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Podría uno imaginarse que, dada la cercanía y la historia, España y Portugal tendrían una fuerte rivalidad deportiva. Tal rivalidad, para sorpresa del lector casual, no existe. España, de hecho, no tiene un gran rival, aquel que despierte pasiones extremas. Quizás, los más fuertes sentimientos sean contra Italia y, quizás, Francia e Inglaterra. En el caso portugués es aún menos claro una rivalidad bien definida. Es pues,curioso que los enfrentamientos de estos vecinos no generen la pasión que sí nace en un Brasil –  Argentina o un Alemania – Holanda.

La historia futbolística de España, sin embargo, es superior a la portuguesa. Además, como nación, España se siente superior. Por ejemplo, cuando la UEFA eligió a Portugal sobre España como sede de la Eurocopa del 2004 con el argumento de que la infraestructura lusa era superior, los hoy campeones del Mundo no podían entenderlo, no podían aceptarlo y, aún hoy día, se toma como una decisión de eminente carácter político. Los odios, sin embargo, no se enfilaron contra Portugal sino contra la UEFA y sus directivos. Lo más duro, en todo caso, estaría por venir: el gol de Nuno Gomez que supuso la eliminación de España de la Euro2004. Es esta, la única victoria realmente decisiva de los portugueses sobre España.

En total, España ha vencido en 16 ocasiones a Portugal, empataron 12, marcó 72 goles y recibió apenas 41. El partido de semifinales entre vecinos es, sin embargo, mucho más igualado de lo que dice la historia.

España, contra Francia, tuvo apenas un 55% de posesión de balón. 7% menos que lo que tuvo el balón en la fase de clasificación. Portugal, por contra, pasó del 43% en la primera fase a un 56%. La cifra realmente preocupante para la roja es la maturanización de su fútbol en el partido contra Francia. Es decir, verse como aquella selección Colombia de los años noventa que jugaba de lado a lado, siempre con el balón y que apenas disparaba al arco rival. Contra Francia, España apenas disparó nueve veces.  En la primera fase disparó 13 veces al arco. Portugal, por contra, de la mano de Ronaldo es una maquina de disparar al arco: 20 disparos. Sin embargo, la efectividad de los españoles es lo que sigue marcando la diferencia. Ambos acertaron 5 disparos al arco.

Ni siquiera el pasado mundial, donde Portugal pide dos fuera de juego en el partido de octavos de final contra España logra enturbiar un ambiente generalmente tranquilo entre vecinos. En la práctica, hoy, más allá de las cifras, lo realmente apasionante de este partido es el enfrentamiento entre un equipo que juega sin delantero y uno que tiene el delantero perfecto. ¿Podrá un falso nueve derrotar al gran Ronaldo?