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Wilmar Barrios es uno de los baluartes del Boca finalista. Quizás él baluarte. Según una encuesta del Diario Olé de cara a la final de Copa Libertadores 2018 ante River Plate, Boca jugará con Barrios y 10 más Evaluemos su fútbol en esta edición del torneo continental.
Barrios ha sido titular en 10 partidos jugando la práctica totalidad de minutos (893). Según nuestro índice de rendimiento, Barrios es el tercer jugador más importante del equipo xeneize, sólo detrás de Pablo Pérez y Cristian Pavón (Escoja Equipo= Boca en la pestaña correspondiente). Su puntaje acumulado es de 66,65, debajo de los 93,24 de Pérez (el tercer mejor jugador de la Copa) y los 93,19 de Pavón (el cuarto mejor). El mejor de River Montiel, de pobre desempeño en la semifinal, acumula 63,44. Son motivos adicionales a los ya discutidos para darle cierto favoritismo a Boca sobre River en la gran final.
El índice recoge las variables relevantes del jugador, así que no vale la pena describir en detalle su importancia en la recuperación, o el número de pases. Sin embargo, si vale la pena revisar su posicionamiento, su despliegue y su juego con balón.
La Figura 1 ilustra las principales acciones defensivas de Barrios. Quite, recordemos, es robar el balón de los pies de un rival. Interceptación es cortar un pase. Los presentamos agregados. Por recuperación se entiende ganar la posesión de un balón que salió de los pies de un rival, presumiblemente dirigido a un compañero. Indica la capacidad de posicionarse que tiene el jugador.
El mapa de calor muestra que el área de operación de Barrios está entre el círculo central y el área propia, ligeramente escorado a la izquierda pero con una importante presencia en el lado derecho. No es un volante que recupere en campo contrario, nada en el último tercio, pero sí un futbolista que ocupa el área central, siempre bien ubicado.
Una de las principales funciones del volante 5, utilizando la terminología argentina, es disponer del balón cuando los centrales buscan una salida. La Figura 2 ilustra el primer pase realizado por Barrios desde el área marcada por el cuadrante, tras recibir de un compañero el balón, normalmente de uno de los defensores. Se observa que su eficacia es alta pasando dentro del cuadrante y razonable realizando pases en campo propio fuera del cuadrante. Hacia la izquierda, cabe resaltar, no ha fallado ninguno de estos pases. En cambio, hacia la derecha si presenta fallas. El panel derecho de la Figura 2 indica un jugador que asegura el juego, con mayoría de balones cortos en campo propio.
Barrios se tiene confianza, según sugieren los numerosos pases a campo contrario realizados desde su propio campo. Es decir, balones que tienen, en principio, una intención ofensiva. Sin embargo, la tasa de fallos del 27% y el panel de la izquierda –donde se observan desaciertos en el balón largo–, son indicativos de la mayor dificultad en ese rubro. A modo de referencia, vale la pena anotar que esa cifra (utilizando exactamente la misma metodología) es del 33,6% para Leonardo Ponzio, su contraparte natural en River quien, lesionado, no jugará en el partido de ida.
Lo anterior nos lleva a indagar sobre el destino de los pases de Wilmar Barrios. Pablo Pérez es el principal destinatario (Figura 3). Conecta fuertemente también con Lisandro Magallán y Leonardo Jara. El panel de la izquierda muestra que sus fallos están distribuidos de manera muy uniforme. En campo contrario, particularmente en el último tercio –ya lo habíamos anotado–, su tasa de aciertos decae.
Barrios, con 25 años, es un jugador que está cerca de su pico de rendimiento. El análisis realizado muestra su fortaleza defensiva y su aporte al juego de Boca. Si bien se observa dificultades naturales en los pases largos ofensivos, parecen ser cifras positivas respecto a rivales que juegan en posición similar. Wilmar será titular con Boca en la gran final. Bien lo dijo el Chicho Serna: “Barrios es el único jugador de Boca sin reemplazo”.