Es cierto que el fútbol colombiano actual no es lo lírico que fue en los ochenta, no digamos ya durante El Dorado. Pero dentro de esa escasez de arte, con los cuatro semifinalistas de la Liga Águila 2017-2 en la cabeza, destaca el rocoso y estructurado juego de Santa Fe. _Ad portas_ de una nueva final, hoy le ponemos números al juego Cardenal. Todos intuimos su fortaleza aerea, pero poco análisis comparativo se ha hecho.

El equipo que más disparos realizó durante el torneo colombiano en segundo semestre del 2017 fue el Atlético Nacional, más de 250 disparos. Millonarios fue tercero en el ranking, (detrás del Junior). En ese ranking, Santa Fe fue octavo y América noveno (la gráfica está al final de la entrada). El lector asiduo de estas columnas ya sabe que los valores absolutos poco dicen. Habiendo suficientes observaciones interesan más los datos relativos.

La Figura 1 muestra el número de disparos necesarios para marcar un gol. De los cuatro equipos semifinalistas, Santa Fe es el equipo más efectivo, requiere poco más de 7 disparos para marcar un gol. Dos datos destacan de la Figura 1. (i) Millonarios, también cerca de la final, tiene una efectividad parecidad a la de Santa Fe. (ii) Nacional, a pesar de contar con Dayro Moreno, estuvo en la parte baja del campeonato en cuanto a efectividad goleadora. América, por cierto, tampoco destacó por su poder ofensivo, pero sí por su fortaleza defensiva

Figura 1La Figura 2 ilustra el número de disparos necesarios que hay que hacerle a un equipo para anotarle un gol. Santa Fe, de lejos, es el equipo más complicado de marcarle. Alrededor de 17 disparos necesita en promedio un rival para marcarle un gol. Y es que en 23 partidos, a Santa Fe le han marcado apenas 11 goles!

Los datos expuestos hasta ahora son relativamente conocidos. Es fácil ir a ver la tabla y mirar que Santa Fe es el equipo que menos goles recibe. Evaluemos la fortaleza de Santa Fe los últimos años.

Quizás el gol promedio de Santa Fe en los últimos torneos se pueda resumir en un golpe de cabeza proveniente de un balón parado, bien sea tiro libre o saque de esquina. Efectivamente la Figura 3 muestra que, consistentemente, Santa Fe marca más goles de cabeza que el promedio del resto de equipos. Ahora, en años anteriores, particularmente durante el pico de rendimiento de Omar Pérez, jugador diferencial, la fortaleza cabeceadora de Santa Fe no era tan importante como en el 2017-2. Esta temporada, Santa Fe prácticamente duplica al promedio general. Sin embargo, cabe destacar que las dos últimas veces que Santa Fe fue campeón (2014-2 y 2016-2), el diferencial goleador no fue tan importante.

Pero no es sólo el gol de cabeza. Santa Fe genera más peligro que nadie a balón parado. La Figura 4 muestra las ocasiones generadas con pelota quieta por el equipo cardenal durante los últimos tres torneos. Entendiendo como ocasión de peligro, que un disparo a puerta se origine en una acción a balón parado, Santa Fe ha compensado su relativa poca fortaleza ante el arco rival (Figura A.1.) con un indudable poder ofensivo cuando de jugadas a balón parado se trata.

Las últimas dos figuras, la Figura 5 y la Figura 6 muestran que ese peligro generado, es efectivo. Particularmente cierto en el último torneo. La escasa efectividad en el semestre 2017-1 de la Liga Águila explicaría en buena parte porqué Santa Fe no pudo clasificar entre los ocho mejores. Lo que ha logrado este semestre el equipo rojo de la capital colombiana es volver a ajustar su mayor fortaleza, balón cobrado con precisión, gol rojo. De ahí que todavía Omar Pérez sea potencialmente importante. Nunca corrió mucho, ahora menos. Pero en la última década no hay nadie en Colombia que saque un tiro de esquina o tiro libro con la precisión que lo hace el ídolo cardenal. Quien vaya ganando por un gol a Santa Fe, y entre Pérez faltando 15 minutos, ya sabe: ¡no haga falta!

La Figura 5 muestra la particular importancia que tiene el tiro de esquina para Santa Fe en la temporada 2017-2. El 5% de los tiros de esquina terminan en gol, muy superior al promedio nacional. Ello, por cierto, es una tasa baja si se compara con lo datos de la Premier que presentan Anderson y Sally en su libro “The Numbers Game”, donde afirman que 1 de cada 10 tiros de esquina termina en gol.

Finalmente, la Figura 6 muestra que el cuadro rojo es también más fuerte que el promedio al momento de un tiro libre.  En este caso su tasa de éxito prácticamente duplica la del promedio del torneo colombiano.

Santa Fe, por tanto, no es un equipo particularmente ofensivo, pero sí muy eficiente. Ello lo tiene cerca de la final. Habrá que ver si la pérdida del arquero titular, Castellanos, tiene o no consecuencias. En cualquier caso, falta o tiro de esquina debe emocionar a los hinchas cardenales y preocupar a los rivales.

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