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Para algunos es el mejor jugador de la historia. Para otros, “apenas” está entre los cinco mejores. Para mí, después de Pelé, es lo mejor que ha trotado sobre un campo de fútbol. Argentina, la misma de Di Stéfano y Maradona; aquella de los entrenadores exitosos alrededor del mundo, se ha mostrado incapaz de sacarle provecho al maravilloso talento de Lionel Messi. El problema es simple. Los compañeros le niegan el balón.
Messi es hoy leyenda gracias al apoyo de los grandes cracks que lo acompañan en el Barcelona. Allí entendieron pronto que colaborar con Messi en el terreno de juego los llevaría a cotas nunca antes alcanzadas. Bien lo entendió Guardiola cuando recién llegado al cargo de entrenador le aceptó el capricho de ir a disputar los Juegos Olímpicos donde, a la postre, se proclamaría campeón del torneo. A Messi, siempre lo tuvo claro Guardiola, hay que tenerle el espíritu alegre.
Messi es figura en el Barça porque todos aceptan que es el mejor. En la selección argentina, donde también juega con grandes jugadores, sus compañeros no sólo no aceptan lo evidente. Lo ignoran y lo desprecian.
Consideremos la participación de Messi en los tres últimos partidos que ha jugado con el Barcelona (Valencia, 4-2; Deportivo, 1-2; y Celta, 5-0) y con Argentina (Chile, 1-0; Colombia, 3-0; y Brasil, 0-3). Viendo el juego de la albiceleste, no somos pocos los que terminamos con la impresión de que a Messi en Argentina no lo quieren y en consecuencia le niegan el balón. Los números parecen sustentar lo que hace tiempo se intuye.
Con Argentina, Messi realiza el 8.66% de los pases totales que realiza el equipo. Con el Barcelona el 8,80%. En Argentina, Messi recibe 45 pases por partido. Con el Barcelona 50. Aunque llamativas, no son cifras en principio determinantes. Escudriñando más los datos se encuentra soporte a nuestra hipótesis. En particular, evaluemos quién le hace los pases a Messi.
¿Quién Pasa a Messi?
La tabla indica que en los partidos considerados, con Argentina, Messi recibió 74 pases de los mediocampistas y delanteros, 28 de los mediocampistas ofensivos y la delantera y 24 de los atacantes. Con el Barcelona, respectivamente recibió 117, 64 y 35. Es decir, mediocampistas y delanteros del Barcelona le pasan un 58% más que los de Argentina, los mediocampistas ofensivos y delanteros un 128% más y los atacantes un 45,83% más. Si esto ya llama la atención, lo verdaderamente impactante son las últimas dos columnas. El 80% de los pases a Messi en el Barcelona se origina en mediocampistas y delanteros. Del total de balones que Messi recibe, cuando viste la albiceleste, apenas el 20% provienen de mediocampistas ofensivos y atacantes. En Argentina lo buscan los defensas. En Barcelona los atacantes. Higuaín, en los 3 partidos considerados, le ha hecho 2 pases. Di María, que sólo contra Chile realizó 17 pases, apenas envía 5 al crack. En el Barcelona la historia es otra. 12 pases recibió de Neymar, 14 de Suárez. ¿Cómo esperar una pared?
Unos dirán que con la albiceleste se esconde. No. A Messi lo mata la envidia de compañeros y la ineptitud de entrenadores. Cuando lo reconozcan como el mejor, ellos también ganarán. ¡Pero el tiempo se acaba!