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La referencia de Valdano en uno de sus libros sobre Gabriel Omar Batistuta, es quizás una de las que más enriquece y plasma lo que era Batistuta. Cuenta Valdano que Newell’s fue a un pueblo (Reconquista) en su pretemporada a jugar contra el equipo local. El director técnico dijo: “mira el centro delantero del pueblo, ese gordito no puede jugar fútbol”. Ese gordito les hizo cuatro goles ese día y se llamaba Gabriel Omar Batistuta y por supuesto decidieron contratarlo.
La historia de Batistuta es particular, es de esos jugadores que realmente merecen ser llamados profesionales. En un fútbol como el italiano, Batistuta fue “Capocannoniere”, es el décimo goleador histórico de esta liga con 184 goles, sin contar la temporada en la que su equipo perdió la categoría y abandono la Serie A. Y ese es un episodio que habla de la calidad de este jugador. Recuerdo cuando la Fiorentina perdió la categoría, ya por esa época Batistuta gozaba de un prestigio con su equipo y con la selección, por supuesto que ofertas no le faltaban para irse a otros equipos, pero en una entrevista dijo: “Con la Fiorentina desciendo pero con la Fiorentina volveré a subir, no me voy a ningún lado”. Y lo cumplió. Rompió todas las redes, volvió a la Serie A y volvió para ser protagonista. El titulo le fue esquivo a pesar de tener uno de los mejores equipos, pero realmente la Fiore no se ha caracterizado por ser un equipo de buenos manejos, de ahí que su permanencia en la Serie A no sea algo garantizado. Batistuta tuvo que ir a la Roma para cumplir su sueño de ser campeón del Calcio.
Y a nivel de selección, el Bati es el máximo goleador en la historia de la selección Argentina. Con 56 goles en 78 partidos mantiene un record que por ahora permanece lejos de Leo Messi, quien con 31 goles es tal vez el único jugador activo que podría amenazar esta cifra. Claro, por ahora la producción goleadora de Messi con la selección (0.41 goles por partido) está muy lejos del promedio de Batisuta (0.72 goles por partido).
Batistuta era simplemente un goleador de raza, basaba mucho de su juego en su potencia y en su inteligencia para estar en el momento indicado. Pero más de una vez lo vimos llevarse a toda la defensa rival con su fuerza y su remate de media distancia resolvió más de un problema para sus equipos.
Su legado a parte de sus goles, fue su profesionalismo. Ese gordito de Reconquista supo mantenerse, supo entender la dinámica del juego y por eso fue goleador en su equipo, en su selección y pasara a la historia como uno de los mejores goleadores con un repertorio que incluía goles de media distancia, dentro del área, con derecha, con izquierda, con la cabeza.
Y pensar que por allá en el 99 Van Gaal prefirió a Sonny Anderson por encima de Batistuta, ¿que estaría pasando por la cabeza del Holandés?
Un jugador del que hay mucho que aprender, no solo en lo futbolístico sino en lo personal y profesional.
Y por supuesto un video para recordar al mejor goleador de la selección Argentina en la historia: