La disputa simultánea de Copa América y Eurocopa da pie a las eternas discusiones sobre el poderío del fútbol de uno y otro lado del Atlántico. En Eurocopa niegan tal interés en comparar, pero estuvieron prestos a hablar del ‘descrédito’ de la Copa América por los errores arbitrales. En América nunca se ha negado el interés. Por ello se entiende que la prensa se ‘escandalice’ por la violencia de los ultras europeos.

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La historia reciente nos dice que en la última década Europa ha sido superior. Los mundiales de 2006, 2010 y 2014 vieron a Europa levantar orgullosos el trofeo que los proclamaba Campeones del Mundo. Nunca América había estado tres mundiales consecutivos sin quedar campeón. En Rusia 2018 habrá una nueva oportunidad. Pero sólo en una ocasión, 1958, América -de la mano de Pelé y Garrincha- pudo ganar en territorio europeo. El reto es mayúsculo.

El comparativo es interesante además porque ha resultado lo más de entretenido ver simultáneamente los dos torneos. Son estilos diferentes, aficiones diferentes, estadios diferentes y hasta arbitraje diferente. Pero todos luchan con lo mejor que tienen por la gloria continental. La ampliación del número de equipos allá y acá ha planteado interesantes cuestionamientos sobre la conveniencia de abrir el torneo a demasiados equipos. No se enfrentan directamente, pero los aficionados a diario comparamos el aburrido partido de un lado, con el enorme despliegue del otro. La calidad de aquel con la fuerza del otro.

En el ejercicio de comparación, las cifras de los dos torneos nos ayudan a entender las diferencias en el fútbol a uno y otro lado del charco. El fútbol, por supuesto, es más que números. El estilo, la elegancia es difícil de cuantificar. Los 638 pases acertados de Brasil ante la débil Haití no son lo mismo que los 628 de España ante Turquía. Pero los números tampoco son despreciables. Son el resultado del estilo y de lo realizado en los partidos.

En esta entrada vamos a comparar indicadores de ataque. Calculamos la media de cada indicador y, dado que tenemos un número de observaciones aceptable, establecemos si la diferencia es válida en sentido estadístico. Es decir,  si la dispersión de la variable es tal que en la práctica el promedio es _más o menos igual _o definitivamente son diferentes. Los indicadores de defensa los dejamos para otra ocasión. Se repasan los indicadores básicos de los primeros 28 partidos de la Copa América (terminados los cuartos de final) con los primeros 26 de la Eurocopa, es decir incluyendo los del 19 de junio de 2016.

El balón se mueve más en Europa que en América. Quizás ello siempre haya sido así. En promedio un equipo realizó 412 pases por partido. La cifra es superior (en sentido estadístico) a la observada en la Copa América: 362. En términos estadísticos, sin embargo, el número de pases acertados no es diferente: 345 en Europa, 314 en América. Estas cifras implican que el porcentaje de pases acertados en Europa (82,1%) es inferior al de América (85,3%). El 93% de acierto en el pase de España en su partido ante Turquía fue menor al de Argentina ante Bolivia (94%) y Panamá (94%).

Lo anterior sugiere que quizás la desigualdad entre equipos sesgue los resultados. Está hipótesis se analiza construyendo tres indicadores de desigualdad: (i) La diferencia en el porcentaje de posesión de balón. Se divide el porcentaje de posesión del equipo que más tuvo el balón en un partido dado, sobre el que menos lo tuvo. Ello garantiza que el indicador es mayor o igual a 1. (ii) La relación de pases totales. Se define como la división entre el número de pases totales del equipo que más pases realizó sobre el que menos pases realizó. Igual que antes, el indicador siempre será 1 ó más. (iii) Igual que el anterior, pero con el número de pases acertados.

En América, en promedio, el equipo de mayor posesión de balón lo tiene un 64% más que el rival. En Europa, el 46%. En América, por cada pase que ejecuta el equipo que menos pases realiza en un partido dado, el rival hace 2,2. La cifra en Europa es 1,8. Cuando se trata de pases acertados las cifras son 2,4 en América y 2,1 en Europa. Aunque hay diferencias en el dato puntual, en ninguno de los tres casos las medias son estadísticamente diferentes.

Las diferencias llegan en otras áreas. En América se requiere de 6,4 disparos en promedio para anotar un gol. En Europa 10,3. Ronaldo, por supuesto, debe sesgar negativamente los números de la Eurocopa pues en 2 partidos ha realizado 20 disparos sin poder anotar siguiera un gol. La cifra es particularmente significativa si se considera que en promedio un equipo en América dispara al arco 10 veces y uno Europeo 12,3.

Los equipos que menos han disparado a puerta son Bolivia en su partido ante Argentina, e Irlanda de Norte ante Polonia. Ambos hicieron apenas dos disparos. Colombia, por cierto, ante Perú, en el partido que selló su clasificación a las semifinales del torneo disparó apenas en 3 ocasiones. Muy poco bagaje si se compara con los 18 disparos que realizó Chile ante México, Panamá y Bolivia. Ospina, el arquero colombiano, tendrá trabajo.

Los datos anteriores llevan a que en América los equipos hayan marcado en promedio 1,5 goles. En Europa la cifra cae a 0,92.

Hay diferencias entre equipos promedio. Pero la historia se suele escribir sobre los mejores equipos. La Eurocopa 2016 y la Copa Centenario se recordará por sus campeones y por los grandes partidos. El Chile que se vio ante México estará en la memoria de muchos aficionados. Los partidos para el recuerdo suelen ser los que se juegan más allá de la primera ronda. Esos grandes cotejos aún están por llegar a la Eurocopa. En parte, conceptualmente, eso es lo aburrido de permitir el ingreso de tanto equipo menor a estos torneos.