El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Tags: Copa América; Distribución de Poisson; Estadística y fútbol

El gol, esa rareza que hace bello el fútbol, es y ha sido escaso a pesar de la idea de muchos de que antes los goles abundaban. Hace un tiempo aquí, hablábamos de la distribución de Poisson como mecanismo para medir eventos de baja frecuencia como lo es el gol en el fútbol.

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En su libro “The Numbers Game”, Anderson y Sally realizan el ejercicio para las cinco grandes ligas europeas (Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia). En esencia consiste en comparar una distribución teórica de Poisson con el número de goles observados. La similitud entre los goles que se esperan y lo observado es sorprendente tanto en las mencionadas ligas de Europa como en el ejercicio que aquí hicimos del fútbol colombiano.

Concluida la Copa América, emotiva, pero con pocos partidos para el recuerdo, es válido preguntarse si la distribución de Poisson permite ‘predecir’ el número de goles por partido en una competición que tiene prácticamente 100 años; es decir una donde el tipo de juego ha cambiado radicalmente a lo largo de los años.

La gráfica muestra lo que predice la distribución y lo observado. La tendencia general se mantiene, pero hay ciertas discordia en resultados con bajo número de goles.

 

Teóricamente, en la Copa América debería haber menos partidos que terminan 0-0 y 1-0 que los que efectivamente se observan. Ello se compensa en los partidos con 3,4 ó 5 goles. Es decir, la impresión que nos dio la Copa América de Chile 2015 no fue sólo impresión. Muchos 0 – 0 y pocos partidos donde reine el gol. El torneo centenario, bandera del fútbol suramericano ha sido históricamente escaso en goles.

La escasez de goles no es extraña al fútbol. En las cinco grandes ligas europeas, muestran Anderson y Sally, el resultado más común es el 1-1. Igual que en la liga colombiana. En la Copa América el resultado más común es el 1-0, marcador que se ha dado en el 15% de los partidos. Con 10% están el 2-0 y 2-1. El 1-1 se da en el 8% de los casos. El 0-0, curiosamente, se ha dado apenas en un 7% de los partidos, una frecuencia un poco menor al 3-0.

Son resultados comunes. En Europa tras el 1-1, siguen el 1-0, 2-1, 2-0. En la Copa América se cuela el 3-0. Ello se explica seguramente en la participación de países históricamente lejos de las grandes potencias como Bolivia o Venezuela.

El análisis, más allá de mostrar una tendencia general en los resultados que se observan, muestra una diferencia sustancial entre lo que predice la distribución de Poisson y los goles observados. No es una regla, por supuesto, pero si sugiere que el fútbol en Sur América, al menos a nivel de selecciones, está flojo en la ofensiva. Quizás, dada la debacle de nuestro fútbol en los últimos mundiales, valga la pena pensar en ello.

golyfutbol
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