El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Thumbnail

Tags: Checoslovaquia; Escuela del Danubio; Eurocopa; fútbol centroeuropeo; Hungria; Mundial 1934; Mundial 1938; Orsi; Schiavio; Sindelar; Wunderteam

Seguir a @golyfutbol

La Eurocopa 2016 trae un partido, Austria – Hungría, que aviva la nostalgia. Participan además la República Checa y Eslovaquia. Antigua Checoslovaquia. Durante toda la primera mitad del siglo XX, eran superpotencias futbolísticas. Pero nunca pudieron ganar un Mundial.

Durante los años 20, el fútbol tenía tres ejes. Uno, el principal quizás, estaba en las Islas Británicas. Otro estaba al otro extremo del mundo, en el Rio de la Plata. El tercero se ubicaba en las ciudades de Viena, Budapest y Praga.

La importancia de su fútbol no sólo se entiende a partir del estilo único que desarrollaron. Opuesto a tirar y correr tras el balón del fútbol inglés, la escuela del Danubio se apoyó más en el fútbol de toque desarrollado en Escocia. Fue allí, además, donde se legalizó por primera, fuera de las Islas Británicas, el fútbol profesional.

Su equipo estrella entre los años 20 y 30 fue el Wünderteam. El equipo austriaco se presentó ante el mundo una tarde de mayo de 1931. Los escoceses, esos maestros, fueron vapuleados en Viena por 5-0. Tras 11 partidos invictos, Austria recibió la invitación de rigor. Partido en Stamford Bridge para enfrentar a los verdaderos maestros. A los ingleses. Había que establecer que tan buenos eran en realidad. Liderados por Matthias Sindelar, el hombre de papel, llegaron sin timidez a Londres en diciembre de 1932. La expectativa en Austria era máxima. El parlamento austriaco detuvo sesiones para escuchar en directo el partido. Tras un reñido partido, en el que la prensa inglesa alabó el fútbol austriaco, Inglaterra ganó 4-3.

Los olímpicos del ’24 y el ’28 fueron para Uruguay. Argentina también destacó pero, primero en el ’28, luego en el Mundial del 30, perdió la final ante los celestes. El fútbol centroeuropeo no podía asistir con todo su potencial a los olímpicos porque sus futbolistas eran profesionales. Eso estaba prohibido. Al Mundial de 1930 en Uruguay, como la mayor parte de los europeos, simplemente se negaron a asistir.

Pero fueron en 1934. En aquella ocasión fueron los sudamericanos quienes no asistieron o fueron con equipos menores. Nunca, triste, se enfrentaron en esos años, en su mejor versión, las mejores escuelas de fútbol.

Austria y Hungría se vieron las caras en cuartos de final. Si bien sus mejores años ya habían pasado, el _Wünderteam_ fue superior. 2-1 ganó. En semifinales enfrentaría a la Italia de Mussolini. El Mundial, lo había dejado claro el líder fascista italiano, debía ser para Italia. Tras apartar de mala manera a España en cuartos, en semifinales, el árbitro sin duda tuvo influencia en el marcador. Las imágenes no son en alta definición, tampoco hay múltiples cámaras. Pero la evidencia es más que sugerente. Italia ganó 1 -0.

En la final, Italia enfrentó, como no, a otro representante del fútbol del Danubio: Checoslovaquia. Con gol de Puč se adelantó en el minuto ’71. La cabeza de Pozzo, entrenador italiano, pendía, literalmente de un hilo. El equipo, múltiples nacionalizados (los famoso oriundi), logró sobreponerse. Orsi empató en el minuto ’81. Tras 5 minutos de tiempo extra, Schiavio marcó el gol del triunfo. Hay múltiples teorías de conspiración, pero no hay pruebas. Al menos ese partido, parece que Italia lo ganó completamente en la cancha.

El _Wünderteam _no tendría otra oportunidad. En marzo de 1938, antes del Mundial de Francia, el _Anschluss _se implementó. Hitler entró a Viena, disolvió la Federación Austriaca de Fútbol y pretendió unir al equipo alemán con el austriaco. El resultado fue desastroso. Por órdenes de Hitler, debía armarse un equipo pangermánico de cara al Mundial de Francia. La animadversión de unos y otros no podría tener otro final. Alemania cayó en primera ronda ante Suiza.

Pero el fútbol centroeuropeo si estaría presente en Francia. Checoslovaquia cayó 1-2 en cuartos de final ante Brasil. El primer gran equipo de Brasil que, liderado por Leonidas, comenzaba a construir su leyenda que hoy, con tanto esmero Scolari, Dunga y compañía, intentan enterrar. Hungría llegó a la final, pero no pudo con Italia quien, sin Mussolini en primera línea, logró derrotar al equipo magiar 4-2.

Todavía en 1954, en Suiza, el fútbol centroeuropeo demostraría su poderío. Austria derrotó a Uruguay en su lucha por el tercer puesto. Uruguay, claro está, venía de perder en uno de los mejores partidos de los mundiales, ante Hungría. El equipo de Puskas, Czibor y Kocsis llegó sin ser derrotado desde el 4 de junio de 1950. Pero perdió la final. El partido que no podía perder.

El último arañazo en la escena mundial lo dio la Checoslovaquia de Masopust en 1962, en Chile. Allí, a pesar de perder con México en primera ronda, alcanzó la final ante el Brasil de Garrincha, Vavá y Amarildo. 3-1 perdieron en Santiago de Chile. Finalmente, en Inglaterra 1966, Hungría, con Florian Albert como estrella alcanzó los cuartos de final. Pero la Unión Soviética los eliminó.

El fútbol que iluminó a Europa por casi tres décadas dejó de brillar hace mucho tiempo. En la Eurocopa de 2016 participan todos: Austria, Hungría y hasta la República Checa y Eslovaquia. Pero más allá de una bella historia en blanco y negro, poco hay para esperar futbolísticamente de ellos. Aunque, quien sabe, quizás la atención del mundo les agite esos genes futboleros.

golyfutbol
comments powered by Disqus