El Barça era quizás el último de los gigantes europeos en el que no había jugado ningún colombiano. En el Madrid, Milan, Manchester United, Inter, Bayern y Juventus han jugado colombianos. Pero no en el poderoso equipo catalán. Quizás por ello Colombia vivó con particular expectación el debut de Yerry Mina en el Barcelona. Si bien jugó unos minutos en Copa del Rey, su verdadero debuto llegó en liga, ante el Getafe. De titular.

Aunque la prensa madrileña, como es su “deber”, lo quiso minimizar y hasta sentenciar, la verdad es que Mina cumplió un papel destacado. Tuvo una tasa de pases exitosos del 94%, ganó los 5 duelos aéreos que disputó y, para sorpresa de muchos, hizo dos tiros al arco, intentó tres y uno de ellos, que se fue por poco, casi pone a bailar Salsa Choke al acartonado público del Camp Nou.

Yerry, nos guste o no a los colombianos, está a prueba durante seis meses en el Barcelona. La posición de central allí es de las más complicadas porque su trabajo consiste en mucho más que defender, quitar y patear lejos el balón. Su labor pasa por organizar el juego, darle rotación de un lado a otro, profundidad cuando se requiere y estar siempre atento al contragolpe del rival. Guardiola, recordemos, compró en 2009 a Chigrinsky del Shakthar Donestsk ucraniano por €25 millones. Una barbaridad en ese entonces. ¡Fracasó!

No sólo de afuera han sido incapaces de triunfar. El día que Bale le pasó como un rayo tras arrancar con 10 metros de desventaja, no sólo fue el galés lo que se le escapó a Bartra. Fue toda probabilidad de éxito en el equipo de sus amores. Phillipe Christanval, Frédéric Dehú, Andreu Fontás, Marc Muniesa o Martín Cáceres son sólo ejemplos adicionales de centrales que no pudieron triunfar en el Camp Nou.

Para certificar el juego de Yerry Mina el día de su debut, lo mejor es compararlo con el maestro, Gerard Piqué. La Figura 1 muestra cómo se mueve Piqué. Siempre escorado por la derecha ocupa exactamente la posición que debe ocupar.

La Figura 2 muestra los movimientos de Mina al recibir y realizar pases. Relativo a Piqué, los pases que realiza quizás están excesivamente dispersos. Relativo a la recepción, mucho mejor colocado. Pero hay unos puntos, en tres cuartos de cancha, muy abierto que debe corregir. Piqué, el maestro del que estamos aprendiendo, tiene casi las mismas apariciones por esa zona que Yerry en un solo partido.

El socio predilecto de Gerard Piqué, ilustra la Figura 3, es el arquero. Después el marcador derecho, sea Semedo o Sergi Roberto.

Mina, durante su partido debut, se asoció más a Sergi Roberto, el lateral derecho (Figura 4). Poco juego tuvo con Ter Stegen que a su vez lo buscó también muy poco. Es natural. Un arquero sólo confía en los que confía. Y el nuevo nunca está en ese círculo. Ya lo ganará. Destaca, eso sí, que Mina, como hace Piqué, se asoció con Rakitic y con Busquets los hombres encargados de darle salida al Barcelona. La conexión con el otro central también es relevante.

Las cifras y el juego muestran que Yerry Mina hizo un partido correcto, con personalidad y dejó la sensación de que Valverde puede contar con él. Quizás el único comentario negativo unánime de la prensa española fue que saltaba con los brazos excesivamente abiertos provocando faltas que, como sucedió en el último minuto del partido ante el Getafe, puede generar peligros innecesarios. Pero es un aspecto menor que, eso sí, debe trabajar. Su envergadura y potencia aérea le puede dar al Barcelona una alternativa en partidos cerrados como ante el Getafe. Además, Mina debe continuar estudiante los movimientos del puesto en el Barcelona. Con ello, su fútbol y su personalidad, quizás los colombianos tengamos ídolo para rato en el Barcelona.