Tags: Copa Confederaciones 2013; minutos de juego; Posesion del balon; tiempo de juego
Un partido de fútbol dura 90 minutos. Nominalmente es cierto. Pero hace ya mucho tiempo sabemos que en realidad un partido no dura 90 minutos. En la Copa Confederaciones 2013 un partido duró en promedio algo menos de 59 minutos.
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Los partidos en el que más tiempo estuvo el balón en juego fueron, por supuesto, los de Italia en semifinales y la final de consolación. La prórroga en ambos juegos llevó a que la azurra jugase contra España 88 minutos y contra Uruguay 77. Aparte de este, el partido más completo lo jugó Uruguay vs. Tahití. El balón rodó durante 65 minutos. Los partidos más cortos los jugó Brasil. Contra Italia y contra Uruguay apenas si jugaron 47 minutos.
En la Copa Confederaciones 2013 un partido duró en promedio algo menos de 59 minutos. España en la final apenas rodó el balón durante 28 minutos. Su peor cifra había sido frente a Tahití con 36 minutos.
¿Existe alguna relación entre el tiempo jugado y el porcentaje de posesión del balón? Nótese que no es lo mismo. El balón puede estar en posesión de un equipo, pero la pelota no necesariamente tiene que estar rodando. Sin embargo, cabría esperar una correlación positiva fuerte entre tiempo jugado y porcentaje de posesión del balón.
Sin embargo, eso parece no ser cierto. En soccermetrics, un blog recomendado, recientemente realizaron el ejercicio para la English Premier League. Interesados en el tema relacionaron los minutos jugados con la posesión del balón. Encontraron, para sorpresa mía, que no hay una relación positiva. ¿Es ese un resultado universal?
La Copa Confederaciones sugiere que no necesariamente. La siguiente tabla presenta los minutos jugados y la posesión de cada equipo. España encabeza la tabla. Tahití, por supuesto es el último. Sorprende Uruguay, cuarto al final del torneo. Le rindió mucho, pues con apenas 25,8 minutos jugados por partido logró marcar 14 goles aunque ello, con la inestimable colaboración involuntaria de la débil representación de Oceanía. El coeficiente de correlación entre las dos columnas de la tabla es de 0,83. Siendo uno correlación perfecta es un valor bastante alto.
El resultado se corrobora visualmente en la siguiente gráfica. La correlación positiva salta a la vista. A más minutos con el balón rodando, mayor será la posesión del equipo. Por encima del área gris, Italia sobresale por sus dos partidos con tiempos extra. El caso de Uruguay es parecido pero ayudado por Tahití, la cenicienta del torneo. Contra Tahití tuvo el balón 40 minutos. Frente a Italia, tiempo extra incluido, apenas 33. El valor más alto de minutos jugados de España también coincide con el partido con tiempo extra frente a Italia en semifinales. Excluyendo pues, estos partidos, la correlación suele ser alta.
La relación en sí, por tanto no parece muy interesante. Aquí hemos hecho ya varios ejercicios con porcentaje de posesión, particularmente para la Eurocopa del año pasado. Lo que sugieren los resultados de la tabla y la gráfica es que en realidad basta con observar el porcentaje de posesión del balón para realizar análisis de juego de los equipos, particularmente para contestar la pregunta del millón, la que ha puesto de moda el dominio español en el último lustro: ¿Se ganan partidos con posesión?
En los dos últimos partidos de la Copa, a España le quitaron el balón. Tanto frente a Italia como ante Brasil tuvo el balón un 53%. Ganó, por supuesto, en términos de posesión, pero no marcó goles. En la primera fase su porcentaje de posesión oscilo entre el humillante 71% frente a Uruguay el día de su estreno y el 58% frente a Nigeria. Su porcentaje de posesión fue cayendo a lo largo del torneo pues en su segundo partido, frente a Tahití, a pesar de los 10 goles, tuvo el balón menos que contra Uruguay, un 62%.
Los valores registrados de minutos jugados sugieren que, quizás, ahí estuvo la clave de la final. España apenas rodó el balón. Jugó 28 minutos. Su peor cifra había sido frente a Tahití con 36 minutos. Le quitaron el balón, lo tuvo poco, perdió. Al final hasta parece simple.