Tags: Colombia en mundiales de fútbol; Cuartos de Final; Fred; James Rodriguez; Leónidas; Mundial 1982; Mundial 2014; Neymar; Pelé; Romario; Ronaldinho; Seleccion Colombia; Zico
La derrota de Brasil frente a Italia en España ’82, para todos los amantes del jogo bonito, fue las más triste de la historia. Tras la inesperada debacle de Zico y compañía, los brasileros iniciaron un proceso de reconversión futbolística que terminó en tragedia: el delantero centro titular en Brasil 2014 es el tal Fred.
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Brasil sigue siendo potencia, pero ya no encandila ni enamora. En 1994, de la mano del tacaño Parreira ganó con un sistema ‘europeizado’. El triunfo los terminó de convencer: ¿para qué jugar bonito y no ganar como Brasil en 1982 o 1986? Era mejor jugar feo pero ganar. Nunca admitieron, por supuesto, que jugaban feo pues contaron con dos cracks arriba: Romario y Bebeto. En 2002, de la mano de Scolari, el mismo tacaño que hoy entrena a Brasil, volvieron a triunfar. Nuevamente se equivocaron en el diagnóstico.
Scolari y seguidores creyeron que el fútbol cobarde había sido la clave. Pareciera que nunca entendieron que en ese equipo jugaban tres crack de dimensión histórica: Rivaldo, Ronaldo y Ronaldinho. La transformación condujo a que poco a poco en Brasil, la tierra de Leónidas, Pelé, Zico, Romario y Ronaldinho, se de prioridad a tipos rocosos con escasa técnica, mucha fuerza y nada de imaginación. Así se ha llegado a lo que es hoy la selección brasileña: 9 futbolistas promedio más Fred intentando que Neymar, el último brasilero en Brasil, pueda inventar algo. Pero Neymar apenas tiene 22 añitos. Muy pocos para lo que se le exige.
Si Brasil gana el Mundial del 2014 será desastroso para todos aquellos que creemos que el jogo bonito. El ciclo habrá terminado. Habrán ganado apenas con una estrella naciente y el tal Fred de titular.
Colombia, el próximo rival en cuartos de final tiene una misión histórica. No sólo se juega el pase a semifinales por primera vez en su historia. Además tiene la obligación de recuperar para el mundo futbolístico el jogo bonito brasilero. El país de la samba necesita un choque estructural. Algo que los haga despertar de esa horrible noche donde predomina el fútbol ‘táctico’, aburrido, tacaño y sin imaginación.
El choque está a la vuelta de la esquina. Perder contra un novato en instancias avanzadas, a quien ven como un pequeño obstáculo en espera de rivales más poderosos, es el choque que Brasil y el fútbol necesita. Tostão, la leyenda de Brasil 1970 afirmó días antes del partido que “Argentina, Alemania, Holanda, Francia y Brasil tienen las mismas posibilidades [de ganar la copa]. Cuatro de esas cinco selecciones estarán en semifinales (más probable Alemania que Francia)“. Feo y todo, en Brasil no hay dudas del resultado del partido contra Colombia.
Pero si gana Colombia, se les habrá hecho un favor. Llorarán después del partido. Pero a la larga el debate se abrirá y con algo de suerte abrirán los ojos: hay que recuperar la identidad que hizo a Brasil la primera potencia futbolística del planeta. Con los años agradecerán a Colombia. Sólo con una cachetada pueden reaccionar.
Futbolísticamente hablando, la misión de Colombia no es sencilla. El equipo brasileño, salvando a Neymar, es mediocre arriba, pero contiene al rival como pocos. Además es local. La siguiente gráfica, basada en datos de OPTA, deja muy a las claras que las estrellas son dos jóvenes: Neymar y James. Pero mientras el peso del equipo brasilero recae casi exclusivamente en Neymar, Colombia tiene alternativas. Cuadrado es líder en asistencias de gol y recibe faltas. En Brasil, son varios los que lideran las asistencias de gol, ninguno ha hecho más de una. A quién más faltas han cometido es a Julio César, el arquero. En Colombia, James mueve el equipo, en Brasil, quien más pases registra es Dani Alves. Dice mucho de como han jugado uno y otro.
Brasil, muestra la gráfica siguiente, la toca más. Mucho toque toque y de aquello poco. El que la toquen tanto, y que sea un defensa quien más pases totales tiene, así éste se llame Dani Alvez, se explica en los preceptos de Scolari. Es un equipo de poco riesgos cuando no hay que arriesgar.
Pero Brasil parece un equipo más dinámico. Habiendo jugado cuatro partidos, sus indicadores generales revelan cifras mayores a las de Colombia. Pasan mas y realizan más pases buenos (aunque la precisión es similar, alrededor del 77%). Pierden más y recuperan más el balón además de tirarlo más al área. Es, fruto de la reconversión que anotamos arriba, una selección muy europea, dinámica, vertical y rápida. La pausa del fútbol sudamericano la tiene Colombia.
Colombia, el más brasilero de los que queda en carrera, busca derrotar a Brasil, el más europeo de los que queda en competencia. La victoria no sólo alegrará al pueblo colombiano. La victoria, con los años, devolverá la alegría a los brasileros.