Tags: Irán y fútbol; Segregación en el fútbol
El fútbol es universal. Todos pueden practicarlo, todos pueden disfrutarlo. En pleno siglo XXI, sin embargo, esta aparente premisa no es cierta. En Irán, desde el triunfo de la revolución islámica, se segregaron los espacios entre hombres y mujeres. Desde entonces no pueden compartir colegios, buses y, como no, estadios de fútbol. FIFA ha intervenido, pero sin la contundencia exigida. No debe repetir errores del pasado.
En 1948, Suráfrica comenzó a implementar la política segregacionista racial conocida como apartheid. Ya en 1957, cuando se disputó la primera Copa Africana de Naciones, el resto de naciones africanas excluyó a Suráfrica por sus políticas racistas. No fue hasta 1961 que la afiliación a FIFA de Suráfrica fue suspendida mientras se enviaba una comisión para analizar en terreno la situación. En 1963, Stanley Rous, presidente de FIFA, llegó al país africano acompañado del presidente de la Federación de Fútbol de los Estados Unidos para investigar si la Asociación de Fútbol de Suráfrica (FASA), la que representaba a la minoría blanca, merecía dicha sanción.
El reporte de Rous, justificando a la FASA, concluyó que se debía cumplir con las normas gubernamentales. En consecuencia, África boicoteó el mundial de 1966, y en 1968 cuando Rous se dignó asistir nuevamente a una reunión con los africanos, se negó a apoyar a la asociación de fútbol alternativa de Suráfrica argumentando que los conocía de sus visitas a Suráfrica y que estaban más interesados en políticas comunistas que en fútbol. A la larga, el racismo de Rous sería el causante de su salida de FIFA a mediados de los setenta cuando Havelange, con votos africanos, lo derrotó en las elecciones.
No sería la última vez que las comisiones de FIFA mostraran resultados inauditos. Tras el golpe de estados de Pinochet en Chile, la roja debió disputar el repechaje ante la Unión Soviética. Utilizando el primer avión que salió de Chile tras el golpe, la selección viajó a Moscú donde empató a cero. Los soviéticos se negaban a disputar la vuelta ante las cruentas noticias que llegaban del país austral. FIFA mandó la consabida comisión a visitar el Estadio Nacional. Allí, donde torturaron y masacraron a cientos, no encontraron nada. Aquel partido nunca se disputaría.
A Irán, FIFA les ha indicado que para octubre 10 de 2019, día de partido válido por las eliminatorias al mundial, deben retirar la prohibición. En el pasado, ante la presión de FIFA, las autoridades han seleccionado grupos específicos de mujeres para asistir. A día de hoy, libertad para asistir, o para comprar boletas no existe. Ante el reciente suicidio de Sahar Khodayari, sentenciada a seis meses de prisión por entrar “ilegalmente” al estadio, la FIFA ha anunciado una comisión para asegurarse que el 10 de octubre se haya levantado la prohibición. La comisión debe reportar los hechos, y tomar decisiones estructurales ante medidas inaceptables en pleno S. XXI. El fútbol, ahora sí, debe ser universal.