Tags: Alianza Lima; Cholo Sotil; Copa Libertadores; Copa Libertadores 1976; Fútbol Profesional Colombiano; Mayer Candelo; Millonarios; Millonarios campeón 2012; Omar Perez; Santa Fe; Santa Fe campeón 2012
Durante años, durante muchos años, la Bogotá futbolística fue el hazmerreír de las diferentes aficiones del país. Los demógrafos, aquellos que estudian la población, definen una generación como 15 años. Durante casi una generación y media, Bogotá no tuvo equipo campeón. Capital, decían los rivales, pero con equipos de vergüenza.
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Razones para ofender sobraban. Al comenzar el 2012, Santa Fe llevaba 36 años sin ser campeón. Un equipo con 6 estrellas, grande en historia, pero pobre en presente. Igualmente, al comenzar el 2012, Millonarios llevaba 23 años sin ser campeón. Un equipo de alcurnia. Desde 1951 ostentó el título de ser el equipo con más títulos de campeón en Colombia. Pero no era campeón desde 1988, el título del más campeón ya lo debía compartir. Tenía 13 estrellas, pero como Santa Fe, no ganaba. A diferencia de Santa Fe, ni siquiera llegaba a finales.
Pero en doce meses todo cambió. Santa Fe ganó el primer torneo con relativa facilidad. Se destacó pronto en los cuadrangulares finales, y ganó a un correoso Pasto la final del primer semestre. Lograba así su primera estrella desde 1975.
Lo que pocos sospechaban es que las lagrimas de alegría que se vieron en Bogotá a mitad de año habrían de repetirse un semestre después. Esta vez las lagrimas no fueron rojas, fueron azules. Utilizando la terminología del “Cholo” Sotil el día que se coronó campeón con el Barcelona en 1974, Millonariós campeonó.
Bogotá, por primera vez en muchos años puede mirar de tú a tú a los hinchas de Cali, Medellín, Barranquilla o Manizales. Queda esperar que tan estructural es este año victorioso. Santa Fe preocupa porque así como arrasó en el primer semestre, se arrastró en el segundo. Son mil las teorías que buscan explicar el fenómeno. Desde el cansancio, que, como se anotó aquí el Pasto no sintió, hasta el descanso voluntario que decidieron practicar algunos jugadores a la espera del reto de Copa Libertadores. Sea cual sea el motivo, sólo lo que suceda el siguiente semestre demostrará que tan estructural es la recuperación roja.
Millonarios ganó el segundo semestre del 2012. Sin duda fue el mejor equipo. Pero la realidad es que ganó con las uñas. Ganó por ganas y honor, por fuerza y moral. Ganó por una defensa y un medio campo brillante para el medio. Pero ganó sin delanteros. Millonarios ganó por volumen de juego, por buscar el partido, pero falló 3 ó 4 ocasiones evidentes cada partido. Su triunfo solo tendrá continuidad si logra sostener la base y, sobretodo, sí logra fichar uno o dos finalizadores de cierta fiabilidad. Es difícil imaginar otro semestre tan exitoso sin un cazagoles fiable.
Millos y Santa Fe tiene otra cosa en común. Omar Pérez y Mayer Candelo son los motores del centro de campo. Omar Pérez es el mejor ejecutor de tiros libres laterales que he visto en mucho tiempo. Pone el balón milimétricamente al compañero mejor situado. Mayer es un diez tradicional del fútbol suramericano. Lento, pero preciso en el pase. Pero ambos van de salida. El rojo por una rodilla limitada por las lesiones, el azul porque ya supera con creces la treintena.
Si rojos y azules no asumen que sus líderes ya no lo serán, el fracaso puede ser contundente. Tanto Omar como Mayer pueden aportar. Pero no pueden liderar. En la medida que los equipos se refuercen con esto en mente, en el 2013 podría darse lo nunca visto: un clásico capitalino en instancias decisivas de Copa Libertadores. Sólo en 1976 se enfrentaron. En 1958 Santa Fe fue campeón y Millonarios segundo. Pero no había Copa Libertadores. En 1963 se invirtieron los papeles. Pero sólo el primero iba a Copa Libertadores. En 1976 ambos jugaron Copa Libertadores. Santa Fe como campeón, Millonarios como subcampeón. Pero el Alianza Lima peruano los dejó en el camino. Como anécdota queda que el primer partido entre Millonarios y Santa Fe terminó empatado a 1. El segundo lo ganaron los rojos por 1-0.
Celebró en grande Bogotá en el 2012. Pero debe trabajar en mejorar sus puntos débiles para que las celebraciones sean tan continuas como antaño.