El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Brasil 82; Cerezo; Eder; Falcao; Maradona; Rinat Dasaev; Serginho; Socrates; Thomas N'kono; Valdir Perez; Zico

Como colombiano uno pensaría que esas lagrimas, esas ultimas lagrimas debieron ser por ese fatídico mundial del 94, y no niego que fue un golpe duro como lo dije en la columna El Regreso de la ilusión, pero a pesar de lo duro de esa desilusión, no fue ahí cuando llore, aunque si vi a mucha gente llorar después del partido contra USA, recuerdo en particular a una niña que no se quien seria, pero tenia la bandera de Colombia pintada sobre sus dos mejillas y ya el color de la bandera se había corrido por tantas lagrimas.

Impactante esa imagen, pero no, mis ultimas lagrimas se fueron con una imagen del mundial del 82. De niño nunca había visto a la selección Colombia en un mundial, y como no era costumbre pues uno se enamoraba de esos equipos que jugaban espectacular, de esos jugadores que dejaban regados a los rivales, de esos tipos que ponían el balón en la escuadra y acariciaban el balón con una perfección impresionante. Y sin que nadie me lo inculcara, me enamore de ese Brasil del 82 que jugaba espectacular. De ese Brasil que aunque no fue campeón, no se borra de mi memoria, de esa nomina que puedo recitar de memoria, de ese medio campo que reunía clase pura con Zico, Socrates, Falcao y Cerezo. Con decir que el menos bueno era Cerezo. Y con Jorge hemos hablado muchas veces de esta selección y de sus dos lunares, Valdir Perez, un arquero promedio, un arquero regular, y Serginho, que dentro de tanta clase que desbordaba ese Brasil, uno no sabia que demonios hacia Serginho en esa selección, porque su formula de ataque, que era Eder, ya nos había regalado tremendas joyas a lo largo del mundial, como el bombazo contra Rusia en el primer partido, en un gol de antología con Falcao dejando pasar el balón entre las piernas y Eder rematando de zurda para derrotar al gran Rinat Dasaev. Realmente lo poco que hizo Serginho fue sumarse a una goleada con un gol que ni ponía ni quitaba.

Brasil por su parte seguía arrollando rivales y enamorando a la gente con su fútbol, así llego a aquella fase de grupos en la que se enfrentaba con Argentina y con Italia, que había pasado casi que sin querer la fase de grupos gracias a un gol mas anotado, que dejo por fuera a los sorprendentes Camerunenses de Roger Milla y Thomas N’kono. Brasil derroto a Argentina en un partido en el que Maradona termino expulsado y  Brasil se dio un festín. Italia, la siempre pragmática Italia llegaba con lo justo y tenia que ganar porque el empate dejaba a los brasileños en la siguiente fase. Ese día Brasil peco de sobrador e Italia y en especial Paolo Rossi, fueron extremadamente eficientes. Todo lo que Rossi toco se fue a las mallas, y mientras Italia descansaba en la seguridad de Dino Zoff (que cantidad de arqueros buenos en ese mundial), Brasil sufría las manos de mantequilla de Valdir Perez y la sobrades de su defensa como se aprecia en el primer gol. Y por eso este partido fue lo que fue… por eso aun recordamos como Rossi puso a Italia adelante cuando Brasil intento salir tocando, tuvo que ser Zico quien puso un pase magistral a Socrates que aguanto, aguanto e hizo que el gran Zoff se jugara y el balo entrara por su palo. Quien no recuerda como a Zico le hicieron un penal enorme y con la camisa rota le mostraba al arbitro, que fue el único que no vio ese penal. Y Rossi volvió a poner a Italia arriba, y Brasil volvió a cargar, y Falcao llego con otra de esas genialidades brasileñas, amago y toda la defensa se abrió, y por ahí se fue el balón al fondo de la red, por el hueco que toda la defensa abrió cuando se comieron el amague, recuerdo que a Zidane le vi hacer un gol parecido contra el Deportivo La Coruña y me emociono. Pero volviendo a Brasil, ese gol lo cante con el alma, pero Rossi volvió a poner a Italia arriba. Y ahí fue el mayor sufrimiento, Cerezo hizo un tiro que desde la cámara que nos mostraba el partido había parecido gol, pero no, el balón pego en uno de los tensores laterales de la red. Socrates metió un cabezazo certero que Zoff agarro sobre la línea y se pego a el de manera increíble mientras los brasileños decían que había entrado. Eder fue a cobrar un tiro de esquina y parecía que la mano de todo el estadio y de todo el mundo “no italiano” quería ayudar a Eder a correr la vaya de publicidad para que cobrara el tiro de esquina con comodidad. Finalmente pito el arbitro y llore, llore como el niño que era y llore con la desilusión de haber visto como el equipo que me hacia soñar, quedaba eliminado.

He tenido muchas tristezas en el fútbol, el que es hincha las ha tenido, sea hincha de quien sea, porque desde el mejor hasta el peor han caído injustamente, en partidos como ese que son los que mas duelen. Pero jamás volvi a llorar por el fútbol, Paolo Rossi me saco las últimas lagrimas por el fútbol.

golyfutbol
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