A partir de la columna que escribió Jorge la semana pasada (https://www.golyfutbol.com/blog/2012/05/21/de-buffon-a-ronaldo-la-estrategia-de-los-penales/) , me quedó una idea rondando en la cabeza. Y tiene mucho que ver también con la columna en la que hablaba sobre la aleatoriedad del fútbol ( https://www.golyfutbol.com/blog/2012/04/25/futbol-desde-la-terraza/  ) . Y es que el fútbol al parecer se empeña en ir en contra de las estadísticas y de los demás deportes.

Inicialmente no se trata de contradecir a Jorge, simplemente que leer su columna me dio para pensar en varios temas y algunas ideas que tenía en la cabeza. Me parece interesante ver si hay una correlación entre dos hechos, y con Jorge creo que estamos de acuerdo en algo, la probabilidad o la estadística per- se no explican nada, pero la interpretación de los datos y la lectura de estos nos permite llegar a conclusiones interesantes.

Partiendo de ello, es interesante ver como los americanos, fanáticos de los números, intentan explicar todos sus deportes a partir de la probabilidad y la estadística. Si usted se fija, el béisbol es una de las más puras demostraciones de ello, un bateador tiene un promedio de bateo, un lanzador tiene un promedio de carreras permitidas (ERA por sus siglas en inglés), y los managers de los equipos manejan porcentajes de probabilidad, por ejemplo de un pitcher zurdo frente a un bateador derecho.

El fútbol americano es otro buen ejemplo, al final de cada partido una buena aproximación al marcador final la termina dando el número de yardas por tierra que corre un jugador determinado, el número de pases completado por el Quarterback, las yardas de dichos pases, y el número de “first downs” logrados por los equipos. En este caso el número de “first downs” suele mostrar cual fue el equipo con mayor posesión del balón y ese mismo es normalmente el ganador.

En basketball se ve la efectividad de los equipos en sus tiros de campo, el cual se mide en porcentaje de tiros logrados versus tiros intentados. A esto se suma el número de rebotes, el número de cambios de juego (turnovers) y otro par de datos claves. Aquí tal vez la posesión del balón termina siendo secundaria por el tema de los 24 segundos que cada equipo tiene para hacer un lanzamiento, pero si se conjuga con el hecho de que quienes logran los rebotes, cortan una jugada o mantienen una opción, también se puede inferir quien es el que mayor posesión del balón tuvo y quien el que termina siendo ganador. Normalmente los americanos logran explicar el final de un partido gracias a las estadísticas.

Y no sé si por eso es que aún no terminan de entender el fútbol, o es por eso que a los demás nos gusta tanto. Tal vez de alguna manera ellos no entienden al ver las estadísticas, que un partido termine con tan pocas anotaciones, como explicar que un equipo tenga el 75% de posesión de balón y termine perdiendo un partido. Todos esos números en el fútbol no arrojan ningún resultado, todos esos números terminan siendo más anecdóticos que otra cosa. Que lo diga el Barcelona en su serie contra el Chelsea en la recién terminada UCL. ¿Cuántas opciones de gol creó? ¿Cuánta posesión del esférico? Un dominio total que no se pudo transformar en nada, unas estadísticas que son un adorno. Y claro, el tener una mayor posesión del balón suele convertirse en una alta probabilidad de hacerle daño al rival, pero se necesita un poco más.

Hace algunos meses me causó gracia como Hernán Darío Gómez hablaba del Barcelona, de Guardiola y en su estilo descomplicado, decía que ya la selección Colombia y Nacional jugaban de esa manera hacía mucho tiempo. Y claro, ese tema de la posesión del balón es interesante. Para todos aquellos que hemos jugado fútbol de manera competitiva, sabemos que no hay nada más demoledor que correr detrás de un rival y no tener el dominio del balón. Cualquiera de nosotros que haya tenido un técnico en algún momento, oyó alguna vez a este técnico decirle que darle el balón al rival era quitarle todo el cansancio que podía tener. Una cosa es correr con el balón en los pies y otra correr detrás del que tiene el balón, física y psicológicamente la segunda es devastadora. Y la tenencia del balón como arma ofensiva y defensiva es un concepto interesante. Pero lo que olvida el Bolillo, es que Colombia terminó aburriendo con ese sistema. Era un equipo soso y altamente predecible. El Barcelona a su vez tiene la capacidad de cambiar de ritmo cuando es necesario y darle la profundidad necesaria a su juego para no ser ni aburrido ni predecible. Y ahí esta la diferencia, la profundidad y la capacidad de convertir esa posesión en goles. De lo contrario el tema de la posesión sigue siendo una estadística más.

El fútbol es pues algo que en estos términos, se sale del molde. Los resultados muchas veces no corresponden a una explicación lógica ni estadística salvo que se quiera decir que un equipo fue altamente efectivo porque llegó 2 veces e hizo 2 goles, teniendo una efectividad del 100%, pero ese es un análisis demasiado superficial. En lo profundo, el fútbol no entiende ni de números, ni de estadísticas ni de probabilidades, sigue siendo un deporte altamente aleatorio, espectacular e impredecible.