó sin mucho alarde y ante Inglaterra, a pesar de las lágrimas de Mondragón, nunca hubo chance. En medió quedaba la expulsión de Asprilla del grupo quien ya no era el de los años dorados en el Parma.

La última victoria de Colombia en la eliminatoria rumbo a Rusia 2018 fue en marzo del 2017, un 0-2 en Ecuador que a falta de cuatro partidos dejaba a Colombia con medio pie en el Mundial. Como 20 años atrás, la selección terminó en fase decreciente. Los problemas no parecen ser de grupo, sino de falta de fútbol y, también, quizás de escasa renovación. El grupo actual es la base del Mundial de Brasil, con el agravante de que varios no juegan con regularidad en sus clubes. Ospina el ejemplo más notorio. Pekerman ha demostrado ser fiel a su grupo de jugadores, eso no es reprochable. Pero previendo que quizás uno, dos o tres de los intocables no lleguen en condiciones futbolistas óptimas a Rusia, los partidos amistosos deben servir para explorar alternativas.  De la historia hay que aprender.