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Falcao se rompió el ligamento cruzado anterior. Son dos las dimensiones que hay que analizar de ese infortunado incidente. Desde el punto de vista humano, duele por Falcao, un tipo que tiene ese don de gente que hace que caiga bien. Duele porque a todos nos ha pasado. A uno u otro nivel unos y otros hemos tenido esas frustraciones contra las que nada se puede hacer. Falcao estaba muy cerca de cumplir su sueño: jugar un mundial.
Fue una jugada extraña. El tal Ertek no entró particularmente fuerte. No se le vio mala intención. El ´Tigre´, me da la impresión, estaba algo confiado en la jugada. No estaba parado firme como hubiese estado si el que viniera a marcarlo fuera un Pepe (Real Madrid) o un Thiago Silva (PSG). Se plantó ligero, con tan mala suerte que la rodilla se le quedó enganchada. Así son los accidentes. Todo lo que tiene que alinearse se alinea para para causar la tragedia. La frustración es indescriptible, aunque Falcao la resumió muy bien: “mi corazón está destrozado”.
Pero más allá del ser humano, aquel que queremos por ser como es, está la otra dimensión. Colombia y su mundial de fútbol. Falcao expresó su esperanza, como su frustración, muy claramente: “cuento con una esperanza del tamaño de un grano de mostaza a la cual me aferro”. No sólo no hay que quitarle esa esperanza sino que entre todos debemos regar y cuidar ese ‘grano de mostaza’ para ver si logra germinar en junio.
Ojalá Falcao regresará y llegara volando al Mundial. Pero es difícil. Son muchos los casos que ha sacado la prensa intentando cultivar la ilusión. Muchos de ellos, lamentablemente, se mencionan sin recordar bien los detalles. Se termina confundiendo y quizás, entre los hinchas, creando vanas ilusiones.
Colombia ya vivió un drama parecido de cara al Mundial de USA ´94. En un aburrido partido contra Suecia en 1994, febrero 18 para ser exactos, un gigante escandinavo entró fuerte al mono colombiano. Valderrama se retorció pero se levantó con un sólo propósito en mente. En cuanto tuvo ocasión sacudió al sueco, se quedó tranquilo, pero expulsado y lesionado. La lesión del ´Pibe´ no fue la de Falcao. El susto pasó pronto cuando los doctores informaron al pueblo colombiano que la estrella colombiana tenía una “distensión del ligamento cruzado anterior una ruptura parcial de las fibras, que no le dan inestabilidad, pues ésta sigue firme a pesar de la lesión”, es decir, mes y medio fuera de las canchas.
Había además una gran diferencia entre la selección Colombia de entonces y la de hoy. Aquella era una selección pibe-dependiente. Sin el Pibe eramos ciegos, sordos y mudos. Había muy poco, así Asprilla y el ´Tren´ fueran grandes estrellas en Europa. Hoy en día, con la única excepción de Leonel Álvarez -seguramente en un momento de confusión mental-, nadie duda que el mejor jugador de la selección es Radamel Falcao. Pero a diferencia de entonces, Falcao es la guinda del pastel. Quizás con la excepción del arquero (que es aceptable pero no del nivel de un Córdoba o Mongragón de entonces), y de los evidentes problemas de centrales, el resto de posiciones están cubiertas por jugadores del mejor nivel. Algunos, me declaro admirador de su juego, como James Rodríguez pueden que exploten completamente en el mundial y demuestren al mundo el potencial que lleva adentro.
Son varios los casos de cracks que por lesión se quedaron sin mundial. El más nombrado estos días fue el caso de Pelé en 1962; aunque en realidad no se quedó sin Mundial. Marcó gol en el primer partido contra México y se lesionó sólo, disparando a puerta, contra Checoslovaquia.
Más triste es el caso de Di Stéfano, uno de los mejores jugadores de la historia. Argentina desistió de jugar mundiales en 1938 porque la sede se la otorgaron a Francia. Tras Uruguay 1930 e Italia 1934, se entendía que el turno le correspondía a Sur América. Los europeos, perezosos de viajar, le dieron el mundial a Francia y los argentinos boicotearon. En 1950, tras la guerra, el boicot siguió y sólo reaparecieron en 1958. Pero ya entonces Di Stéfano era español. Pudo disputar el Mundial de 1958 pero los escoceses eliminaron a España. Su Mundial, aunque ya veterano (35 años), era el de Chile 1962. Lamentablemente se lesionó en el antepenúltimo partido de preparación. Aunque fue inscrito, no pudo jugar ni un minuto.
A los más mediáticos también le sucedieron desgracias. Es el caso de David Beckham quién el 14 de marzo de 2010 se rompió el tendón de Aquiles y perdió la oportunidad de jugar su último mundial.
En la prensa mundial, y particularmente en la colombiana se recuerdan casos de recuperaciones cortas, casi milagrosas. Revisándolas en detalle parecen recuperaciones más terrenales que divinas. Se han mencionado los casos de Pepe, el del Real Madrid, Ronaldo (el brasilero) y Roberto Baggio. Pepe, es cierto, se rompió el ligamento cruzado (lo mismo de Falcao) el 13 de diciembre de 2009. Reapareció el 8 de junio de 2010 jugando 15 minutos contra Mozambique. 5 meses y 26 días. En el Mundial no jugó hasta el partido con Brasil de primera ronda, el tercero de su selección. A Falcao lo operaron el sábado 25 de enero, a 140 días para que Colombia debute en el mundial, unos 4 meses y 20 días.
Sobre Ronaldo escuchaba en radio que se había recuperado para jugar el Mundial de 2010 en 5 meses a pesar que su lesión era más grave. En este caso las fechas están erradas. Su primera lesión seria de rodilla la sufrió el 21 de noviembre de 1999: rotura parcial del tendón rotuliano de la rodilla derecha. Su reaparición el 12 de abril del 2000 fue dramática. Tras 6 minutos en el campo se rompió el tendón operado. Pocas lesiones en el fútbol han tenido tal nivel de dramatismo. Posteriormente, si bien tuvo múltiples lesiones, ninguna que lo impidiera jugar su mundial, el del 2002.
El caso de Baggio es quizás el más frustrante. Se recuperó pero no fue al mundial. En la temporada 2001⁄2002 logró anotar 8 goles en los primeros 9 partidos de la liga italiana. Entonces se lesionó de gravedad la rodilla y no pudo reaparecer hasta el 31 de enero del 2002 en un partido contra el Parma por la Copa de Italia. Como Ronaldo, se volvió a lesionar el día que volvía a jugar un partido oficial. Entonces, no fue el ligamento lo que se rompió. Fue “una luxación de su rodilla izquierda”. Baggio pudo jugar los tres últimos partidos de liga pero a pesar de rogarle en público a Trapattoni que lo llevará al mundial, éste se negó. No confiaba en la rodilla del crack italiano. Khedira, otro del que se han oído historias se lesionó en marzo del 2010, tres meses antes del mundial, el ligamento lateral, lesión de menor importancia que la de Falcao. Se recuperó y pudo jugar en Sur África.
Son incontables los casos de lesionados y recuperaciones. Algunos, afortunadamente, se acercan a ese milagro que ahora se requiere. Decía el Dr. Muñoz, quien atiende a los jugadores de Millonarios, que ‘Ganiza’ Ortiz estuvo poco menos de 5 meses en el dique seco tras su rotura de ligamento cruzado anterior. Dicen también algunos doctores que hoy día hay técnicas de operación que incluyen injertos artificiales. Si no lo rechaza el cuerpo, la recuperación es mucho más rápida. Después de revisar las notas periodísticas sobre la operación de Falcao, no me queda claro que técnica usaron con el ‘Tigre’. Habrá sido, sin duda, la más apropiada.
Le deseamos una pronta recuperación al ‘Tigre’. A pesar de ello no quisiéramos que presionado por su ilusión, la hinchada colombiana y los patrocinadores se equivocará regresando antes de tiempo y terminara poniendo en riesgo su carrera. El ‘grano de mostaza’ está ahí, pero si no da, la vida sigue, el fútbol también y Colombia tiene una gran selección capacitada para pasar la primera ronda. Después, con o sin Falcao, todos a aferrarse a la ‘esperanza del tamaño de grano de mostaza’.