El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: James Rodríguez; Real Madrid; Bayern Munich; Futbolistas Colombianos

En 2014 James Rodríguez era figura mundial. Son muy pocos los que logran ser goleadores de un Mundial de Fútbol. Ni Pelé ni Maradona, mucho menos Messi lo lograron. Además, fue el autor del gol más bello del Mundial de Brasil, una de esas obras maestras que todo niño que crece viendo vídeos de los mundiales tendrá en su mente. James era ídolo universal.

James, hasta entonces figura de un Mónaco con ínfulas de nuevo rico, se vio deseado ni más ni menos que por el todopoderoso Real Madrid. Florentino Pérez vio en él un galáctico con el cual abrir mercados en América Latina. Era un futbolista elegante, de calidad superior y en el Mónaco Ranieri lo había sentado hasta que el bueno de James entendiera lo importante de correr. Estaba preparado para dar el salto al gigante blanco.

James triunfó en el Madrid, al menos aquella primera temporada. Jugó 46 partidos, marcó 17 goles y repartió 18 asistencias. Pero el Real Madrid es un club peculiar. Un club único. Un club al que pareciera que James aún no entiende. Poco importa si son los mejores o si no lo son. Desde que Di Stéfano les cambió la historia por allá en los años cincuenta, en el seno del Real Madrid se creen ser superiores. Y trabajan constantemente para demostrarlo. La presión es inmensa. No sólo basta con ganar. Hay que hacerlo con elegancia, con superioridad. Además de luchar por estar entre los mejores, se lucha por superarse a sí mismo. Una historia que en el mundo del fútbol es única y muy difícil de igualar. Di Stéfano dejó además otra huella, ésta basada en su fútbol. Don Alfredo fue para muchos el primer jugador que cubrió todo el campo. Desde entonces a todo jugador blanco se le exige como mínimo demostrar garra, fuerza e interés en trabajar para deleitar a las masas. Requisito sine qua non para triunfar.

Sucedió que en Europa, en el 2015, ganó el Barcelona. Que también ganó la liga. Así que al bueno de Ancelotti, hasta entonces entrenador del Madrid, valedor de James, lo echaron. La llegada de Benítez, el antiestético entrenador que había ganado una Champions con el Liverpool se vio mal en Colombia. Efectivamente la participación de James disminuyó ostensiblemente. En la temporada 2015-16 jugó 32 partidos (14 menos que una temporada atrás), marcó 8 goles, hizo 10 asistencias. Benítez y su fútbol feo estaban condenados al despido, y tras 215 días trajeron a Zidane.

En Colombia la sonrisa afloró. El crack francés era la persona ideal para sacar lo mejor del crack colombiano. Sin embargo James vio desde el banco como su equipo derrotaba in extremis, y por penales, al Atlético de Madrid en la final de la Champions de aquella temporada. Pero en esa ocasión al menos se sentó en el banco. Un años después el Madrid repetía y James ya no estaba siquiera en el banco. Los 11 goles y 12 asistencias en 33 partidos no sirvieron para que fuera un jugador a tener en cuenta en los momentos determinantes.

En Colombia se miraba feo a Zidane. “Le cae gordo”, no lo entiende. El Madrid lo mandó al Bayern por dos temporadas, salvo que pagaran los 45 millones de euro que pedían desde España para que James se quedara definitivamente en Alemania. Allí, en la temporada 2016-17, se debía reencontrar con Ancelotti, pero lo echaron y llegó el serísimo Heynckes. James en su primera temporada jugó 39 partidos, marcó 8 goles y repartió 14 asistencias. Una años después, con Niko Kovac dirigiendo la nave bávara, James jugó 28 partidos, 7 goles y 6 asistencias.

Así que el Bayern no lo compró, y al Madrid volvió para la temporada 2019-2022. Quizás la historia de Zamorano se podría repetir. Aquel chileno que quisieron echar del Madrid, no pudieron y terminó el año como figura y goleador. Pero no ha sido así, James ha jugado 13 partidos, 1 gol y 2 asistencias.

Más allá de lesiones y otras tristezas, la realidad de James se ve en la siguiente tabla donde se muestra el porcentaje de partidos que ha jugado en la Copa de cada país. Los partidos de copa, salvo los definitivos, no es para los futbolistas primarios. Así, recién aterrizado en Europa, en el Porto lo probaron en la Copa. Allí disputó el 25% del total de partidos que jugó. Mientras fue importante, hasta la primera temporada en el Madrid, el porcentaje de partidos de Copa estuvo entre el 10% y el 15% de partidos totales que disputó. Esta temporada el 30% de los partidos de James en el Real Madrid, han sido en la Copa del Rey. Y el Madrid está eliminado. James está participando en Copa el mismo porcentaje de juegos que en su primera temporada en Europa, recién llegado al Porto.

Tabla. James Rodríguez en partidos de Copa en Europa

No ayudan tampoco las lesiones, que cada vez son más frecuentes. En lo que va de temporada James ha estado lesionado 89 días. 84 días estuvo lesionado la temporada pasada y 86 hace dos estando en el Bayern. Son cifras muy superiores a las que mostró en sus tres primeras temporadas en el Madrid: 63, 53 y 55 días respectivamente.

James seguramente no continuará en el Madrid una vez expire su contrato en el verano del 2021. Los rumores que se dieron acerca del traspaso al Arsenal o al Everton no ocurrieron en la ventana de enero, pero seguramente los merengues buscarán algún dinero en la próxima ventana de verano. El club está repleto de centrocampistas, James ya no cumple las expectativas, y en Colombia queremos creer que aún hay jugosos pretendientes por nuestro crack. El Arsenal o el Everton (donde está el recordado Ancelotti) seguirán siendo destinos potenciales en el verano donde Rodríguez podría disponer de más minutos de juego. Incluso el AC Milan es una opción como nos indica Paruk del portal SportsBettingDime.com.

Tristemente los días de James en la élite del fútbol europeo parecen cosa del pasado. Muchas cosas extrañas tendrían que pasar para que en lo que resta de temporada pudiese interesarse alguno de los gigantes de Europa.

Las causas del declive de James desde que finalizó la primera temporada son complejas, pero los rumores apuntan una y otra vez a lo mismo. A James le gusta la fiesta. Los rumores los desechábamos porque uno no ve lo que no quiere ver. Su extraordinaria calidad hizo que rindiera parcialmente, pero fiestas o no, la realidad es que James no hizo todo lo que pudo haber hecho para haber triunfado en el Real Madrid, o en el Bayern Múnich. Desde afuera da la impresión que no entendió que tenía la gloria deportiva al alcance de la mano. Ese intangible que sólo está al alcance de unos pocos privilegiados y que muchos en su momento desprecian, pero que luego, con el correr de los años, terminan por recordar lo que pudo ser y no fue.

James pudo ser un ídolo del Real Madrid, se dice fácil, pero es privilegio de muy pocos. La posibilidad de haber armado una llave histórica con Cristiano Ronaldo, goleador histórico de los blancos, estuvo a un paso. No fue. Una lástima porque tenía la calidad para triunfar en un club que ha ganado 13 veces la Copa de Europa.

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