El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Cristiano Ronaldo; Lionel Messi; Di Stéfano; Diego Maradona; Johan Cruyff

Apoyado en sus casi 1000 goles y en su enviable palmarés, Cristiano Ronaldo se definió como el jugador más completo y por tanto en el mejor de siempre. Como bien lo afirma él, nadie puede dudar que es un jugador completo. Pero no es el mejor de la historia. En esta generación, es a Messi a quien le corresponde disputar ese honor. Los más grandes, Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona y Messi siempre han tenido su Ronaldo. Aquel crack contemporáneo que por un tiempo se comparó con ellos, pero que la historia terminó sentando en otra mesa.

El fútbol es un lienzo donde los artistas pintan con sus pies, crean sinfonías de movimientos y esculpen momentos eternos. Messi encarna perfectamente esta dualidad: un futbolista que domina tanto las estadísticas como el arte del juego. Sus actuaciones no solo producen números excepcionales, sino que han generado momentos mágicos que dejaron sin aliento a aficionados y expertos por igual.

La historia de este deporte está adornada con nombres legendarios que han definido épocas enteras. Alfredo Di Stéfano, la ‘Saeta Rubia’, revolucionó el concepto de juego total, siendo el primer futbolista capaz de brillar en todas las posiciones del campo. Pelé elevó el fútbol a nuevas alturas con su mezcla única de potencia y elegancia, convirtiéndose en el rey de este deporte a una edad asombrosamente temprana. Johan Cruyff no solo fue un jugador brillante, sino que transformó la manera de entender el fútbol, sentando las bases del ‘fútbol total’ que aún hoy influye en grandes equipos. Diego Maradona convirtió el campo en su escenario personal, donde cada partido era una obra de arte en movimiento, llevando a equipos enteros sobre sus hombros hacia la gloria.

Cada uno de estos maestros tuvo contemporáneos brillantes que les desafiaron. Di Stéfano compartió era con los extraordinarios Ferenc Puskás y Ladislao Kubala, formando una trinidad dorada del fútbol europeo. Pelé tuvo en Garrincha y Eusebio rivales de enorme talento, que en cualquier otra época habrían sido considerados los mejores. Cruyff compitió, e incluso perdió títulos con Beckenbauer. Maradona y Zico protagonizaron duelos memorables que definieron el fútbol de principios de los años 80. Y en la era moderna, Messi y Ronaldo han llevado la rivalidad deportiva a niveles sin precedentes, empujándose mutuamente hacia la excelencia durante más de una década.

En su momento, expertos y aficionados debatían sobre la plausible superioridad de los Puskás, Kubala, Garrincha, Eusebio, Beckenbauer, y Zico sobre los Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Pero la historia es implacable y ha dictado sentencia. Aun cuando, como Di Stéfano o Cruyff, no hayan levantado el glorioso trofeo de Campeón del Mundo, la mesa donde se sienta el mejor de la historia sólo admite a Messi como nuevo inquilino. Como bien dijo Beckenbauer, “Johan fue el mejor jugador, pero yo soy campeón del mundo”. Messi, no sobra recordar, también fue campeón del mundo. En la cabecera de esa mesa, eso sí, se sigue sentando Pelé.