El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Tags: Balón de oro; Brasil 2014; Copa Mundial; Declive de Messi; El mejor jugador de la historia; Lionel Messi; Mundial 2014; Pelé; Seleccion Argentina

Comencemos por el principio. Para mí Messi es uno de los cinco mejores jugadores de la historia del fútbol. Independientemente de si ganó o no el mundial. Eso es algo que he discutido en detalle con anterioridad. Pero todo jugador, desde Pelé al tal Fred (el seudo delantero centro de Brasil 2014), tiene un proceso de declive. El de Messi, es mi conclusión, ha iniciado.

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Ya, antes del Mundial, había signos. La participación de Messi en el Barcelona había caído sistemáticamente durante las tres últimas temporadas en el Barcelona. Pero siendo crack, Messi llegó con toda la energía, con todas las ganas al Mundial de Brasil 2014. Era su mundial. Allí entraría, incluso para sus contradictores, al Olimpo de los elegidos. Ese reducido club en el prácticamente sin discusión están Pelé, Maradona, Di Stefano y Cruyff.

No comenzó mal Messi en el mundial. Incluso, en 3 partidos marcó cuatro goles. Los rivales, Bosnia, Nigeria, Irán, es cierto, no eran los mejores, pero mundial es mundial No todos marcan diferencias, así sea en la primera fase.

Pero aún en esa primera fase Messi no era sistemático. Ante rivales menores, una jugada, un pase, un disparo le alcanzó para marcar las diferencias como el crack inigualable que fue. Pero lejos estaba de ser el jugador que estaba en capacidad de generar peligro al rival durante 90 minutos. Seguía, y sigue siendo, sin embargo, un jugador al que hay que cuidar durante los 90 minutos. Pequeña pero sustancial diferencia.

Un equipo chico, aquellos sin los grandes nombres, no están capacitados para vigilarlo eficientemente durante los 90 minutos. De ahí su aceptable rol en la primera fase, y puede que incluso en el partido de octavos de final ante Suiza. Ante Bélgica en cuartos, un pase nos recuerda que era crack. Pero los títulos se disputan ante los grandes. Allí Messi se sintió como lleva ya sintiéndose un par de años en el Barcelona cada que llega la primavera: incapaz de marcar diferencias. Holanda primero y Alemania después, fueron demasiados para que el otrora desequilibrante Messi logrará romper las defensas rivales.

Como sabiamente dijo Valdano, “dMessi no se puede esperar una gran actuación sino una gran jugada.”. En la semifinal, tuvo por ahí algún pase, algún regate, pero en un partido cerrado no pudo desequilibrar más, que por ejemplo, Robben por el lado holandés. El día de la final, ante Alemania, Messi lo intentó. Tuvo la gran jugada de la que habla Valdano, pero no pudo centrar bien. Después se diluyó hasta prácticamente desaparecer.

A Messi, en una decisión que le quita todo el valor al balón de oro del mundial, le dieron el trofeo al mejor jugador del torneo. Estoy seguro que él sabe que no lo fue. Lo recibió con desgana. Y es que las cifras lo demuestran. Messi ni siquiera fue el mejor jugador de Argentina.

Desempeño Messi Brasil 2014

Messi, es cierto, marcó 4 goles. Pero en tres mundiales que ha jugador, jamás ha podido anotar un gol más allá de la primera fase. En las rondas eliminatorias, no logra anotar. El mundo se queda, nosotros nos quedamos esperando su pase, su finta, su centro. Pero su gol, casi que está escrito, no llegará.

Utilizando datos de OPTA, considerando jugadores que han disparado al menos una vez en 2 partidos jugados, Messi tiene un porcentaje de acierto a portería apenas promedio. Su bajo porcentaje no se explica necesariamente en que dispare mucho. Di María, lesionado ante Holanda y Alemania, disparó en todo el torneo 23 veces, las mismas que Messi en 7 partidos. Su porcentaje de acierto fue apenas inferior al del crack del Barcelona (30,4% por 34,8% de efectividad). Incluso Lavezzi, quien inexplicablemente fue sustituido en el descanso de la final, con muchos minutos menos jugados que Messi, acertó más a portería: 40%.

Tampoco en el regate Messi logro destacarse sustancialmente sobre los demás. Palacio, el flojo delantero que participó en 5 partidos intentó 8 regates y fue exitoso en 5; 62,5% de efectividad. La efectividad de Messi fue de 45,4%. Si la comparación con Palacio es injusta y hasta ofensiva dada la diferencia abismal evidente de calidad entre ambos, no lo es tanto la comparación con Di María: 45 intentos de regate, 24 exitosos. Una tasa de éxito del 53%. Superior a la de Messi que de 97 regates que intentó, logró ser exitoso en 44.

Ello nos lleva a un indicador donde Messi incluso se convertía en un peligro para su propio equipo: las pérdidas de balón. Con diferencia, Messi fue quien más balones perdió: 98. La confianza del equipo en él, aunado a su propia convicción de ser capaz, lo llevó a arriesgar sin el resultado esperado. Es cierto que los delanteros tienden a perder más balones que los defensas.

Di María perdió 75 en los algo menos de 5 partidos en los que participó. Extrapolando los datos, su promedio de perdidas de balón por partido es más o menos la misma de Messi, 15 balones por partido. El punto es que Messi ya no sobresale sobre sus compañeros como lo hacia antaño, es uno más.

Desempeño Messi Brasil 2014

OPTA tiene un indicador que denomina ´participación en jugadas´, el que en la gráfica titulo ‘eventos por partido’. No viene siendo más que una proxy del rol de un jugador en el equipo. Mascherano, Di María, Zabaleta y, la revelación argentina para mí, Rojo, superan a Messi en la participación de eventos en el equipo.

El acierto en el pase tampoco fue su fuerte. Hemos encontrado en diversas entradas que los delanteros tienden a lograr porcentajes de acierto en el pase menor que sus contrapartes de la defensa o el medio campo. Es natural pues un defensa pasa el balón sin oposición, mientras que un delantero suele tener algún tipo de presión. Por encima de todos, en Argentina, destacó Mascherano. Él fue quien movió el equipo durante el mundial. Entre los delanteros, tampoco Messi fue el más preciso. Fue Higuaín.

Finalmente queda por revisar esa sensación tan dolorosa de ver a Messi caminando el campo. Quizás sea sólo eso, sensación. Algunos han dicho, no sin razón, que no se puede esperar que Messi corra lo que Robben. Es cierto. Messi, sin ser un jugador estático, tampoco fue un jugador tan dinámico. Pero en ese gran Barça de Guardiola, nunca dio la sensación de ser diferente. Era el primero que apretaba y presionaba.

La siguiente gráfica muestra los metros recorridos por minuto por Messi durante Brasil 2014. Dado que son números que apenas se están comenzando a evaluar, no es claro que quiere decir que Messi corra menos que el promedio del equipo. Quizás, pensaría uno, es simplemente que los delanteros corren menos. Así que lo comparamos con Higuaín, delantero centro, casi al estilo antiguo. Siendo así casi que se espera que Higuaín corra menos que Messi porque éste, al jugar retrasado, tendría que hacer un mayor recorrido para recoger el balón, armar y luego llegar a pisar el área.

Dado que no jugaron los mismos minutos, normalizó los metros recorridos por los minutos jugados. De esta forma puedo comparar cuánto corrió Messi, cuánto Higuaín y cuánto el equipo Argentino completo por partido jugado.

Argentina Messi Higuaín metros recorridos por minuto

 

La gráfica es diciente. No sólo Messi corre menos que sus compañeros, sino que corre mucho menos que Higuaín. El único partido dónde Messi corrió a la par de sus compañeros fue contra Nigeria. Ese partido, fue evidente, Messi había ‘ordenado’ a Sabella que sólo jugaría 60 minutos. Es decir, aquel día no se reservó. Pero, ¿será que Messi se está reservando?  No hay evidencia clara. Messi en los segundo tiempos, en promedio, corrió más o menos lo mismo que en el primer tiempo. Incluso contra Suiza, durante el tiempo extra, cubrió la misma distancia por minuto que en el tiempo reglamentario. No así en la semifinal ante Holanda ni ante Alemania dónde corrió 89 metros por minuto en el primer tiempo (87 en la final), 80 en el segundo tiempo (85 en la final) y 76 en el tiempo extra (75 en la final). Es decir, en esos momentos tan decisivos de la final, Messi cubrió, por minuto jugado, una distancia 12% menor que lo que logró hacer en el segundo tiempo.

De Messi no tengo dudas sobre su espíritu ganador. El problema es, parece ser, de aire. En su acepción más amplia. Por razones que el gran público desconoce, Messi no logra permanecer de manera sistemática en el circuito del partido. Sus indicadores así lo sugieren. Es entonces cuando se acuerda uno de Messi vomitando. No es nada, nos dicen. Deber que no es nada. Pero ¿y si resulta que si es algo?

En cualquier caso, a Messi aún le quedan trucos bajo la manga. Pero yo me apropió de la frase de Valdano. Le quedan grandes jugadas, no grandes actuaciones, al menos de forma sistemática. Y si la tendencia se mantiene, las grandes jugadas cada vez serán más escasas. Yo, del Barça, si es verdad que ofrecen 150 o 200 millones de euros por su pase, lo vendería. A Ronaldinho no lo vendieron cuando valía 100. Lo terminaron vendiendo un año tarde a precio de ganga.

Messi ya fue uno de los cinco jugadores más grandes de la historia. Pero no logró superar al más grande. Para mi sigue siendo Pelé.

golyfutbol
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