El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Cultura de la violencia; Euro 2008; Euro 2012; Eurocopa; Inter de Milan; Iván Ramiro Córdoba; Violencia en el fútbol

La violencia en el fútbol es, para desgracia de muchos aficionados al deporte rey, una constante que se quisiera erradicar. La que más prensa atrae por sus nefastas consecuencias es la violencia generada por los denominados ultras o barras bravas según se esté en España o América. Esa, en sí mismo merece una entrada, pero no es el tema de hoy. Hay otro tipo de violencia, donde las diferencias de origen político o incluso religioso se trasladan a un campo de juego. De estas trataremos también en otra ocasión. Hoy quiero tratar algo menos mediático, pero en sí mismo interesante por sus implicaciones sociales.

En un artículo del 2008, el economista y profesor de U.C. Berkeley, de origen uruguayo, Ted Miguel, junto con dos colegas también profesores de prestigiosas universidades de los Estados Unidos decidieron estudiar los efectos que la violencia de un país tiene sobre el comportamiento de los jugadores sobre un terreno de juego. La hipótesis es simple y llamativa:

¿Es más violento sobre el terreno de juego un futbolista criado en una nación inmersa en algún tipo de conflicto interno que uno criado en un país con menos problemas internos?

En otras palabras, ¿existe la cultura de la violencia? En Colombia, por ejemplo, buena parte de la violencia urbana de las últimas tres décadas se justifica en la denominada cultura de la violencia derivada del auge del narcotráfico en los años ochenta. Es diciente en este sentido el ejemplo que Miguel y coaturoes utilizan en el artículo en cuestión. Haciendo referencia al defensa colombiano Iván Ramiro Córdoba afirman que:

El defensa del Inter de Milan durante las temporadas 2004-5 y 2005-6 coleccionó un impresionante número de 25 tarjetas amarillas.

Con el fin de comprobar la hipótesis, el artículo utiliza datos de tarjetas amarillas y rojas en las cinco grandes ligas europeas (Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia) y en la Uefa Champions League durante las temporadas 2004-5 y 2005-6. La idea es comprobar si aquellos futbolistas originarios de países con historia de guerra civil tienden a tener más tarjetas que sus contrapartes de países menos conflictivos.

El resultado del ejercicio es que, efectivamente, los jugadores provenientes de países con historia de guerra civil reciente tienden a recibir más tarjetas amarillas y rojas. Esto último es importante pues, como bien sabemos los aficionados al fútbol, las tarjetas amarillas se otorgan hoy día por cosas tan banales como quitarse la camiseta al celebrar un gol.

En la medida que haya un proceso de adaptación de un jugador al país donde juega, es de esperar que el efecto sea menor. Es decir, Iván Ramiro Córdoba, que jugó más de una década en el Inter de Milan debería haber sido más agresivo recién llegado que después de 10 años mamando del desarrollo y la tranquilidad del norte de Italia. La siguiente gráfica demuestra que Iván Ramiro Córdoba efectivamente se fue “civilizando”

Evolución de Tarjetas Amarillas IRC en Serie A

 

Lo anterior sugiere que el ambiente externo afecta el comportamiento del jugador. En este sentido, vale la pena indagar por el comportamiento de los jugadores en sus selecciones nacionales. Allí, podríamos suponer, predomina el ambiente familiar de toda la vida sin importar mucho el tiempo de permanencia en el exterior. .

La siguiente gráfica explora lo anterior utilizando datos de la Euro 2008 y 2012. Dado que en Europa las guerras civiles no son comunes (al menos recientemente), yo utilizó el índice de paz global, un compendio de 23 indicadores. El resultado, aunque más débil, es similar al encontrado por Ted Miguel y sus colegas. Particularmente en 2008 se observa que a medida que el índice de paz aumenta (es decir, hay menos “paz”), el número de tarjetas amarillas recibidas aumenta.

La cultura de la violencia en el fútbol

El lector detallista notará que hay 15 equipos en lugar de los 16 que compitieron. En ambos casos, por simples motivos de exposición gráfica, eliminé a Rusia que tiene un índice de paz muy alto y, más allá de dificultar la visualización del problema, no cambia el resultado que presento para los restantes quince países.

Las correlaciones anteriores, de comprobarse con mayor rigurosidad tendrían interesantes implicaciones en las decisiones de contratación de los equipos por ejemplo. Por ahora, sin embargo, no son más que simples tendencias que servirían para reflejar las grandes diferencias de desarrollo entre países. El fútbol no se más que un reflejo de la sociedad.

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