Más allá del VAR, la _International Board_ esta planteando reformas adicionales al deporte rey. Entre ellas destaca diminuir el tiempo de un partido a 60 minutos para, a cambio, jugar con tiempo corrido. Inicialmente habián sugerido jugar los últimos 10 minutos del partido parando el reloj. Ahora ya van por el partido entero. El origen del planteamiento es que el fútbol se detiene demasiado. Alguna vez revise estas estadísticas para algunos partidos de la Copa del Mundo. En Colombia no conozco este tipo de estimativos. Veamos lo que ha sucedido en los torneos del primer semestre del 2017 y el último del 2016 en el Fútbol Profesional Colombiano.

El cálculo del tiempo efectivo de juego lo basamos en los datos que provee Data Factory y que ofrecemos en nuestra página Web. El estimativo lo basamos en incidencias del partido tales como pases, tiros al arco, atajadas y demás. Toda incidencia en la que el balón esté en juego, rodando, se considera tiempo efectivo de juego. El reloj se para ante eventos como tiros libres, saques de banda, penales o las consabidas peleas por la tarjeta amarilla o roja. El tiempo vuele a correr cuando se hace efectivo el evento, es decir, cuando se dispara el tiro libre o se realiza el saque de banda. El reloj también se detiene en otros eventos como los goles, los tiros que salen del campo o cualquier jugada donde el balón salga del terreno de juego. Con los diferentes eventos se construye el algoritmo para cada partido y con base en él es que podemos reconstruir el tiempo efectivo de juego.

En la temporada 2017-1, el tiempo de juego promedio de un partido fue de aproximadamente 55 minutos y 30 segundos. El siguiente histograma muestra la distribución del tiempo de juego en Colombia. Como se observa, y como se esperaba, más o menos sigue una distribución normal. La mayor parte de los partidos tiene una duración efectiva entre los 52 y los 58 minutos de juego. Hay sin embargo algunos partidos que duran, en tiempo efectivo de juego, menos de un tiempo. Otros, sin embargo, llegan a los setenta minutos.

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En el primer semestre del 2017 sucede algo particular. El tiempo de juego en la fase regular, la serie de todos contra todos fue de 50 minutos y 13 segundos. En las finales, cuartos, semifinales y la gran final, el tiempo de juego alcanzó los 55 minutos y 47 segundos. Una diferencia, que aún considerando los pocos partidos que hay en finales, es estadísticamente significativa. Es decir, los minutos jugados en promedio en la fase regular y en la fase final son diferentes aún considerando la variación que evidentemente hay partido a partido. Esta diferencia en la duración del tiempo en partidos de la temporada regular y en las finales no es, sin embargo, un patrón. En la temporada 2016 -1, los partidos de la fase regular tuvieron una duración efectiva de 53 minutos y 30 segundos. En finales los partidos alcanzaron los 51 minutos y 31 segunos. No sólo se reversa la duración, sino que está diferencia no es estadísticamente significativa. Sin duda este tema de la duración de los partidos requiere mayor investigación que haremos en cuanto dispongamos de más datos. ¡Tiempo al tiempo!

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La gráfica anterior ilustra la distribución de partidos durante el segundo semestre del 2016 -2. Con una duración promedio de 53 minutos y 22 segundos, el tiempo efectivo de juego fue inferior al registrado en 2017 – 1. Hay unos partidos de muy corta duración, si bien, como se discutió arriba, el tiempo de juego suele estar entre los 50 y los 60 minutos.

¿Qué decir de los partidos de sólo 60 minutos? La _International Board _tiene un punto, los partidos duran menos de noventa minutos. Pero toda la vida fue así. Al fijar la duración del partido en 90 minutos nunca se espero que se jugaran los 90 minutos efectivos. ¿La duración promedio efectiva en el mundo es de 60 minutos? ¿En aras de la igualdad, vale la pena despreciar esos partidos de casi 70 minutos? Por otro lado, ¿cómo será el suplicio de tener que aguantar 60 minutos de unos de esos partidos que dura menos de 40 minutos? Creo que hace falta más información pero si van a hacer un cambio, quizás optaría primero por detener el tiempo los últimos 10 minutos de los partidos. Hace años, si la memoria no me falla, se jugó así en un torneo de verano en España. Y creo recordar que también en algunos torneos de categorías menores. Habría que ir, mirar los vídeos, y estudiar el impacto que tuvo. La propuesta, por ahora, no ha sido justificada con base en datos, estadísticas y, ni siquiera historia. O al menos no para el gran público. En el caso colombiano, en el suramericano, valdría la pena estudiar que sucede y comenzar a opinar. Siempre con datos.