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James es después del gran Willington Ortiz, el mejor futbolista que ha parido esta tierra. Es un futbolista elegante, con visión, y siendo volante, es goleador. No en vano fue Bota de Oro del Mundial de Brasil 2014. Ha destacado en equipos de primer orden mundial como Real Madrid y Bayern Munich. Pero algo tiene James. En esos gigantes no logra consolidarse de titular.
James es de esos futbolistas que juegan con asiduidad pero no suele estar en el once que cantan de memoria los aficionados. Unos lo explican en esos temas futbolísticos que tanto entienden ciertos expertos, pero nosotros, las masas de “simples” aficionados no logramos entender. Sin embargo, no es sólo Zidane. También fue Benítez y ahora Kovac, el entrenador del Bayern Munich. En el reciente clásico que el equipo bávaro perdió ante del Borussia Dortmund, James no jugó ni un minuto.
Las cifras corroboran la impresión de que James rinde deportivamente. Revisemos su aporte al juego ofensivo en los clubes en los que ha jugado. Para ello sumamos las asistencias y los goles. James, recordemos, pasó del Banfield argentino al Porto. Luego viajó a Mónaco desde donde saltó al todopoderoso Real Madrid tras el Mundial de Brasil 2014. De allí a su actual equipo.
Para relativizar su rendimiento, comparémoslo con Falcao. Si Willington Ortiz es el mejor futbolista colombiano de la historia y James el más exitoso, Falcao es sin lugar a dudas el mejor goleador. Es la prueba más complicada, compararlo, a James, con semejante depredador del área. La tabla muestra el nivel superlativo de Falcao en sus inicios en River. Uno de cada dos partidos marcaba gol o asistía. En su caso más gol que asistencias. La cifra cae a uno de cada cuatro partidos para James en el Banfield. Su fútbol en ese entonces miraba menos el arco, pero fue suficiente para saltar el charco en dirección a Porto, igual que Falcao.
En el Porto Falcao contribuyó con 0,9 goles y/o asistencias por partido. James con 0,5, un rendimiento excepcional para un volante. Curiosamente para Falcao el equipo portugués fue el pico, aunque nadie podrá decir que no triunfó plenamente en el Atlético de Madrid. James, tras salir del Porto, siguió creciendo y obtuvo su máximo rendimiento en el Real Madrid donde en 2 de cada 3 partidos asistía o marcaba. En el Bayern Munich su rendimiento ha bajado, pero aun así aporta ofensivamente casi una vez cada dos partidos.
Resiste James la comparación con el mejor goleador colombiano. En la selección Colombia sus números son incluso mejores (0,66 vs los 0,40 de Falcao). Y sin embargo no logra consolidarse como ese titular indiscutible que futbolísticamente pareciera merecer. Quizás el problema de James no sea futbolístico. Quizás James deba replantearse ciertos comportamientos. Quizás. La gloria no es eterna.