El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Arrigo Sacchi; Bela Guttmann; Bob Paisley; Carlos Bianchi; Carlos Salvador Bilardo; Helenio Herrera; Herbert Chapman; Mário Zagallo; Mejor entrenador de la historia; Menotti; Osvaldo Zubeldía; Rinus Michels; Sir Alex Ferguson; Telé Santana

La semana pasada presenté la lista de los veinte mejores entrenadores de la historia según ESPN.

Una lista centrada en los héroes europeos que ignora totalmente la capacidad de los técnicos suramericanos y, de pasó, vanagloria en exceso la de los managers británicos. Luego de revisar la lista descarté a diez, reduciendo la lista de ESPN a diez entrenadores que tienen el potencial para estar entre los 10 mejores de la historia. La lista, cabe recordar, estaba compuesta por los siguientes nombres:

  1. Alex Ferguson
  2. Rinus Michels
  3. Bob Paisley
  4. Helenio Herrera
  5. Arrigo Sacchi
  6. Ottmar Hitzfeld
  7. Ernst Happel
  8. Marcello Lippi
  9. Bela Guttman
  10. Pep Guardiola

El desarrollo de la columna anterior sobre el tema me demostró que descartar es más difícil que elegir. El proceso lleva a discusiones interesantes, pero sin posibilidad de consenso sobre las razones para descartar a uno y no al otro. Un ejemplo fue la divertida discusión que se dio sobre si Mou y Pep debían ir o no juntos en el proceso de descarte (ver aquí). En esta entrada, por tanto, simplemente voy a establecer quienes, a mi juicio, son los 10 mejores de la historia. Los tres criterios básicos sobre los que baso mi elección, aunque no deben tomarse como una camisa de fuerza, son: (i) la innovación táctica, (ii) esos grandes títulos y (iii) a persistencia en los logros. En el décimo lugar, por encima de mucho de esos grandes nombres, pongo a Carlos Bianchi, ‘el Virrey’. Su mérito no reside en la innovación táctica. De hecho, en sus años de gloria, en el 2001, Riquelme, la estrella de Boca, lo acusó de “no hacer nada de táctica”. La respuesta de Bianchi no se hizo esperar. Argumentó él que su ejercicio táctico no la hacía contra “fantasmas” ni contra adversarios que de antemano sabían que haría. Para Bianchi, la táctica se practicaba, establecía y corregía en los partidos de entrenamiento. Ganó cuatro Copas Libertadores y tres Copas Intercontinentales. Con dos equipos diferentes. Un ganador de grandes títulos a lo largo de una década.

Aunque dije que no justificaría a los que dejo por fuera, vale la pena mencionar muy rápidamente por qué no entran en la lista otros históricos del fútbol argentino como Zubeldía o sus dos campeones mundiales, Menotti y Bilardo. Zubeldía ganó con Estudiantes adaptando una estrategia inspirada en el pressing europeo con toques del catenaccio de Helenio Herrera. La derrota de Argentina frente a Inglaterra en 1966, el equivalente argentino a la derrota brasilera de 1982, le dio el toque de agresividad necesaria para quedar campeones. Se fueron al otro extremo. Asumieron su inferioridad frente a los equipos europeos y, dejando de lado el amor por la pelota, terminaron por asumir la violencia como argumento de victoria. Los partidos de la Intercontinental en los sesenta fueron un reflejo de aquello. Su idea era simple, había que ganar, a toda costa. Zubeldía adoptó y expandió ideas surgidas en otros lados, pero su desarrolló no fue lo mejor para el fútbol. De lejos no es uno de los mejores 10 entrenadores de la historia. Menotti y Bilardo tienen visiones opuestas de entender el fútbol. El mérito de Menotti radicó en querer recuperar los orígenes del fútbol argentino, aquel basado en la pelota, no en la patada. Ganó el mundial, pero nadie recuerda a esa Argentina como un ejemplo del buen trato al balón; al menos a nivel histórico.

El mérito de Bilardo es haber implementado lo que él define como la última innovación táctica en un mundial de fútbol: el 3 – 5 – 2.Él decía que se requieren siete jugadores para defender y tres para atacar. Y sí, argumentó, en el fútbol ya no había punteros abiertos, para que tener tantos centrales. A cambio, ubico un par de mediocampistas que jugaran abierto. Pero en últimas, su mérito tenía nombre propio: Diego Armando Maradona.

El noveno de la lista es Bob Paisley, el manager del Liverpool multicampeón de los setenta y comienzos de los ochenta. El hincha romántico recuerda a Bill Shankly más que a Paisley. Si Shankly sentó las bases, fue Paisley el que hizo historia llevando al Liverpool a la cima del fútbol europeo por un período de casi 10 años. Como decíamos alguna vez, además lo hizo con nominas relativamente diferentes. Manejaba una visión muy particular para contratar jugadores. Ganó tres Copas de Europa, una Copa de la UEFA y seis ligas inglesas.

Alex Ferguson es octavo en la lista. Sus méritos están discutidos en detalle en una entrada reciente a raíz de su retiro. En esencia, logró lo que Paisley, pero por más de dos décadas: reconstruir constantemente un equipo y mantenerlo ganador.

Telé Santana es el séptimo en la lista. Es, debo reconocerlo, una debilidad mía. Algunos simplifican su rol en la construcción en 1982 del mejor Brasil después del imbatible Brasil ’70. Pero su mérito va más allá. Pocos recuerdan, por ejemplo, que Falcao (el “verdadero”, como diría Mourinho) no era titular en aquel equipo. Jugó el primer partido ante la Unión Soviética debido a que Toninho Cerezo estaba lesionado. Su partido fue excepcional. Pero dejar a Falcao implicaba sentar a Toninho. Inaceptable. La decisión, contraria a lo que muchos entrenadores de la actualidad harían, fue juntar a los cuatro cracks en la mitad del campo: Cerezo y Falcao detrás de Zico y Socrates. Arriba Eder y el peor de todos: Serginho. Jugó porque Careca y Reinaldo estaban lesionados mientras que Roberto “Dinamita” nunca pareció convencer a Telé. El equipo, cerrado hacía el centro, lo abrían dos cracks: Leonardo y, especialmente, Junior por izquierda. Era pues un 4-2-2-2 con un rol determinante para los los laterales quienes eran los encargados de abrir la cancha. Este sistema fue el que después intentó implementar Vanderlei Luxemburgo en el Real Madrid del 2005 y que él denominó el “cuadrado mágico”. Allí no tuvo éxito. Pero el mérito de Telé no es sólo el Mundial del ’82 o el del ’86, ninguno de los cuales ganó. Años después, nuevamente con Toninho Cerezo en el equipo, logró armar uno de los mejores equipos de la historia: El Sao Paulo que en la Copa Intercontinental derrotó a dos gigantes de Europa: El Barça de Cruyff y el Milan de Capello.

El sexto mejor entrenador de la historia es para Bela Guttman. Un personaje único en el mundo del fútbol. Entre genio y loco. Entre 1933 y 1975, en diferentes etapas, entrenó a 21 equipos. Ganó dos Copas de Europa con el Bénfica de Eusebio además de varias ligas en Portugal y Hungría. Su mérito, dice la leyenda, es haber universalizado el 4 -2 – 4 de los húngaros alrededor del mundo. Particularmente en Brasil. Pero como menciona (nuevamente lo recomiendo) el libro de Wilson sobre la historia de la táctica, en realidad en Brasil, cuando él llegó, ya se jugaba un 4 – 2 – 4. Lo que Guttman llevó a Brasil no fue el sistema, sino el sentido húngaro de aprovechar la calidad técnica, la táctica y la superioridad sobre el rival para buscar el arco rival y ganar el partido. Con aquel sistema, en el Sao Paulo, Guttman ganó el Campeonato Paulista. Guttman buscaba ganar, pero siempre marcando un gol más que el rival. Su frase de cabecera era aquella según la cual no le importaba recibir goles pues creía “que siempre marcaría otro más”. Al volver a Europa, eventualmente llegó al Benfica al que llevó a ser Campeón de Europa en 1961 derrotando al Barcá de Suárez, Kubala, Czibor y Kocsis. Aquel verano firmó a Eusebio, la ‘Pantera Negra’ de Mozambique y repitió título europeo derrotando 5-3 al otro gigante español, el Real Madrid. Después de esa segunda final se cuajó la denominada “maldición de Gutmann” al Benfica. Se quejó de haber ganado $4.000 menos por ganar la Copa de Europa que la Liga portuguesa. El argumentó que se le debía una bonificación. Dado que los directivos “no hicieron nada para arreglar la situación” se fue a Uruguay a dirigir al Peñarol que ganaría la Copa Libertadores aunque dejó el equipo antes de la final para entrenar a la selección austriaca. La maldición reza que el Benfica no ganaría en Europa hasta que le pagaran lo acordado. En efecto el Benfica ha jugado desde entonces cinco finales europeas, perdiendo todas. Pero también es cierto que Guttmann regresó unos años después a dirigir brevemente al Benfica. No tuvo el éxito de antaño, pero supondría uno que los problemas económicos se arreglaron entonces.

Mario Zagallo, quinto en la lista, no definió la historia del fútbol como un Gutmann o un Chapman. Pero dirigió a la mejor selección de fútbol que haya dado la historia del deporte rey: el Brasil de 1970. Wilson, al que tanto recomiendo, minimiza sus logros. Dice que simplemente se limitó a poner a los mejores a jugar juntos. Zagallo tomó la selección ya clasificada. Su antecesor, Saldanha, había osado insinuar que se podía prescindir del Rey, de Pelé. La base de la selección era el Santos y el Botafogo. Zagallo decidió incorporar a Rivellino del Corinthians y a Tostão del Cruzeiro. La crítica a su elección no se hizo esperar. Las nuevas incorporaciones eran muy similares a Gerson y Pelé. Zagallo simplemente dijo que el equipo necesitaba grandes jugadores, que fueran inteligentes. ¡Vaya si lo fueron! Brasil, aquel mundial, atacó predominantemente de izquierda a derecha. Solía terminar la jugada en Jairzinho quién, aún hoy, es el único jugador que ha marcado gol en todos los partidos de un sólo mundial. El primer tiempo de aquella histórica final del Mundial de México ’70 la ganó tácticamente Italia. Facchetti marcó al hombre a Jairzinho. Rosato estuvo encima de Tostão, Burgnich marcó a Rivelino y Bertini, pobre él, a Pelé. A Gerson, curiosamente, lo dejaron libre. El 1-1 del primer tiempo era justo a pesar de la superioridad técnica de los suramericanos. En el descanso Brasil tomó dos decisiones que sentenciaron a los italianos. Primero, aprovecharon el campo libre de Gerson. Sobre él debía pivotar el juego. El segundo consistió en tirar hacía el centro a Jarizinho para, a sabiendas que Facchetti lo seguiría, dejar el campo libre a Carlos Alberto. El segundo gol de Brasil fue un intento de regate de Jair por el centro cuyo rebote cayó en Gerson quien marcó desde fuera del área. El cuarto, el más recordado, fue de Carlos Alberto entrando sólo por la banda derecha. A pase de Pelé logró el gol que sirvió para enmarcar el triunfo del equipo más espectacular que haya pisado un campo de fútbol. El vídeo a continuación presenta los siete goles de Jaizinho en aquel mundial. Nótese que el gol de la final es el único que marca entrando por el centro.

Zagallo no tuvo luego una carrera particularmente exitosa como entrenador. Fue asistente en los mundiales de 1994 y 2002, además de Campeón de América con Brasil en 1997. Tuvo otras experiencias, algún título en Brasil y en oriente medio. Zagallo hizo que el mejor equipo de la historia ganara. Explotó lo mejor que había de la mejor manera posible. Eso lo sitúa, en mi opinión, como uno de los cinco mejores entrenadores de la historia.

Helenio Herrera, cuarto en la lista, definió el concepto del entrenador moderno. Inventó la concentración. Era metódico y ganador. En nuestra entrada sobre el catenaccio hablamos en detalle de su carrera. Lideró dos grandes equipos. El Barcelona de finales de los 50, con Kubala y Suárez como estrellas y, sobretodo, el Inter bicampeón de Europa. Si bien, no fue él quien inventó el catenaccio, si fue él quien probó que era una estrategia válida también para equipos grandes. Su influencia en el fútbol rebasó fronteras además de haber, prácticamente, definido el fútbol italiano moderno.

Arrigo Sacchi sería la medalla de bronce en la lista. Lideró al que para muchos es el mejor equipo de la historia: el Milan de finales de los ochenta. El Milan, antes de la llegada de Sacchi, no había ganado más que un triste Scudetto en 20 años. Contrató primero a Gullit y Van Basten, uno del PSV, otro del Ajax. Un año después, ya como campeones del Calcio, llegó Frank Rijkaard. La clave para Sacchi era tener un equipo “corto”. La distancia entre el primer defensa y el último delantero debía ser muy corta, y siempre constante. Así, cuando atacaban, usaban el fuera de lugar como estrategia defensiva que dificultaba enormemente a los rivales que pretendían lanzar bolas a la espalda de la defensa. Con el balón, debía haber siempre cinco jugadores adelante del balón, dos de ellos abiertos, uno a cada lado. No debían, era enfático en eso, ser los mismos. Su equipo, sus cracks jugaban como él decidía. Era un trabajo intenso y, en parte, por ello dejó al Milan. Creyó que ya había exprimido todo de aquel equipo. Capello le demostró que aún había jugó en aquel Milan, pero fue con Sacchi que el Milan pasó a la historia. La carrera de Sacchi prosiguió pero nunca con el mismo éxito. Dirigió a Italia en USA ’94 donde alcanzó la final. Pero allí se encontró con un crack que no corría y presionaba lo que él pedía: Roberto Baggio. Nunca, después del Milan, logró los mismos éxitos.

Rinus Michels inventó el fútbol total. Medalla de plata. Sobre su trabajo se basó Sacchi, Cruyff y años después Guardiola. Dirigió al Ajax entre 1965 y 1971. En una frase el fútbol total es la capacidad de los jugadores de intercambiar posiciones verticalmente. Es decir, no consiste en que un mediocampista derecho juegue en el centro. Consiste en que un defensa derecho sea capaz de jugar de puntero derecho y a su vez el puntero derecho juegue de marcador derecho. El objetivo era crear y ocupar espacios. Esto durante todo el partido, de manera constante. Así llevó al Ajax a la final de la Copa de Europa de 1969 y al título dos años después. De Holanda pasó a España donde intentó recrear el modelo en el Barça. Pero fue el Mundial de 1974 el que dejó a Michels y al fútbol total, para siempre, entre lo más granado de la historia del fútbol. Allí, derrotó a los tres gigantes suramericanos: Brasil, Argentina y Uruguay. Nunca nadie había humillado de tal manera al fútbol del nuevo continente. La final la comenzaron ganando 1-0, al minuto 2. Un año antes, el Ajax, dirigido por Kovács eso sí, había ganado la final de la Copa de Europa a la Juventus con un gol marcado también en los primeros compases del partido. El resto del partido se divirtieron con los italianos con largas secuencias de pases. En la final del Mundial intentaron lo mismo. Pero enfrente estaban once alemanes a quienes hay que rematar para derrotar. Finalizado el primero tiempo ya perdía Holanda el partido. No pudo remontar en el segundo tiempo. Su hora de gloria llegó en la Eurocopa de 1988. Con otra gran generación, la de Van Basten, Rijkaard, Gullit y Koeman entre otros, logró el primer triunfo de la selección inventora del fútbol total. Es la medalla de plata de los mejores entrenadores de la historia.

El mejor entrenador es Herbert Chapman. Inventor de la WM, sobre el que hemos hablado también en detalle. Más allá del sistema, Chapman es el creador del fútbol moderno, aquel donde la táctica se combina con la técnica para lograr el mejor resultado posible. Antes de Chapman el fútbol tenía poco lugar a la innovación. Su sistema se adoptó en medio mundo y si bien no fue lo exitoso que algunos le atribuyen, si ayudó a comprender que en el fútbol la ubicación del fútbolista, antes y durante el partido, eran detalles importantes para tener en cuenta. La lista de los mejores entrenadores de la historia es:

  1. Herbert Chapman
  2. Rinus Michels
  3. Arrigo Sacchi
  4. Helenio Herrera
  5. Mário Zagallo
  6. Bela Guttman
  7. Telé Santana
  8. Alex Ferguson
  9. Bob Paisley
  10. Carlos Bianchi
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