Tags: Luka Modric; Antoine Griezmann; Messi; Cristiano Ronaldo; Balón de Oro 2018
El balón de oro ha adquirido una relevancia mediática que nunca tuvo en los días del blanco y negro. En realidad, su importancia mediática ha llegado con las redes sociales y el binomio Messi-Cristiano, Madrid-Barcelona. El balón de oro se entrega al mejor futbolista del año calendario. En su propia definición nace la polémica.
¿Qué es ser el mejor futbolista? Yo crecí leyendo de Pelé, y viendo los domingos los goles y jugadas de Maradona en el Nápoles. Destacaban futbolistas como Platini, Zico, Schuster o Butragueño. No había un goleador como Hugo Sánchez. Van Basten o Gullit, tan diferentes, tan similares, marcaban diferencias. El equilibrio corría a cargo de Rijkaard. Pero el mejor de esa generación era Maradona. Sin duda. Nunca ganó la Copa de Europa, apenas una humilde Copa de la UEFA. Tampoco pudo con la Copa América. Para la historia quedó su Mundial de 1986. Como le dijo Valdano tras el partido ante Inglaterra. Ese día se sentó en la mesa de Pelé.
No son poco los expertos que entienden justo el balón de oro a Modric. El equilibrio que dio al Madrid en su lucha por la Champions, y a Croacia en Rusia 2018 no tuvo parangón. ¿El mejor del mundo es el jugador que dé más equilibrio? La Champions se logró gracias al bloque compacto del Madrid, en el que Modric, como Ramos, Varane o Keylor jugaron un papel fundamental. Pero quien marcó las diferencias fue Cristiano Ronaldo.
Modric fue clave en el Mundial. Fue el mejor de Croacia. Fifa lo declaró el mejor del Mundial. Estadísticamente, según el índice de rendimiento que diseñamos en www.golyfutbol.com para el mundial, el mejor fue Hazard seguido de De Bruyne. Modric fue cuarto, Griezmann quinto.
Las estadísticas del año de Modric no impresionan. Marcó tres goles, uno cada 17 disparos. Lejísimos de las cifras de Ronaldo, Messi y Griezmann. Siendo centrocampista, su participación es importante (toques de balón), pero aun así su presencia es menor a la de Messi. Su labor en recuperación es mucho más fuerte que la de sus pares, si bien hay que destacar la labor de Griezmann recuperando más de 5 balones cada 90 minutos. Modric, considerando los pases claves, aquellos que anteceden a un disparo, es importante generando juego, superior al siempre individualista de Ronaldo, igualado con Griezmann pero muy inferior a Messi. No destaca tampoco el croata en el juego aéreo.
Es sencillo. El mejor es quien juega mejor. La cifras, así las veo, sustentan mi punto de vista. El que juega mejor no es quien da “equilibrio”, es el quien aporta directamente al juego. El mundial impide darle el balón de oro a Messi, o incluso a Ronaldo. Pero Griezmann fue más que Modric. Quizás su pecado sea que no juega en el Madrid, no contó con la maquinaría de Florentino.
Por lo demás, Messi es simplemente el mejor futbolista. Se le puede negar el balón de oro un par de años. Ponerlo de quinto es una forma de restarle prestigio al Balón de Oro de L’Équipe.