Una milagrosa remontada en la última fecha permitió que Honduras clasificara al repechaje rumbo al Mundial de Rusia en el verano del 2018. No sería la primera vez que el equipo catracho juegue un Mundial. En su debut, en 1982, el mundo vio con sorpresa como empataban ante España, dueña de casa. Otro empate ante Irlanda del Norte les abría las puertas de la segunda ronda. Pero Yugoslavia acabó con el sueño. Las otras dos participaciones futbolísticas no han resultado tan emocionantes: eliminados tras los dos primeros partidos. Pero la vida son ilusiones. Con Jorge Luis Pinto a la cabeza (el hombre que hizo milagros con Costa Rica en Brasil 2014), Honduras busca ganar el repechaje ante Australia. para jugar en Rusia 2018 su cuarto mundial.

Ante Australia enfrentará a un equipo que cansado de ser obligado a jugar repechaje contra un equpo de sudamérica (y salvo ante Uruguay en 2006, quedar eliminado), decidió cambiar de federación de cara al Mundial de 2010. Desde Asia clasificó a Sur África y a Brasil. A Rusia sólo puede llegar tras otro repechaje. Esta vez tendrá que viajar a Centroamérica.

En el hexagonal final de la Concacaf, Honduras terminó cuarta con 13 puntos (igual que Panamá), con 13 goles a favor y 19 en contra. El menos seis en la diferencia de goles la mandó a repechaje pues Panamá acabó con menos uno. Estados Unidos que debía ganar a Trinidad y Tobago para garantizar un cupo en el Mundial, terminó con 12 puntos, insuficientes siquiera para repechaje.

El número de pases dice mucho sobre la velocidad a la que juega un equipo. El equipo mexicano con 380 pases por partido fue el más rápido del hexagonal. Honduras con 240 pases por partido apenas supera a Trinidad quienes realizaron 237 pases por partido. De esos pases que realiza, en promedio el 24% de los pases los hizo en el último tercio, el 51,6% en la mitad del campo y el 24,4% en el primer tercio. Honduras tiene la particularidad de ser un equipo que toca relativamente poco el balón en el segundo tercio del campo. Sólo Panamá (49.3%) mostró menos intención de pase en la mitad del campo que Honduras.

Veamos en detalle la faceta ofensia del juego de Honduras. Como cabría esperar, la Figura 1 muestra que la mayor parte de las jugadas de peligro las genera Honduras llegando al toque. Destaca (y quizás debería preocupar) que el segundo rubro es el rebote. Es decir, 1 de cada 5 jugadas de peligro que genera Honduras no son fruto directo del trabajo del equipo, sino consecuencia de la fortuna, algún rebote que los favoreció.

Honduras realizó 82 disparos durante el Hexagonal. México, quien más disparos ejecutó, hizo 119. Panamá rozó los 100 disparos (99) y Costa Rica y Estados Unidos hicieron 86. Es decir, salvo Trinidad y Tobago (que disparó 65 veces), nadie realizó menos disparos al arco que los hondureños. La efectividad (1 gol cada 6.8 disparos) fue relativamente alta si se nota que sólo Estados Unidos (5,11) y Costa Rica (6,1) requirieron menos disparos para marcar un gol. La Figura 2 no muestra un patrón particular en las jugadas de peligro de Honduras sobre el arco rival. Los disparos al arco están uniformemente repartidos entre disparos dentro del área y fuera, y de derecha e izquierda Los goles, en su mayoría se consiguen en jugadas dentro del área.

Lo anterior se corrobora en la Figura 3 donde se observa que los goles llegan en jugadas dentro del área.

Mas interesante es la Figura 4 que muestra que el peligro de Honduras llega por el lado derecho. Es decir, el ataque catracho está fuertemente escorado a la derecha. Las redes de pase de los partidos que se muestran abajo confirman el análisis, tanto en la debacle ante Estados Unidos como en el decisivo cotejo ante Honduras.

La red de pases de la Figura 5 representa la posición promedio de los jugadores durante el partido que jugaron ante Estados Unidos. Las líneas que conectan los jugadores son el número de pases entre cualesquiera dos de ellos.

La red, quizás no deba ser sorpresa, no es simétrica como la que encontramos en el análisis del Manchester City. El equipo hondureño ante Estados Unidos tuvo tres jugadores que poca participación tuvieron en el campo rival (los dos Figueroa y Alvarado). Sin embargo, el sesgo a la derecha que ya se encontró anteriormente es notorio en la gráfica. Especialmente relevante es el papel de Beckeles, hombre fuertemente conectado con Henry Figueroa desde atrás y con Najar y, cuando entraron, Morazán y Garcia (cuyo padre debió ser hincha de aquella Juve de Platini y Boniek que ganó la Copa de Europa en Heysel, en 1985). El equipo, indica la red, jugó roto entre los tres de atrás, los cuatro de la mitad y los tres de adelante. Beckeles, en cualquier caso, es la figura preponderante que ayuda a circular el balón por derecha.

La Figura 6 muestra la red de pases el día que Honduras remontó heroícamente un 0-2 en contra ante la ya clasificada selección mexicana. Si bien la red se mantuvo relativamente estrecha, en el sentido de que estuvo poco abierta en las bandas, los evidentes huecos observados en el partido antes Estados Unidos desaparecieron. Jorge Claros y Alfredo Mejía lograron mantener la coherencia en la estructura promedio del equipo. Así, en esta ocasión el rol preponderante además de Beckeles, fue el importante enlace en la mitad del partido entre Mejía y López.

El juego hondureño depende en gran medida de Beckeles, pues el eje del equipo está significativamente escorado hacia el lado derecho. Pero en términos generales, los juegos ante Australia pasan por mantener una estructura coherente en el campo sin las fisuras que se presentaron en el juego ante Estados Unidos. El análisis defensivo de Honduras quedá para otra ocasión.