El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Fútbol y arte

Columnistas Invitadas:

Amelia Pradilla 

Juanita Andrade

(Trabajo para el Curso Fútbol, Economía y Sociedad – Universidad de Los Andes – Bogotá)

El Futurismo es un movimiento de vanguardia artística que surge en Italia en el primer decenio del S. XX. Este movimiento buscaba romper con la tradición y ensalzar la vida contemporánea. El fútbol pronto captó la atención de los futuristas: Dinamismo de un futbolista (1913) de Boccioni, uno de los principales exponentes del Futurismo, es el cuadro de fútbol más famoso. La pregunta que motiva nuestro reporte de investigación es la siguiente: ¿cómo fue la relación entre el fútbol y el arte en el contexto de la vanguardia futurista italiana de comienzos del S. XX, a la luz de la pintura Dinamismo de un futbolista, de Umberto Boccioni (1913)?

Dinamismo di un footballer
  1. Futurismo: arte de la novedad

El Futurismo lo funda el poeta Filippo Tommaso Marinetti en Milán, cuando publica el Manifiesto Futurista (1909) en uno de los periódicos más prestigiosos de Europa: Le Figaro. Después de Marinetti, Umberto Boccioni era el segundo al mando. A diferencia de las vanguardias precedentes (el expresionismo y el cubismo), el Futurismo fue abiertamente político y controversial. En el manifiesto se respaldaba el militarismo (y la guerra) para conseguir la limpieza social y el avance de la nación (Marinetti, 1909). Grosso modo, el Futurismo se declaraba fascista. Sin embargo, el futurismo no apareció de manera espontánea. En el nuevo mundo industrializado todo estaba cambiando muy rápido y el arte moderno no se podía quedar atrás. Los futuristas quisieron representar el dinamismo de la civilización moderna industrial.

Con el fin de entender cómo un artista proyectaba el Futurismo a través de medios formales, es menester nombrar los cuatro elementos básicos que configuraban las artes plásticas de este movimiento. Primero, los artistas buscaban plasmar cada instante temporal en la representación –esto se conoce como la solidificación del Impresionismo–. El segundo principio formal era la expansión de los cuerpos en el retrato y dictaba que el espacio y el cuerpo eran indivisibles, por lo que no se podían representar en planos separados. En tercer lugar, se buscaba representar la simultaneidad, es decir, la compresión de una serie de movimientos en una misma escena. Finalmente, se le daba importancia a la compenetración de los planos. Los planos se debían interceptar con el fin de crear la noción de movimiento en el lienzo (Gompertz, 2012). Con base en estos fundamentos formales, el arte de la primera vanguardia italiana buscaba representar los principios estéticos del movimiento: la velocidad, el dinamismo, el contraste y la disonancia. Ahora bien, dado que en el deporte se podían experimentar sensaciones dinámicas fuertes, esto pronto captó la atención de los futuristas. En particular, Boccioni se interesó por el ciclismo y el fútbol, pero este último apenas comenzaba a ganar popularidad en Italia.

 

  1. Contexto del fútbol italiano a comienzos del siglo XX[1]

A comienzos del S. XX, Italia era un país más pobre, menos urbano y de instituciones más débiles que Inglaterra. El proceso de industrialización llegó más tarde y la clase trabajadora no logró acceder al fútbol hasta la Primera Guerra Mundial. Además no hubo el interés de otros países por mantener el estado atlético de la población. Dos de las instituciones con mayor presencia en Italia no tenían ningún interés en el fútbol: el Catolicismo lo despreciaba por ser un deporte protestante y el Socialismo lo repudiaba porque suponía una explotación de los jugadores. En este orden de ideas, el fútbol de los orígenes era practicado sobre todo por aristócratas o estudiantes de la clase alta que habían estado en contacto con empresarios y/o profesores ingleses.

A comienzos del siglo XX, el fútbol estaba lejos de ser uno de los deportes más populares en Italia. Pero comenzaron a surgir equipos de fútbol. El primero, el Genoa Cricket and Football Club, había nacido en el año 1893. Adicionalmente se fundaron equipos en Turín: la Juventus (1899) y el Torino (1906); y en Milán: el Internazionale (1908) y el Club de Cricket y Fútbol de Milán (1899). También empezaron a aparecer equipos en el sur: Palermo (1899), Napoli (1904) y Lazio (1900). Siempre en el norte fue fundada en 1898, la Federazione Italiana del Football (FIF), que en aquel mismo año organizó el primer campeonato nacional. Empero, en las primeras ediciones del campeonato sólo podían jugar clubes de la Italia septentrional. A partir de 1908, la FIF inició una campaña de italianización del “football” y de su lenguaje, que hasta ahora estaba lleno de términos ingleses. Dejaron de llamarlo “football” y se volvió “calcio”. Pero sólo a partir de 1913, año de Dinamismo de un futbolista, la federación admitió también a clubes del centro-sur, transformando el torneo y el fútbol en un fenómeno nacional.

 

  1. Impacto bidireccional entre el fútbol y el arte

Para tratar de ilustrar cómo fue la relación entre el fútbol y el arte en el contexto de la vanguardia futurista italiana de comienzos del S. XX, se construyó la siguiente línea del tiempo:

 

Figura 1: Línea del tiempo comparativa del futurismo y el fútbol italiano a comienzos del S. XX

A partir de la Figura 1 se puede advertir que no es alocado tratar de hacer un paralelismo entre ambas historias. En un horizonte de tiempo muy corto, coincidieron una vanguardia en el lenguaje artístico y literario y el despegue del fútbol, lo cual también era radicalmente innovador con respecto a las tradiciones. Ahora bien, en el contexto del futurismo italiano es posible advertir una relación bidireccional entre el arte y el fútbol. De un lado, en este periodo en particular el arte se inquietó por plasmar la realidad social del fútbol. Como dicho anteriormente, el futurismo se propuso representar el nuevo mundo industrializado y una de las cosas que la industrialización trajo consigo fue la expansión del fútbol. Pero por otro lado, una conjetura es que la relación también se dio en la dirección contraria. Aunque el movimiento se fundó en Milán, los exponentes de la vanguardia futurista con renombre internacional provenían de todas partes de Italia. El mismo Boccioni era de la región de Calabria que se encuentra en el costado sur-occidental de “La Bota”. Al igual que en los mundiales, los del norte son lo suficientemente avispados y saben cuándo llamar italianos a los del sur. Luego no es extraño que justo en este momento de mayor esplendor del futurismo y de mayor reconocimiento de Italia en Europa, la FIF (del norte) haya decidido admitir a los clubes del centro-sur del país, transformando el torneo y el fútbol en un fenómeno nacional. Aunque no hay cómo probarlo, ésta es quizá la deducción más interesante de nuestro análisis.

 

  1. Boccioni y el fútbol

Boccioni residió la mayor parte de su vida en Milán, que se volvió el centro del movimiento futurista. Ahora bien, a inicios de la década de 1910, el fútbol estaba despegando y el Milán de Boccioni era un ejemplo de ello. Tenía cuatro equipos en la máxima serie: el Milan, el Internazionale, los Racing Libertas y el US Milanese. En 1913, como ya se mencionó, la federación decidió abrir el torneo a los del sur. El fútbol se transformó en un fenómeno nacional y su representación en el arte fue culminante. En 1913, Boccioni pintó Dinamismo de un futbolista, el cuadro de fútbol más famoso. A continuación se hace un corto análisis de esta obra.

 

Dinamismo di un footballer es un ejemplo del estilo futurista de Bocccioni. Aunque parece una obra abstracta, se distinguen fragmentos del cuerpo del futbolista como las piernas y un brazo. A través del uso del color saturado y del juego con la luz –el cual crea una especie de rayos en la obra–, el artista logra exitosamente generar una sensación de movimiento en el espectador. En la pintura se evidencian los cuatro fundamentos formales del Futurismo previamente nombrados pues ante la pieza no es posible hacer una clara distinción entre la figura y su entorno. Los planos se yuxtaponen entre sí, creando un efecto de composición circular que lleva al espectador a mirar una y otra vez las distintas partes de la obra, así como las pinceladas gestuales pasmadas por el artista en cada rincón de la pintura.[2] En síntesis, Boccioni utiliza el Futurismo como técnica formal de representación y el fútbol como temática, para soportar la idea de la modernidad y del movimiento como elemento fundamental de la transformación social italiana.

 

  1. A modo de conclusión…

No sólo existió una relación bidireccional entre el arte y el fútbol, en el contexto del futurismo italiano, sino que dicha relación se encausó en una pintura en particular: Dinamismo de un futbolista de Boccioni. Esta obra hoy nos recuerda lo íntimamente ligados que están el arte y el fútbol y en particular, nos muestra cómo el arte interpretó al fútbol en un contexto en particular: el futurismo italiano grosso modo lo interpretó como una sensación dinámica universal.

 

BIBLIOGRAFÍA

Chipp, H. (1995). Futurismo: el dinamismo como expresión del mundo moderno. En Teorías del Arte Contemporáneo: fuentes artísticas y opiniones críticas. (304-332). Madrid: Akal Ediciones.

 

Gompertz, W. (2012). Futurism: Fast Forward, 1909-19. En What are you looking at: 150 years of Modern Art in the Blink of an Eye. (137-149). Londres: Penguin Group.

 

Greenberg, C. (1961). Modernist Painting. Arts Yearbook, 4, 1-8.

 

Marinetti, F. (1909). Manifiesto Futurista. Consultado en Internet el día 15 de Mayo de 2016: <<https://www.uclm.es/artesonoro/FtMARINETI/html/manifiesto.html>>

 

Tovar, J. Fútbol, Economía y Sociedad, comunicación personal. Febrero 2016.

Umberto Boccioni. Dynamism of a Soccer Player. 1913 [Video]. Nueva York. NY: MoMA Audio: Collection (146).

[1] Tovar, J. Fútbol, Economía y Sociedad, comunicación personal. Febrero 2016.

[2] Para más detalles consultar: Umberto Boccioni. Dynamism of a Soccer Player. 1913 [Video]. Nueva York. NY: MoMA Audio: Collection (146).

 

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