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El día que Costa Rica le ganó a Uruguay 3-1 me llamó la atención (como a Pinto, el entrenador que no dejó de protestar por ello) que dieran 5 minutos de tiempo extra. Me acordé de aquella historia que analizamos aquí hace rato según la cual hay evidencia de favoritismo de los árbitros, en cuanto al tiempo añadido, hacia los equipos locales. En este caso, pensé, no sería un problema de favorecer al local, sino el peso de la camiseta.

En partidos siguientes, sin tanta sorpresa de por medio, no ha sido extraño ver los cinco minutos añadidos. De hecho, incluyendo el partido de Costa Rica, cuatro partidos se han alargado hasta los 50 minutos en el segundo tiempo. Jugados los primeros 14 partidos del mundial Brasil 2014, el partido en el cual se alargó más el segundo tiempo fue el emocionante duelo entre Costa de Marfil y Japón. El árbitro pitó 50 minutos y 48 segundos.

Con un par de excepciones, los segundos tiempos siempre duran más que los primeros. Así, la duración promedio de los  primeros tiempos ha sido de 47 minutos y 14 segundos. El segundo tiempo ha tardado 49 minutos con 15 segundos. Parece evidente que los árbitros tienen orden de reponer lo más posible el tiempo que se pierde durante los partidos.

Pero, en la práctica, nunca se juegan los 90 minutos de un partido. Con base en datos de Opta, la siguiente gráfica ilustra como el juego real durante un partido de fútbol es de poco más de la mitad del tiempo que dura el partido.

En los partidos considerados, el tiempo real de juego en la primera parte ha oscilado entre los treinta minutos y medio que se jugó durante el partido de Inglaterra ante Italia y los escasos 22 minutos de juego efectivo en el México vs. Camerún. En la segunda parte, el tiempo real de juego osciló entre los 27 minutos y 13 segundos del Inglaterra – Italia y los 18 minutos del Uruguay – Costa Rica. En promedio el balón rueda durante 49 minutos y 12 segundos.

Volviendo al tema de los cinco minutos en el partido de los Ticos, resulta que el árbitro tenía razón. Como se observa en la gráfica, y como se acaba de anotar, el partido tuvo muy poco de juego efectivo, particularmente en la segunda parte. Es, con diferencia, el partido donde menos rodó el balón, apenas 40 minutos. Sorprende, pero los cinco minutos que añadió el árbitro estaban más que justificados. Al final, en todo caso, Uruguay no pudo remontar en el tiempo extra y Costa Rica consumó la primera gran sorpresa del Mundial.