Tags: Berlin 1936; Juegos Olímpicos; Perú; Perú vs Austria; Lolo Fernández
El 8 de agosto de 1936 la prensa española, el Mundo Deportivo de Barcelona en particular, escribía entre sorprendida y entusiasmada: “parece que Perú ha progresado mucho y puede casi ya codearse con los argentinos y uruguayos y por ello el pronóstico debe ser favorable”. Hacía referencia a la holgada victoria inca en primera ronda por 7-3 sobre un congelado equipo fines en los Juegos Olímpicos de Berlin, aquellos en los que Hitler demostraría al mundo la indudable superioridad de la raza aria.
Infortunadamente para el líder nazi, Alemania en fútbol no era lo que fue después y aunque ya se encontraban vendidas todas las entradas de la semifinal y final para ver el triunfo teutón, Alemania fue eliminada en segunda ronda por el equipo de Noruega.
Perú, en cambio, liderado por el ‘Lolo’ Fernández, quien aún hoy es considerado el máximo ídolo de Universitario, enfrentaría a la selección de Austria rumbo a las semifinales del torneo. Austria, por aquellos años, aún contaba con el gran Sindelar, aclamado por votación popular el mejor deportista austriaco del siglo XX. Pero como las demás estrellas austriacas, Sindelar no jugó el torneo olímpico. El fútbol en las olimpiadas era en aquellos años un torneo amateur. Así como Italia llegó al torneo con un combinado de estudiantes, Austria también dejó fuera de competencia a los grandes componentes del Wünderteam.
Perú, por el contrario, presentó una gran nomina, ya que el torneo local aún era amateur. El caracter aficionado del torneo de fútbol no le quitaba interés en aquellos años. 35.000 espectadores presenciaron la remontada peruana ante Austria. Los centroeuropeos ganaban 2-0 hasta el minuto ’75 cuando llegó el descuento de Alcalde. Perú empató 6 minutos después y en tiempo extra logró imponerse gracias a dos goles adicionales de ‘Manguera” Villanueva y el ‘Lolo’Fernández.
Así que para el 10 de agosto, el diario Mundo Deportivo pronosticaba un partido muy igualado entre Polonia y Perú por las semifinales olímpicas. Daba, sin embargo, ligera ventaja a los polacos. Pero tal partido nunca se jugó. ¡Fue anulado!
Los motivos han generado mil historias. Especialmente en el Perú, pero también avivadas por grandes literatos latinoamericanos. La historia que más caló en un principio fue que a los peruanos, como a Owen, Hitler ordenó sacarlos del torneo. Seguramente, pensarían en Perú, eran demasiado ‘cholos’ para los gustos arios del líder alemán. Tal historia se mantuvo hasta prácticamente el año 2000 cuando en el mismo Perú, investigaciones serias concluyeron que Hitler no tuvo nada que ver. Quizás nunca se enteró de lo ‘cholos’ que eran o no eran los peruanos. El tema tuvo motivaciones más futboleras.
Aunque el debate siempre estará abierto, en el fondo fueron los actos violentos en el terreno de juego lo que llevaron a anular aquel partido. El Mundo Deportivo, en su crónica de los hechos afirma que la FIFA ordenó la repetición del partido a raíz de “una serie de incidentes (…) de los que fueron protagonistas jugadores y delegados peruanos además de algún sector del público, terminando con la expulsión de un delegado peruano que fue arrojado del terreno de juego a empellones”. El partido, ordenó la FIFA, debería repetirse el 10 de agosto. La versión moderna en el Perú sugiere que hinchas peruanos entraron y agredieron a jugadores y delegados del equipo rival. Algún diario inglés, seguramente exagerando, incluso habla de 1.000 hinchas peruanos. Habría que ver, eso sí, como llegaron en 1936 1.000 hinchas peruanos al estadio.
Los peruanos, felices por el triunfo, se negaron de plano a que el partido se repitiera. Llegado el momento del encuentro, la delegación peruana no se presentó. Los peruanos, en sus crónicas modernas hablan de una segunda reprogramación para el día 11 de agosto. Sobre este hecho, no encuentro nada. Si hubo, en cambio, solidaridad latinoamericana. Los delegados de Chile y Uruguay decidieron adherir a la protesta peruana dirigida a la FIFA. Además, la delegación peruana se retiró de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, Perú, preocupados porque su partida se tomase como una descortesía con Alemania aceptó, entre otras, jugar un partido amistoso contra el equipo alemán y otro contra Austria en Viena. No he encontrado referencias de estos partidos, y considerando que las crónicas peruanas cifran la llegada de vuelta a Lima el 17 de septiembre de 1936, y dado que el viaje de ida tomó tres semanas es muy posible que tales partidos no se hayan disputado. Además, de haberse jugador, seguramente no serían oficiales, pues en la página de DFB (la federación alemana de fútbol), no aparece registrado tal partido.
La pregunta que siempre quedará es por qué se negaron a jugar nuevamente los peruanos. Ellos afirman (de ahí las historias) que el árbitro los desfavoreció durante todo el partido. Pero sin jugar quedaron eliminados. Jugando, podrían haber rozado la gloria. Siempre es mejor jugar.