Escribía en este espacio recientemente que el fútbol debía abrir. Lo decía a raíz de unas palabras del Ministro de Salud en el que le cerraba al fútbol. Desde entonces la Dimayor presentó un plan, el Ministerio de Deportes lo comentó, y a la Dimayor le pareció que “era fácil” contestar. A mí me da la impresión que el fútbol no entiende la dimensión del problema.

No conozco el documento de la Dimayor, pero según el propio Ministro de Deportes fue un documento bien presentado. El problema que veo está en que los puntos que plantea el gobierno son razonables. Y no son fáciles. Varios puntos hablan del mecanismo para cumplir las reglas que garanticen el regreso del fútbol. El punto 1 por ejemplo se refiere a la capacidad de Dimayor de hacer cumplir todos los protocolos en las diferentes fases de la cadena: clubes, estadios, no lo menciona, pero yo incluiría desplazamientos y alojamientos.

Otra pregunta clave se refiere a los individuos considerados de riesgo. En esto irían algunos entrenadores y miembros del cuerpo técnico. Pero incluiría nuevamente a ese personal invisible que hace que toda industria funcione. El chófer del bus, por ejemplo. ¿habrá recogepelotas?, ¿los cámaras de televisión?

El Ministerio de Deporte habla de unas 150 personas en el estadio. Algunos podrán mantener la distancia. Pero al menos 22 tendrán contacto permanente. Dimayor menciona que deben asegurarse que los 22 más árbitros estén sanos. Hay que ir más allá. ¿Qué pasa si uno se rompe la pierna? ¿Los camilleros, la ambulancia, el hospital de la localidad están controlados? Además de lo anterior, está el tema del dinero. Las pruebas las debe pagar el fútbol, ello parece evidente. Pero hay diferentes tipos de prueba. Sin ser experto, hay unas rápidas que dicen las noticias más recientes, tienen una fiabilidad limitada. ¿Hay disponibilidad para procesarlas en qué tiempo?, ¿qué tipo de prueba?

Dimayor ha dicho, por ejemplo, que en caso de un positivo se va a apartar el jugador. Claro. ¿Pero y si es en competencia? ¿Cuál es el protocolo? Y vuelvo al tipo de prueba. ¿Son rápidas?, ¿son eficaces?, ¿se tienen la capacidad de procesarlas en tiempos razonables? Cuando un jugador da positivo, no basta con separarlo a él. Hay que aislar a todos quienes tuvieron contacto. Del rival incluidos.

En mi opinión, las preguntas del Ministerio no son fáciles de contestar. Las interpreto como un gesto de apertura hacia el fútbol, altivo y soberbio en el pasado reciente, pero son preguntas estructurales varias de la cuales deberían haber quedado claras en el documento original. Entiendo que el documento de Dimayor contó con asesoría de médicos, pero de lo que se plantea en público da la impresión que el peso de ellos en el desarrollo de los protocolos es menor. Lo dije y lo repito. Tiene que haber fútbol. Pero el protocolo de apertura debe ser exhaustivo, cubriendo todas las aristas. Ahora leo que están planeándose con el expresidente Uribe. Yo creo que están perdidos.