Tags: Violencia en el fútbol
Columnistas Invitados:
Claudia Juliana Rodríguez Castellanos
Daniel Alberto Hernández Montenegro
(Trabajo para el Curso Fútbol, Economía y Sociedad – Universidad de Los Andes – Bogotá)
Colombia, se ha caracterizado durante más de medio siglo por la violencia y el conflicto que vive. El deporte, y más específicamente el fútbol, no han estado inmunes a este tipo de actos en nuestro país. Los comportamientos violentos en el fútbol envuelven desde los jugadores, técnicos y árbitros, hasta grupos de hinchas y policías o militares. Por lo tanto, la violencia no está presente específicamente en una forma en el fútbol, sino que puede expresarse tanto como una mala entrada en la mitad de un partido, una agresión por parte de un jugador al árbitro, o más allá, una intensa trifulca que incluya varios bandos e incluso las fuerzas policiales. En este sentido, no se puede hablar de la violencia como un aspecto lejano al fútbol, por el contrario está siempre presente en el deporte más visto a nivel mundial.
En este reporte, se pretende realizar un primer acercamiento a la relación que tiene la fiesta del fútbol con los actos de violencia a nivel nacional. Este no es un fenómeno de los últimos años, por el contrario desde hace más de dos décadas en Colombia el fútbol ha estado permeado por peleas, riñas y agresiones. Simplemente, debemos ir a aquel recordado 5 de septiembre de 1993, día en el que la Selección Colombia fue a Buenos Aires a enfrentar a la siempre fuerte Argentina. En ese entonces, la Tricolor encabezada por “El Pibe Valderrama”, “El Tino Asprilla” y compañía, ratificaría la calificación a la Copa Mundial de 1994 en Estados Unidos con un contundente 5-0. Pero la celebración no dejó un grato recuerdo. El saldo de esta “apoteósica” celebración sería de 76 muertos y 912 heridos en toda Colombia (Wallace, 2014).
Para no ir más lejos, según un reporte de la Policía, solamente entre enero del 2011 y junio del 2013, 72 enfrentamientos graves entre barras bravas han sido identificados, con un parte de más de cien heridos. Además, más de 28.000 armas blancas se han intentado ingresar a los estadios en Colombia para el mismo periodo (Quintero & Villamarín, 2013). En general, son hechos que buscan alertar a las fuerzas policiales y a los gobiernos sobre estos incidentes. Adicionalmente, la idea es que la misma comunidad identifique, entienda y actúe frente a estos actos de violencia relacionados al deporte máximo.
La Copa Mundial de Fútbol del 2014, fue un mundial excepcional para los colombianos. En primer lugar, fue el regreso de la Tricolor al evento después de 16 años, tras el fracaso de 1998 en Francia, cuando ni siquiera con la experiencia del Pibe Valderrama logramos superar la fase de grupos. En esta ocasión, la Selección Colombia comandada por Yepes y James Rodríguez, alcanzó los cuartos de final, en donde fue derrotada en un partido reñido contra el local y pentacampeón: Brasil. Todos los colombianos, entusiasmados y pendientes del desempeño de la Selección, nos contagiamos de aquello que se conoció como “la fiebre amarilla”. Sin embargo, dado que el fútbol mueve las entrañas de las personas, las relaciones sociales pueden verse afectadas por este tipo de emociones.
El fútbol, combinado con el consumo de bebidas alcohólicas, las masas de personas y sentimientos encontrados puede provocar riñas, homicidios y accidentes de tránsito que son contraproducentes para el bienestar de los ciudadanos. En ese sentido, ¿cómo el mundial de fútbol del 2014 influyó en la violencia en Colombia?
Así, usaremos los reportes diarios de lesiones personales disponibles en la Policía Nacional, que tendremos en cuenta como aproximación a violencia, dado que se generan “espontáneamente” al ser impulsados por la combinación de emociones en los festejos futbolísticos. Es decir, cómo las pasiones que genera el deporte en las personas tienen efectos adversos en la violencia. En la tabla 1, se pueden ver los partidos que jugó la Selección Colombia durante el mundial 2014. La Tricolor logró llegar invicto a cuartos de final, partido que perdió contra Brasil.
En el gráfico anterior, se observa que del primero de junio al cuatro de julio, se observan ocho picos en las lesiones personales de los cuales cuatro corresponden a los partidos de Colombia. Hay un pico el primero de cada mes, junio y julio, que según expertos hacen referencia a las fechas en donde la gente recibe su salario, sale de fiesta y así se genera violencia en las calles. Puede identificarse también, el domingo 22 de junio que correspondió a la celebración del día del padre en Colombia, lo cual de alguna manera puede explicar este pico en lesiones personales. Llama la atención, el partido del 24 de junio contra Japón donde se presentaron pocas lesiones personales (181), este número está debajo que el promedio del mes que fue 244. Esto se puede deber a que en esa fecha, ya se sabía que Colombia clasificaría a la siguiente ronda por lo que las celebraciones pudieron haber sido mucho menos efusivas al derrotar a la selección nipona. En los otros cuatro partidos, sí se ve un aumento importante de las lesiones personales, incluso, después del partido contra Uruguay el aumento en las lesiones personales se prolongó hasta el día siguiente. Los cinco partidos de la Selección Colombia están representados por puntos rojos en la gráfica anterior.
La tabla 2, muestra el promedio de lesiones personales del mes de junio desde el 2010 hasta el 2014. Aunque se ve una tendencia al alza, el promedio de lesiones de las fechas del mundial es mucho mayor que el resto, lo que muestra que sí es posible establecerse una relación positiva entre el fútbol y más específicamente los partidos del mundial y la violencia en Colombia
Estos resultados indican que a nivel nacional, hubo un aumento de las lesiones personales en las fechas en las que la Selección Colombia jugó durante la pasada Copa Mundial, parecen estar explicados según Briceño (2014) debido a que el deporte resulta ser instrumento de transmisión o canalización de cultura y de valores básicos. Es decir, que el deporte y más en particular el fútbol dada su popularidad, resultan ser catalizadores de grandes pasiones que pueden terminar generando enfrentamientos y actos violentos entre las personas. Por lo tanto es posible afirmar que “la proclividad a la violencia a partir del deporte donde no sólo se potencian las emociones sino se simulan las disputas mediante la competencia, resulta ser el escenario perfecto para materializar las contiendas humanas” (Briceño, 2014).
Así, las celebraciones a menudo terminan provocando riñas, discusiones y enfrentamientos que causan lesiones e incluso pueden llegar a la muerte. Estas celebraciones, sumadas a la euforia de una victoria como fue el caso de los 4 primeros partidos de la Selección en el Mundial (es decir fase de grupos y octavos de final), el consumo (no siempre moderado) de bebidas alcohólicas y uno que otro paquete de maicena o espuma, bien puede generar molestias entre los colombianos. Puede radicar acá, una razón por la cual aunque todos apoyemos al mismo equipo durante estas fechas, aunque no haya diferentes camisetas o colores a los que apoyar en un evento de esta magnitud, termine habiendo también enfrentamientos y lesiones en estos festejos.
Expertos en temas de convivencia y deportes afirman que el problema radica en un déficit de cultura ciudadana, que al combinarse con intolerancia y alcohol puede no terminar en un sano festejo (Wallace, 2014). En vista de lo anterior, los gobiernos locales tomaron decisiones de corto plazo y decidieron intervenir, pues se reconoció en estos festejos de los partidos de fútbol del Mundial, relaciones con enfrentamientos y actos violentos en las principales ciudades de Colombia. En Bogotá por ejemplo, según las cifras del entonces Alcalde Gustavo Petro, después del partido contra Grecia “la celebración del Mundial dejó 3000 riñas, 15 heridos y 9 muertos”. Por lo anterior, se decidió elaborar una serie de medidas que apuntan “a preservar la vida y seguridad de los bogotanos” como la ley seca, el pico y placa y el uso mesurado de la maicena y la espuma (El Espectador, 2014).
Por otro lado, la Gobernación del Quindío decidió prohibir el transporte de parrilleros así como ley seca en algunos municipios críticos después de las dos primeras fechas del pasado Mundial. Según la Gobernación, los esfuerzos no habían sido suficientes y ni las recomendaciones ni llamados habían sido atendidos, por lo que estas restricciones serían aplicadas en aras de “garantizar la seguridad y tranquilidad en medio de las celebraciones” (Crónica del Quindío, 2014). En Cali, por ejemplo, las medidas no fueron solamente contra los parrilleros, sino que llegaron a tal punto de prohibir toda circulación de motocicletas desde las 2:00 de la tarde hasta las 8:00 de la noche del sábado 28 de junio del 2014 (El Tiempo, 2014).
Sin embargo, estas medidas que se tomaron durante el Mundial en diferentes lugares de Colombia, son únicamente válidas o funcionales en el corto plazo. Por lo tanto, políticas y medidas deben ser diseñadas, estructuradas e implementadas para que en el mediano y largo plazo se logre mediante el control y aislamiento de la violencia de este deporte, un festejo en paz. Así, para ello, debe reconocerse, como lo hizo en aquel entonces Margaret Thatcher con los hooligans en Inglaterra, que esto no es un problema que se ciñe únicamente a un balón, sino que es un asunto social (Gomez, 2013). Por lo cual, todas las políticas deben estar en post de una culturización para que la tolerancia, el respeto y el auto-control sean los protagonistas de la fiesta del fútbol, en lugar de las riñas, las armas y los malos momentos.
Bibliografía
-Rodríguez-Melendro, N & Villanueva Bustos, A. 2014. Violencia en el fútbol como amenaza: ¿ Y después del Mundial Brasil 2014, qué? Lecturas, atrevimientos y discusiones proyectados hacia Chile 2015 y Rusia 2018. Desbordes Revista de investigaciones de la escuela de ciencias sociales. UNAD.
-Briceño Rodríguez, A. 2014 . “_Fútbol: ¿catalizador de inseguridad? Análisis del fenómeno social y su incidencia en la seguridad_”. Transpasando Fronteras, núm. 6, pp. 141-156. Cali, Colombia: Centro de Estudios Interdisciplinarios, Jurídicos, Sociales y Humanistas (CIES), Facultad de Derecho y Ciencias sociales, Universidad Icesi.
-Wallace, A. 2014. Por qué las celebraciones en Colombia terminan con muertos. BBC Mundo,Bogotá. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/06/140618_wc2014_brasil2014_colombia_coesta_marfil_previa_violencia_muertos_celebracion_aw
-Quintero, J & Villamarín Paola. Barras bravas: ¿por qué nos matamos por una camiseta?. El Tiempo, Bogotá. Disponible en: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12901286
-Medicina Legal. Lesiones personales. Disponible en https://www.medicinalegal.gov.co/documents/10180/51788/Lesionespersonales.pdf1999.pdf/36755997-8d15-4bad-abeb-25135264738c
-Gomez, R. 2013. ¿Cómo acabó Margaret Thatcher con los “Hooligans” en Inglaterra? Kien Y Ke, El placer de saber, ver y oír más. Disponible en: https://www.kienyke.com/deportes/como-acabo-margaret-thatcher-con-los-hooligans-en-inglaterra/
-El Tiempo, 2014. Por horas, ley seca y restricción de motos en Cali. Disponible en: https://www.eltiempo.com/colombia/cali/medidas-en-cali-para-celebraciones-de-mundial/14172575
-Crónica del Quindío, 2014. Impondrán restricción al parrillero hombre para evitar desmanes. Disponible en: https://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-impondran_restriccion_al_parrillero_hombre_para_evitar_desmanes-seccion-judiciales-nota-74849.htm
-El Espectador, 2014. Así será el pico y placa y la ley seca en Bogotá este sábado por Colombia Vs. Uruguay. Disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/bogota/asi-sera-el-pico-y-placa-y-ley-seca-bogota-sabado-colom-articulo-500955