Yo soy de esa generación que creció oyendo los partidos por radio. De pequeño recuerdo que no me llevaban al estadio en los juegos entre semana pero me las arreglaba para camuflar el radio bajo una almohada y oír los partidos para poder seguir a mi equipo. Crecí en esa generación que camino al estadio iba oyendo los comentarios, dentro del estadio tenía el radio en la oreja y al salir del partido oía las entrevistas y el análisis.

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En mi vida he estado en varias ciudades y eso me ha dado la oportunidad de ver futbol en todas esas ciudades y por supuesto fiel a mi tradición, oír radio y escuchar el análisis en cada una de esas ciudades. Hoy en día es mucho más fácil hacerlo y tal vez la cantidad de medios es mucho mayor, opciones para todos los gustos, algunas más informales, otras más técnicas.

Pero toda esta introducción es solo para decir que a pesar de todos los estilos, tipos de comentaristas y cambios de la radio, una figura se mantiene insuperable, la del Doctor Hernán Peláez. Peláez confeso hincha del Deportivo Cali, jamás ha dejado ver su lado azucarero salvo cuando directamente se le pregunta, cosa casi imposible con el resto de periodistas quienes así pregonen su imparcialidad, terminan dejando ver el color de su camiseta en sus comentarios. Es para mí, el comentarista más imparcial que he oído, incluso comparado con colegas de otras naciones. Su cátedra de ética es incuestionable, en un país donde la mayoría de sus colegas se la pasan en controversias de todo tipo, Peláez navega por encima de ellos dando una lección de profesionalismo.

En el fútbol constantemente se reclama que lo más difícil es hacer lo sencillo, los jugadores quieren adornarse, lucirse y terminan por enredar lo que parece fácil. En el periodismo deportivo es igual. La cantidad de periodistas que quieren demostrar en cada comentario su sapiencia, su conocimiento del juego, su análisis táctico, hacen que sus comentarios sean enredados, o aburridos, o simplemente lleguen a muy pocos oídos. El Doctor Peláez hace lo fácil, sus comentarios son sencillos y fáciles de digerir, es como ese volante veterano que se para en la mitad de la cancha y sin necesidad de correr demasiado hace pases a todos sus compañeros, los pone a jugar y termina divirtiéndose y divirtiendo a la mayoría de quienes lo escuchan.

Y como se extrañan más figuras como las del doctor Peláez en épocas en las que vemos periodistas peleando con hinchas, teniendo que salir a disculparse por su salida de tono, otros que por su poca o nula imparcialidad terminan siendo vetados en algunos estadios, esos que piden jugadores para la selección para no sabotear un proceso, los que terminan siendo amigos de directivos y toman parte para promocionar un jugador. En fin, para muchos, dentro de los que me incluyo, Peláez no solo está por encima del bien y del mal en su profesión, sino que ojala dictara una catedra de ética profesional.

Que difícil hacer lo fácil, gracias Doctor Peláez.