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El viernes 24 de agosto las jóvenes de Japón se proclamaron, por primera vez, campeonas del mundo en la Copa Mundo Sub-20 de la FIFA celebrada en Francia, tras derrotar a las españolas 3-1.
Desde el 2002, este torneo se ha celebrado cada dos años (pares) y entre las campeonas se encuentran: Estados Unidos (2002, 2008, 2012), Alemania (2004, 2010, 2014), Corea del Norte (2006, 2016) y Japón (2018). En sus nueve ediciones, solo se encuentran 4 naciones entre las ganadoras, y no sorprende que sean naciones reconocidas por invertir y prestar mayor atención al fútbol femenino. En agosto del 2016 las jugadoras de la selección de Estados Unidos exigieron igualdad salarial frente a los jugadores de la selección masculina; y en octubre de 2017, Esther Staubli, alemana, fue la primera árbitra en dirigir un partido en un mundial masculino (enfrentamiento en el torneo mundial masculino sub-17 entre Japón y Nueva Caledonia).
De igual manera, en ninguna de las nueve ediciones ha estado presente un país latinoamericano en la final. Brasil llegó al tercer puesto en el 2006 y al cuarto puesto en 2002 y 2004; por su parte, Colombia logró el cuarto puesto en 2010.
El torneo masculino mundial sub-20, por el contrario, se ha jugado desde 1977, cada dos años (impares), y los principales campeones han sido latinoamericanos: Argentina con 6 títulos (1979, 1995, 1997, 2001, 2005, 2007) y Brasil con 5 (1983, 1985, 1993, 2003, 2011).
Pero más allá de las diferencias históricas, que se explican en parte por la brecha de género que ha existido en el deporte, es fundamental evaluar el rendimiento de las jugadoras y los jugadores jóvenes que compiten. Hacer un seguimiento a las estadísticas permite ser más objetivos frente a la evolución del fútbol femenino y permite evaluar la convergencia, en términos deportivos, del fútbol femenino y masculino.
En la Tabla 1 se resumen las principales estadísticas de la Copa Mundo Femenina Sub-20 celebrada en Francia en el 2018 y la Copa Mundo Masculina Sub-20 del 2017 desarrollada en Corea del Sur. La principal conclusión a la que se puede llegar es que la FIFA no publica las mismas estadísticas para ambos torneos, por esa razón no se encuentran faltas cometidas, pues los datos se encuentran para la competencia masculina, pero no para la competencia femenina.
La segunda conclusión es que las mujeres fueron más efectivas marcando goles, dado que el equipo que más goles marcó en las mujeres fue Japón con 15 y en los hombres fue Venezuela con 14; así mismo, las mujeres anotan 3,06 goles en promedio por partido mientras que los hombres sólo 2,69.
La tercera conclusión es que las mujeres comenten menos faltas que resultan en tarjeta amarilla o en tarjeta roja, dado que no se publican las faltas cometidas en el torneo femenino, no se puede afirmar sobre el global de faltas.
Si bien las estadísticas generales del torneo no ofrecen ninguna conclusión definitiva sobre el camino del fútbol femenino, si evidencian que en términos de rendimiento y de goles, las mujeres están teniendo resultados semejantes a las competencias masculinas. La brecha cada vez parece ser menor; sin embargo, resulta difícil si la institución y autoridad principal del fútbol, FIFA, no publica las mismas estadísticas para el mismo torneo según el género.