Los independentistas catalanes han decidido que el primero de octubre del 2017 se celebre el referéndum que, esperan ellos, le permitirá a Cataluña declarar la independencia de España. Las consecuencias son difíciles de imaginar en todos los sentidos. En el caso del fútbol surgen dos preguntas: ¿Podrá el Barcelona participar en la liga española? ¿Mantendrá su poderío económico y deportivo?

No es extraño que ciertos clubes jueguen en la liga de otros países. El Swansea y el Cardiff de Gales juegan en la Premier y la EFL Championship respectivamente. En Francia, el Monaco juega la Ligue 1. En Italia, el San Marino Calcio juega en la Serie D y el Andorra en la primera regional de Cataluña. En todos los casos, la historia justifica la aparente anomalía.

Los principales equipos de gales se fundaron antes de que existiese liga en gales. Incluso, en algún caso como el Wrexham (hoy hundido en la quinta división del fútbol inglés), que fue fundado en 1864, su existencia es anterior a la misma liga inglesa. El Monaco, desde su fundación en 1919 siempre ha jugado en el torneo francés. El Andorra juega en España porque al momento de su fundación, en 1942, no había siquiera federación local de fútbol. Excepcionalmente la federación española autorizó al equipo a jugar en los torneos españoles.

Aunque los independentistas lo niegan, la realidad es que si Cataluña efectivamente se independiza, dejará de ser parte de la Unión Europea y, en un proceso que ya de por sí es largo, tendría que contar en algún momento futuro con el beneplácito español para poder volver a ser un Estado miembro. Cataluña podría autorizar un número amplio de jugadores extranjeros en sus equipos, pero seguramente las condiciones tributarias para mover el dinero hacia sus países de origen (particularmente si son europeos), no será tan sencillo como lo es hoy.

Para el Barcelona jugar la Liga española no es una opción real. En Francia la probabilidad no es cero, pero sí es muy baja. La razón es simple. Si Cataluña se independiza sin consecuencias, Escocia, Bretaña en Francia, La Liga Norte en Italia verán sus expectativas reforzadas. Ello adicional a la misma España con regiones pendientes del proceso como el País Vasco (parte de cuyo territorio está en Francia).

Los ingresos del Barcelona en 2016 (€620 millones) se generaron 19% por taquilla, 33% por televisión y 48% por comercialización. El problema del Barcelona es que esos ingresos, particularmente por televisión y por mercadeo se originan en dos fuentes: la rivalidad con el Real Madrid y su participación exitosa (siempre mínimo cuartos de final) en la Champions League. Aun suponiendo que Cataluña, país diplomáticamente aislado al menos sus primeros años, logre armar una liga competitiva para que el Barcelona no se aburra de ganarla, es difícil imaginar que los ingresos por televisión y comercialización se mantengan. Más allá del Barcelona – Espanyol, no se imagina uno cuál sería la emoción de dicha liga.

El Barcelona, por supuesto, seguramente seguirá trabajando su famosa aunque cada vez menos productiva cantera. Pero tiene un espejo en el que mirarse: el Ajax de Ámsterdam. Holanda, a diferencia de Cataluña, tiene tres equipos grandes (de los que han ganado Copas de Europa), siendo históricamente el más importante el Ajax. El equipo holandés no aparece entre los 20 equipos de mayores ingresos del mundo según lo reportado por Deloitte. Tampoco entre los 30 primeros. El 30 en ²⁰¹⁵⁄₁₆, el Napoli, ingresó €142 millones. Así que toca escudriñar en Internet para encontrar que el Ajax ingresó en 2016 €93.4 millones. Desde 2010, del Ajax se han ido a buscar mejores oportunidades Luis Suárez, Blind, Cillessen (hoy en el Barça) o el mismo Davinson Sánchez. El cuatro veces campeón de Europa no es más que un equipo trampolín incapaz de retener a sus mejores futbolistas.

El Barcelona, con todo su poderío y el respaldo de la poderosa Liga española es actualmente incapaz de fichar y retener a las estrellas que otrora preferían el azulgrana por encima de cualquier opción. Tras 10 años de una Cataluña independiente, será un equipo multicampeón en su país (tipo Celtic de Glasgow –aunque en algún momento volverá el Glasgow Rangers a ser lo que fue –), y un habitual de las rondas previas del verano intentando luchar por acceder a la fase de grupos de la Champions League. Para sus hinchas, todo tiempo pasado será mejor: el equipo donde un día jugaron Cruyff y Messi. De ese calibre no volverán a tener.