El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: James Rodríguez; Olympiakos -

James Rodríguez tuvo el potencial para ser el mejor futbolista colombiano de la historia. No fue. En días pasados llegó la noticia de que se iba del Olympiakos, apenas siete meses después de llegar. James no tiene el carisma de Falcao, pero los aficionados al fútbol, aquellos que vivimos con intensidad el Mundial de Brasil 2014, sentimos tristeza por el discurrir de su carrera.

James se va de Grecia porque es como aquel actor que destacó en su primera película, pero nunca terminó de convencer. Llegó a Europa en 2010 al Porto. Tuvo números de crack: 32 goles y 41 asistencias en 108 partidos. Luego, en el Mónaco, tuvimos el primer aviso. Claudio Ranieri, el italiano, lo sentó inicialmente, aunque supo obedecer para llegar a tope al Mundial de Brasil.

La historia dirá que fue el goleador. Florentino Pérez le vio lo galáctico y pagó 80 millones de euros para que vistiera la camiseta blanca. Allí estuvo inicialmente tres años. La primera temporada no defraudó. 46 partidos, 17 goles, 18 asistencias. La segunda temporada ya no fue como la primera cuando jugó 29 partidos de liga. En la segunda jugó 26, y en la tercera, ya sólo 22. Pero eran partidos parciales. James, desde la segunda temporada acumuló más suplencias que titularidades.

En Colombia, quizás lee demasiado a nuestra prensa tropical, se acusó al entrenador Benítez de despreciarlo. James, concluimos, no era titular por culpa de Rafa Benítez. Se fue el español, llegó Zidane, un tipo finísimo con el balón que debía entender el fútbol de nuestro crack. En esa segunda temporada jugó un promedio de 59 minutos en los 32 partidos que jugó. A la tercera, tampoco fue la vencida. 57 minutos estuvo en promedio en el campo en los 33 partidos en los que participó.

James, tiene uno la sensación, y sus sueldos así lo avalan, siguió sintiéndose estrella planetaria, culpando a los demás, no mirando sus errores. A la larga, la teoría colombiana pareció triunfar en su mente.

Pero un jugador con esos números, y expectativas de crack, no tiene lugar en el Madrid. Y empezó su periplo. Fue a Múnich, donde jugó, pero no destelló, volvió al Madrid como carga, más que como futbolista. Apenas disputó 8 partidos. Luego al Everton, a Catar, y finalmente a Grecia. En las últimas dos temporadas ha disputado apenas 32 partidos, menos de lo que jugaba en una sola temporada en el Madrid.

El verano que llegó al Madrid, arribó también Toni Kroos como campeón del mundo por “apenas” 25 millones de euros. Ya mayor, será ídolo de los blancos durante décadas. James tenía el fútbol para triunfar en la cúspide del fútbol mundial. La mejor descripción que puedo encontrar a lo que tristemente le sucedió es la que mencioné antes: pudo ser un gran actor, no lo fue, pero se siente estrella de Hollywood. Quizás fuese su ego, quizás las malas compañías, quizás falta de madurez. Las razones, en todo caso, no parecen ser futbolísticas, lo que hace la historia más triste. Nos queda, eso sí, el recuerdo de aquel maravilloso verano del 2014, y a los aficionados al fútbol el debate eterno de hasta dónde pudo llegar.

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