El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Penal; Penalti; tanda de penal; Tiro Penal

Seguir a @golyfutbol Recientemente escribí sobre la historia de las reglas del fútbol. Pero algún lector interesado me preguntaba por la historia del penal. ¿Por qué hoy es como es?

El fútbol, aprendimos revisando las reglas del fútbol, se desarrolló a base de prueba y error. El tiro penal o penalti no iba a ser menos. En los cuartos de final de la vigésima edición de la FA Cup inglesa se enfrentaban en Trent Bridge el Notts County ante el Stoke City.  Aquel 14 de febrero de 1891 sucedería un hecho que cambiaría la historia del fútbol radicalmente. El partido apretado lo ganaba 1-0 el Notts County. Con el partido por finalizar, un ataque del Stoke parecía concluir con éxito. El balón se colaba irremediablemente a la portería del Notts County. Sin embargo, como Kempes ante Polonia en el Mundial de 1978 o Luis Suárez en el minuto 120 de cuartos de final ante Ghana en el Mundial de 2010, el jugador Hendry se lanzó a rechazar el balón con la única parte del cuerpo que podía: con la mano. En 1978, a Kempes no lo echaron pues la norma simplemente castigaba la acción con un tiro penal. Fillol tapó aquel penal. En 2010 Luis Suárez fue expulsado. Ghana falló el penal y Uruguay se plantó, por primera vez desde 1970 en semifinales de un Campeonato Mundial de Fútbol. En 1891 el castigo fue un tiro libre en la línea de gol. Al final el balón nunca entró y el Notts County terminaría perdiendo la final de la FA aquel año ante Blackburn Rovers.

Enfrentar al delantero con el portero, uno contra uno, no se había planteado entonces. Pero el debate ya estaba vigente al menos desde 1890. Ante la inminencia de gol, los defensas había tomado la ‘costumbre’ de tumbar al delantero rival. Si bien era falta, era evidente que el infractor salía beneficiado.

Ante tal injusticia en Irlanda habían propuesto en 1890 alternativas que hicieran justicia. La idea era castigar al infractor con un tiro desde ‘cualquier’ punto siempre que estuviese a 12 yardas de la línea de gol. Con excepción del arquero rival, todos los jugadores debían estar 6 yardas detrás del balón. La norma no se aceptó inicialmente porque se consideraba un insulto al debido comportamiento ético en el terreno de juego. Iba en contra de la idea Victoriana del espíritu aficionado y caballeroso de un deportista.

El incidente del partido del Notts County vs. Stock cambió la perspectiva. El 2 de junio de 1891, la International Board, compuesta por representantes de Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda, la entidad encargada de reglamentar el naciente deporte Rey, aprobó el tiro penal tal como lo habían propuesto los irlandeses. La norma no satisfizo al fútbol aficionado inglés que durante años se negó a aceptar la norma. Llegó a ser costumbre que durante un tiro penal el portero se acercara a un poste, quedándose quieto mientras se hacia el disparo.

En cualquier caso, el primero gol de penal en la historia del fútbol inglés lo marcó John Heath del Wolverhampton Wanderers, los Wolves, el 14 de septiembre de 1891 en el partido que los enfrentó al Accrington.

Las desgracias del Stoke en 1891 parecían no acabar. El 21 de noviembre de aquel año, Stoke perdía 2-1 ante el Aston Villa. En esta ocasión la ley pareció beneficiarlos: falta y penal a favor del Stoke City. Faltaban segundos para finalizar el partido. Un jugador del Aston Villa tomó el balón y lo lanzó lejos del campo. El tiempo que tardó el balón en regresar no fue suficiente para el Stoke, que vio como en ese intervalo el arbitro daba por finalizado el partido dado que el tiempo reglamentario se había cumplido. Así nació la primera versión de tiempo adicional. En casos similares se permitiría cobrar el tiro penal.

Un año después de implementado el penal, en 1892, se decidió marcar una línea a 6 yardas de la portería y otra a 12 yardas. Ambas de lado a lado de la cancha. El objetivo de la segunda es evidente. Desde cualquier punto de ella se patearía el penal. No fue hasta 1898 que se modificó la norma para que el disparo se hiciese desde el punto penal. El objetivo de la primera línea era imponer una línea máxima hasta donde el arquero podía acercarse durante el disparo del penalti. Es decir, el portero tenía permitido avanzar hasta 6 yardas desde la línea de gol. A comienzos del siglo XX la solución del delantero era ‘colgar’ al arquero: la popular vaselina o globito. En 1901 se obligó al jugador que patea el penal a disparar hacía adelante y se le prohibió tocar el balón dos veces consecutivamente. Sólo podía jugarlo nuevamente cuando otro jugador lo hubiese tocado. Esta norma se mantiene en la actualidad.

En 1901 se decidió pintar una pequeña línea punteada a 18 yardas que asistiera al árbitro en la colocación de los jugadores al momento de patearse un tiro penal. Como se ve, la cancha se iba llenando de líneas. Una de lado a lado a 12 yardas de la línea de meta. Otra a 6 yardas, y la nueva a 18 yardas. Las voces para organizar la estructura del tiro penal comenzaban a alzarse. Ya en 1895 se llegó a pedir eliminar la líneas rectas paralelas a la línea de gol que iban de lado a lado de la cancha. Se sugería una semi-circunferencia desde la línea de gol. En 1902 se decidió acotar el área del tiro penal. Habría un área pequeña y un área grande como hoy día. El área pequeña se dibujaba partiendo de dos líneas de seis yardas (sobre la misma línea final) que habían de iniciar en el poste de la portería dirigidas hacía la esquina del campo. Allí se pintarían una líneas de seis yardas, perpendiculares a la línea final. Finalmente, ambas líneas perpendiculares debían unirse unirse. En otras palabras, es el área pequeña como hoy se conoce. El área grande, o área de penal, se dibujó igual salvo que debían ser 18 yardas en vez de 6.

Hacía 1905 se decidió que el portero no podía adelantarse. Debía estar sobre la línea de gol. Posteriormente en los años veinte se le prohibió mover las piernas y en 1937, como ya mencionamos en la entrada general de la historia de las reglas del fútbol, se añadió el semiarco al borde del área penal para garantizar que el pateador tuviese su espacio.

El penal, pues, permitió jugadas extrañas como está de Cruyff con el Ajax. Un tiro penal de tres toques. Siempre cumpliendo la norma.

Por supuesto, algunos sucedáneos pueden llegar a hacer el ridículo:

Con el tiempo los penales surgieron para definir partidos en torneos de Copa. Hoy día se les denomina la lotería de los penales. Una descripción algo negativa cuando se ha comprobado que el disparo penal hasta su estrategia tiene. Además, siempre será mejor que lanzar un moneda como se hacia antaño. Repetir el partido, una forma quizás más justa, es hoy día inviable dado el apretado calendario que se maneja.

La tanda de penales tiene un origen español. Cádiz, en los años cincuenta, organizaba uno de los torneos de verano de más prestigio en España: el Trofeo Ramón de Carranza. La costumbre para resolver empates era repetir el partido al día siguiente. Pero el calendario, ya en aquella época, comenzaba a ser apretado y debía optarse por la moneda, una solución poco elegante sin lugar a dudas. Rafael Ballester, directivo del Cádiz, y colaborador habitual del diario local formuló una solución: cinco lanzamientos por equipo.

La final de 1962 del Trofeo Carranza la empataron Barça y Zaragoza. Era la oportunidad ideal de poner en práctica la nueva idea. Zaragoza lanzó primero sus cinco tiros, aún no había la idea de alternarlos. Marcaron tres goles. El Barça también marcó tres. La opción elegida para decidir el ganador fue lanzar otra tanda de penales. El Barcelona, esta vez, disparó primero. Marcó los cinco. El Zaragoza falló el primero y por tanto el equipo catalán fue el primer campeón de una tanda de penales.

La globalización de la tanda de penales llegó de la mano de un árbitro alemán de nombre Karl Wade quien lo recomendó a la UEFA en 1970. En la temporada 197172 la UEFA lo incorporó pero no en finales. La primera gran definición de tiros penal llegó en la final de la Eurocopa de 1976. Checoslovaquía, contra pronóstico, derrotó a Alemania, que venía de ganar en línea la Eurocopa de 1972 y el Mundial del ’74. Después, además, ganaría también la Eurocopa de 1980. Pero aquella noche Alemania no sólo perdió, sino que lo hizo con uno de los penales más espectaculares de la historia, el que decidió el campeonato: el de Panenka:

La primera tanda de penales en la Copa América, por cierto, fue en 1993, Colombia venció 5 a 3 a Uruguay. Lo que nos lleva recordar que los penales nos han regalado algunos momentos memorables, algunos incluso risibles. Como aquella vez que Palermo falló tres penales en  la primera fase de la Copa América de 1999:

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