El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

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Tags: Borussia Dortmund; Catenaccio; Helenio Herrera; Inter; Karl Rappan; Milan; Nereo Rocco; Padova; Tesaniç; Triestina

El catenaccio para siempre va a estar ligado a la idea de un sistema ultradefensivo practicado sobretodo en Italia. Esto, no deja de tener su lado de verdad. Pero el sistema en el que se basa el catenaccio se deriva de los logros que un austriaco obtuvo con la selección suiza. En 1947, Suiza, “colgada de los palos” derrotó 1 – 0 a Inglaterra. El culpable de tal éxito fue Karl Rappan. Nacido en Viena, implementó el sistema del “cerrojo” en la selección de Suiza con la cual obtuvo el mayor logró del fútbol helvético. Alcanzó los cuartos de final en el Mundial de 1954.

El sistema partía de reconocer las limitaciones del futbolista suizo, desconocedor de las tácticas contemporáneas (la WM en particular). Allí se seguía jugando el mismo  2 – 3 – 5 de antes de la guerra. Partiendo de un esquema con sólo dos defensa, Rappan retrocedió los dos medios abiertos formando así una defensa de cuatro. Puesto que no tenía sentido dejar un sólo futbolista en la mitad, decidió además retroceder a dos delanteros lo que llevó a un esquema de 4 -3 – 3. Dado que retrocedía a dos delanteros (jugadores de vocación ofensiva), sólo el medio centro cumplía un rol eminentemente defensivo. Esto implicaba que sobre él caía un gran peso físico. La mejor manera de lidiar con este problema fue echar todo el equipo hacia atrás. Dado que el equipo rival sólo tenía los tres delanteros de la WM, en defensa siempre sobraría un jugador. Este jugador que sobraba dio lugar a un defensa libre. Nacía así el líbero o el verouller como lo denominó la prensa helvética de la época. El sistema sería un éxito en Italia, particularmente en equipos chicos. No fue hasta que Helenio Herrera lo implementó en un equipo grande que el sistema se volvió paradigmático.

Catenaccio

Pero, aunque Herrera, personaje egocentrico como pocos, afirma que inventó el sistema, tampoco fue él quien lo popularizó en Italia. Su primer exponente fue Giuseppe ‘Gipo’ Viani, entrenador de la Salernitana, pequeño equipo de la B italiana que llegó, con este método a jugar en la Serie A en la temporada 194748. La idea central, como en el caso de Rappan es haber incorporado un líbero. Además, conscientemente  echaba el equipo para atrás para así atraer al rival y, cuando fuese posible, contra atacar a un enemigo con pocas fichas en defensa. No hay referencias de que haya sido directamente influido por Rappan, pero como él, el esquema de la Salernitana era uno donde un equipo menor podía competir de tú a tú con equipos más poderosos.

Su siguiente exponente fue Nereo Rocco, que ganaría dos Copas de Europa con el Milan en los años sesenta. Implementó el esquema en Triestina donde logró que un equipo modesto como aquel, quedara subcampeón de Italia en la temporada 194748. Posteriormente siguió desarrollando el esquema en el Padova hasta que fue llamado al Milan por ‘Gipo’ Viani a entrenar al Milan tras sufrir éste un ataque al corazón que limitó su capacidad para continuar con entrenador del cuadro rojinegro. Allí, en dos etapas, logró quedar campeón de Europa en 1963 y 1969. El Milan de Rocco, sin embargo, no practicó el catenaccio _propiamente dicho. Cierto que exigió a sus jugadores correr, presionar y volver. Pero también es cierto que su jugador favorito, Gianni Rivera, el Bambino de Oro, no debía cumplir más que con meter o facilitar goles. Rocco armó un equipo goleador que ganó el calcio en la temporada 196162 marcando 22 goles más que la Roma, el segundo equipo más goleador. Esos logros, sin embargo, no borran el que el Milan de Rocco también tuviese esa fama negra que acompaño a los equipos que practicaron el catenaccio: Ganar por las buenas o por las malas. Se dice, por ejemplo, que enfrentando a Estudiantes de la Plata por la Copa Intercontinental, un partido brutal, Rocco ordenó a sus jugadores: “pateen todo lo que se mueva. Si es el balón, mejor”.

Pero el gran exponente del catenaccio fue, sin lugar a dudas, Helenio Herrera. La disciplina era la línea central de su método.El inglés Gerry Hitchens cuenta que cuando abandonó el Inter se sintió saliendo del ejército. En una ocasión, dice, Corso, Suárez y él se quedaron rezagados en los trotes a campo través con que ejercitaban el estado físico. Herrera ordenó al bus arrancar y ellos se vieron forzados a trotar los casi 10 kilómetros que los separaba de la sede del Inter.

El líbero del Inter era Picchi. La diferencia del catenaccio de Herrera con el de los demás fue que _el marcador izquierdo, Facchetti subía constantemente por la banda izquierda. Era, como se ve en la Figura 4, una defensa de 4 más Facchetti que apoyaba o subía según las circunstancias. La defensa era, además, al hombre. Por la derecha, con mucho espacio atacaba Jair y en la mitad estaba Luis Suárez, la clave del Inter cuando de calidad se trataba.  

El objetivo, dice Herrera, no era defender, era recuperar el balón y atacar verticalmente llegando al arco contrario en no más de tres toques. Así el Inter ganó la Serie A en 1963, 1965 y 1966 además de las copas de Europa de 1964 y 1965. El Inter, además de la disciplina y la estrategia basó su éxitos en artimañas no tan santas como el doping o incluso la trampa. Del doping hablamos en otra entrada. De lo segundo el mejor ejemplo fueron las acusaciones de que el Inter había pagado las vacaciones del árbitro yugoslavo Tesaniç quién esa temporada había arbitrado el partido de semifinales contra el Borussia Dortmund.

El catenaccio, hoy día, se entiende cuando un equipo opta por defenderse a toda costa, generalmente ante un adversario a priori superior. Pero los dos conceptos básicos, marca generalizada al hombre y el líbero son historia. Además, nunca un equipo grande logró los éxitos del Inter basado en este sistema. Es pues, en su versión estricta, cosa del pasado.

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