El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Tags: CONMEBOL; Copa América; Corrupción; Joseph Blatter; Nicolás Leóz

El principal problema del fútbol es, quizás, que quienes lo manejan en su mayoría, poco o nada tienen que ver con el fútbol. Bien lo dijo Maradona: Blatter nunca jugó al fútbol.

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Desde su nombramiento como presidente de la FIFA, Blatter ha enfrentado escándalo tras escándalo. El más importante tuvo que ver con la acusación de que la firma de mercadeo ISL había ofrecido dinero a ejecutivos de la FIFA a cambio de diferentes réditos. La quiebra de la firma en 2001 disparó la pregunta. ¿Si ellos pagaron, quién recibió? Tras la investigación encargada por la propia FIFA dos peces gordos son ofrecidos al escarnio público:  Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol, y Ricardo Texeira, de la Confederación Brasilera de Fútbol. La investigación concluyó que recibieron dinero pero que, bajo las leyes de Suiza en ese momento, tal acto no era ilegal. Posteriormente, en 2013, el Comité de Ética de la FIFA limpia el nombre de Blatter pero señala también al Presidente Honorario  João Havelange quien se ve obligado a renunciar a esa posición.

En 2010, Amos Adamu  y Reynald Temarii miembros del comité ejecutivo de FIFA fueron acusados de ofrecer sus votos para favorecer determinadas candidaturas. Temarii, en 2015, fue sancionado adicionalmente por aceptar dineros de la Asociación de Fútbol de Oceanía para defenderse de tal acusación.

En el mismo 2010, con extraño afán, la FIFA nombra a Qatar sede del Mundial de 2022. Ello a pesar que el informe oficial encargado por la misma FIFA sobre los candidatos decía que “un mundial en junio y julio tendría un riesgo considerable en la salud de jugadores, personal administrativo, la familia de la FIFA y los espectadores”.

En 2011, David Triesman, tras retirarse de la Asociación de Fútbol de Inglaterra, acusó en el parlamento británico a Jack Warner, Nicolás Leoz, Ricardo Texeira y Woraki Makudi, todos miembros del comité ejecutivo de la FIFA, de ofrecer su voto para elegir la sede del Mundial 2018. Rusia, recordemos, obtuvo la sede a la que también aspiraba Inglaterra. Por otro lado, Issa Hayatou, vicepresidente de la FIFA y Jacques Anouma, miembros del comité ejecutivo fueron acusados por el “Sunday Times” de recibir 1.5 millones de dólares cada uno para apoyar la candidatura de Catar 2022.

En 2011, la FIFA anuncia que investigará a Jack Warner, (el mismo de la acusación de David Triesman), presidente de la CONCACAF y a Mohamed Bin Hammam, de la Asociación Asiática quien en un reporte preparado por el también miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, Chuck Blazer los acusa de pagar coimas por US$400.000 para obtener el apoyo de los miembros de las asociaciones de fútbol del Caribe. Mohamed Bin Hammam afirma, por cierto, que las acusaciones no son más que un instrumento para retirarlo de la carrera por la presidencia de la FIFA a la que aspira.

En un giro sorpresa, Blatter decide que él también debe ser investigado por el comité de ética de la FIFA tras las acusaciones de Hammam de que él conocía de pagos a miembros del comité ejecutivo por la elección de Qatar 2022. Tras dos días de ‘extensas’ investigaciones el Comité de Ética encuentra que tales acusaciones no tienen fundamento. Por el contrario, las acusaciones contra Hammam siguieron y en julio de 2011 se le suspende de por vida de la FIFA por soborno. Un año después, ante la falta de evidencia, la suspensión se retiró. Hammam, sin embargo, se retiraría después de todas sus posiciones en el fútbol tras ser acusado de violar el Código de Ética.

Tras ser reelegido en octubre de 2011, Blatter y la FIFA dividen en dos el Comité de Ética: uno para investigar las acusaciones y otro para decidir sobre ellas. Además crea un Comité Independiente de “Buen Gobierno” que en una de sus primeras conclusiones (particularmente revisando el caso Hammam) concluye que el manejo que la FIFA ha dado a los escándalos de corrupción no son satisfactorios.  La nueva estrategia de la FIFA lleva a suspender de por vida en 2013 a Vernon Manilal Fernando, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA por acciones que no se esclarecen.

Cuando el Comité de Ética anuncia y publica un resumen del informe sobre el proceso de selección de las sedes de los Mundiales de 2018 (Rusia) y 2022 (Catar), su director Hans-Joachim Eckert comunica que ambos países son inocentes y no hay evidencia que permita acusarlos de actuaciones irregulares. Sin embargo, Michael García, autor del reporte, afirma que debe publicarse el reporte entero pues el resumen presenta de manera errada e incompleta los hechos y las conclusiones.

El mismo Comité de Ética suspende en 2013 a Chuck Blazer, ex director de la CONCACAF y miembro del Comité Ejecutivo por acciones impropias. Y es precisamente Blazer el personaje clave en la trama del FBI y el Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos contra la FIFA.

Aunque las autoridades de los Estados Unidos no lo confirmaron, Blazer parece haber cooperado con el FBI desde 2011 seguramente hasta que fue expulsado de FIFA en 2013. En el intermedio, Blazer fue acusado y encontrado culpable de lavado de dinero y evasión de impuestos entre otros delitos. Dado que los contactos de Blazer, antiguo Secretario General de la CONCACAD son mayores en esta parte del mundo, ello explica que sean americanos la mayoría de implicados en la redada realizada en Suiza.

Entre nosotros en Suramérica, el nombre que más nos suena es Nicolás Leoz. Aquel a quien se atrevieron a nombrar Presidente vitalicio de CONMEBOL en 2011 cuando ya era acusado de diferentes actividades ilegales. Además de lo mencionado anteriormente, Leoz está acusado de solicitar el pago de sobornos para renovar el contrato de transmisión de diferentes eventos organizados por la CONMEBOL (Copa América incluida) que se vencía en 2011. Alguien -afirma el DOJ-, en representación de Traffic, aceptó pagar “millones de dólares” a ejecutivos de la CONMEBOL por diferentes acuerdos que iban incluso más allá de los derechos de transmisión por televisión.

El primer contrato con Traffic para transmitir la Copa América se dio en 1986 por 1,7 millones de dólares. El contrato daba derecho a transmitir la Copa América de 1989 y 1991. Según el documento del DOJ, en 1991, Leoz, ya como Presidente de la CONMEBOL se negó a firmar la renovación del contrato con Traffic para las Copas Américas de 1993, 1995 y 1997. Afirma el DOJ que Leoz afirmó que no sería justo que él no obtuviera también grandes ganancias económicas. A Leoz se le pagó, siempre según el documento, una cifra de 6 números en dólares americanos.  Dada la participación de Estados Unidos y México en la Copa América de 1993, el valor del torneo se incrementó y se firmaron diferentes adiciones para cada Copa América en la que los equipos norteamericanos participaran. En cada ocasión, Leoz exigía a la contraparte pagos personalizados para él. El paraguayo, afirma el DOJ, recibió pagos por cada Copa América, hasta 2011, alcanzando eventualmente las 7 cifras.

Sobre la Copa Centenario, es triste enterarse que nació de un problema judicial entre Traffic y Full Play que peleaban por los derechos de televisión de la Copa América que CONMEBOL había vendido en la práctica a ambas empresas. El acuerdo al que llegaron fue repartir los derechos de las versiones de 2015, 2019 y 2023 y la edición “especial” de 2016. Para ello, la nueva empresa surgida del acuerdo, Datisa pagó, siempre según el documento del DOJ, más de 100 millones de dólares en comisiones y sobornos. Pagaría 20 millones a la firma del contrato y 20 millones por cada una de las cuatro ediciones. Pagaría US$3 millones al presidente de la Conmebol y a los presidentes de las federaciones poderosas (la brasilera y la argentina). Además US$1,5 millones a los presidentes de 7 federaciones de CONMEBOL y US$500.000 a otro alto ejecutivo de la CONMEBOL. Es decir, de ese dinero, siempre según el DOJ, a cada presidente de federación menor  se le ha pagado ya US$ 3 millones de dólares.

El documento citado de DOJ está en este enlace.

En resumen. La hora del cambio se acerca en el fútbol suramericano. Toda la dirigencia del fútbol suramericano aparece implicada en el documento del DOJ. No todos están camino a una prisión en los Estados Unidos, pero prácticamente todos, así sea sin nombre, están ahí mencionados. Aprendimos, además, que el poder de Argentina y Brasil va mucho más allá de lo futbolístico. Ilusos aquellos que creíamos que a un equipo argentino o brasilero se le dictaría sanción seria así atacase con químicos a los jugadores rivales. En fin, el vuelco que requiere la CONMEBOL quizás llegue, quien lo diría, gracias al FBI.

En la FIFA, el cambio es más complejo. La renuncia de Blatter poco o nada aporta cuando se han tocado todos los estamentos del organismo. Blatter, por supuesto, debe renunciar. Dicen las ‘malas lenguas’ que gana US$2.000.000 año. ¿Quien en el mundo tiene la credibilidad para dirigir con transparencia un organismo que tiene 1.500 millones de dólares en efectivo? Un organismo que, en la práctica, depende de todos, pero no depende de nadie. Se avecinan tormentas en el mundo del fútbol. Mientras tanto, los ladrones de cuello blanco deben pagar por sus fechorías.

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