Tags: AC Milan; Asistencia de público al Calcio; Asistencia promedio del fútbol italiano; Barcelona; Boniek; Buffon; Gastos en jugadores en el Calcio; Gullit; Ian Rush; Inter de Milan; Juventus; Liverpool; Maradona; Marcelo Salas; Martin Vásquez; Nedved; Paulo Roberto Falcao; Platini; Ramón Díaz; Real Madrid; Rijkaard; Thuram; Van Basten; Zico
En 1967, luego del fracaso de la selección italiana en el Mundial de Inglaterra ’66 se prohibió en Italia utilizar jugadores extranjeros. Con el objetivo claro que fortalecer la selección nacional el Calcio no tuvo jugadores durante más de una década. Pero desde 1977, los cuadros más potentes de Italia, la Juventus, el Milan y el Inter abogaban por acabar la prohibición. Los clubes modestos, sin embargo, defendían el veto a toda costa pues vendían a sus jugadores a los grandes clubes italianos a precios muy por encima de lo que se pagaban en el mercado internacional.
El veto se acabó en 1980, luego del escándalo de apuestas clandestinas. La consecuencia fue espectacular. En los años ochenta la mejor liga del mundo, indiscutiblemente, era la italiana. Allí, juntos pero no revueltos, jugaron los mejores jugadores del mundo. Construyeron su gloria en Italia los mejores, como Maradona y Platini en el Nápoles y Juve. Otros como Zico, en el Udinese no lograron consolidar su enorme categoría en el fútbol más competitivo de entonces. Pero exitosos o no, lo mejor del mundo jugó en Italia. Piense Polonia, piense Boniek en la Juve, piense Brasil, piense Falcao en la Roma, piense Argentina, Ramón Díaz en el Avellino, Fiorentina o Inter; piense Holanda, como no acordarse del trío que contribuyo decisivamente al construir uno de los mejores equipos de todos los tiempos: Gullit, Rijkaard y Van Basten. Alemania? salta a la memoria el Inter de Matthäus, Brehme y Klinsmann. Hasta españoles y británicos, por entonces poco propensos a emigrar, probaron fortuna en el balompie transalpino. Así fue el caso de Rafael Martín Vazquez, del Madrid al Torino o de Ian Rush, del Liverpool a la Juve. Ambos, sin embargo fracasaron.
El poderío del Calcio fue una certeza hasta mediados de los noventa. Sin embargo en los últimos 12 a 15 años comenzó a extinguirse la llama del renacimiento. Sería exagerado hablar de ostracismo, incluso de Edad Media como hago en el título de esta entrada. Sin embargo sí siguió el camino contrario al de las artes. Italia aún gana Champions, la más reciente hace apenas tres años. Ha ganado tres en el siglo XXI. Incluso, a nivel de selecciones, aunque con un fútbol rácano, ganó el mundial de fútbol en 2006. Pero es indudable que el torneo doméstico italiano ha perdido mística. Los mejores jugadores ya no juegan en Italia. Lo mejores jugadores ahora juegan en Inglaterra, en España e incluso en Alemana. En los ochenta un jugador como Ribery jugaría en Italia, nunca en el Bayern, por más poderoso que éste sea.
Las causas son variadas. Sin duda el glamour del fútbol giró hacia Inglaterra. España, particularmente sus dos equipos más poderosos, Real Madrid y Barcelona, también se mantienen fuerte en su capacidad adquisitiva. Pero Italia no. Algunas voces culpan a la poca inversión que se realiza. La siguiente gráfica parece darles en algo la razón.
Se ha pasado de asistencias promedio por partido superiores a los 30.000 espectadores en la segunda mitad de los noventa a cifras inferiores a los 22.000 espectadores promedio de la temporada 2011⁄2012. La caída en asistencia coincide con los menores gastos promedio por jugador.
Tomando en cuenta la inflación para poder comparar lo gastado en un jugador en 1996 con lo desembolsado en 2010 (euros constantes que llaman los economistas), en la temporada 1996⁄97 cada jugador costó cerca de 1.100.000 euros. En la temporada 2011⁄12, el jugador promedio costó alrededor de 661.000 euros, casi un 40% menos. Es cierto que desde 2008 hay crisis económica en el mundo, particularmente en Europa, pero también es cierto que la gráfica revela que la ‘crisis’ llegó al fútbol italiano desde la temporada 2003⁄2004. El pico observado en gastos en el 2001⁄02 se debe a la fuerte inversión que hizo la Juventus en jugadores como Buffon, Nedved, Thuram y Marcelo Salas. Todos, sin embargo, ya jugaban en el Calcio.
La siguiente gráfica presenta, en esencia, los mismos datos de otra manera.¿Hay alguna correlación entre el gasto por jugadores en que incurren los clubes y la asistencia a los estadios? El resultado es sugestivo. Sí; parece haber alguna relación positiva entre el número de asistentes al estadio y lo que invierten los clubes.
Como ya varias hemos mencionado en otras entradas, los ejercicios de correlación sirven para generar hipótesis más que para contestarlas. Pero el ejercicio sugiere que, tal como cualquier hincha sabe, el fútbol es un espectáculo. Y los artistas son los futbolistas. Si los artistas son buenos, el público acude. Si los artistas son malos, el público decide tomarse otras alternativas de entretenimiento. El caso italiano parece mostrar esto.
La solución. Dinero obviamente. Pero también parece que deben mejorar el servicio de ojeadores. En 1996⁄97 los equipos de la Seria A incorporaron 148 jugadores. La cifra ha ido creciendo casi exponencialmente. En 2002⁄03 incorporaron 300, 583 en 2008⁄09 hasta los 805 en 2011⁄12. Quizás los recursos no están siendo utilizados de la manera más eficiente posible. En una liga de 20 equipos, llegaron 40 jugadores para cada equipo en promedio.
¡El que mucho abarca poco aprieta decía mi abuela!