El 5 de junio de 2017, el día que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Qatar, el Barcelona perdió a Neymar. El Paris Saint Germain hace tiempo tenía a Neymar entre sus objetivos. Pero nunca había gastado más de €150 millones en una sola temporada. Todo cambió ese día de junio.

La autoridad de inversiones de Qatar compró el 70% del PSG en 2011 por €50 millones. El control total lo logró un año después, momento en el que por €150 millones compró a Thiago Silva, Ibrahimovic, Lucas Moura y Verrati entre otros. Desde entonces no había vuelto a gastar tanto dinero en una sola temporada.

Consumada la transferencia de Neymar desde el Barcelona al PSG parece claro que la inversión va más allá del fútbol. Invirtiendo €222 millones en el crack brasileño los qataríes demuestran a sus vecinos en particular, y al mundo en general, que el bloqueo comercial, aéreo y terrestre no les hace mella. Es una inversión de Estado.

La cifra del traspaso, sin embargo, no está exenta de polémica. Desde Alemania se quejan que menos se gastó el Bayern en el Allianz Arena que el PSG en Neymar. Transfermkt, la web que reporta los valores de mercado de los jugadores, tenía a Neymar avaluado en €100.

¿Por qué el desfase? El mercado viene en una espiral inflacionaria porque son pocos los jugadores verdaderamente desequilibrantes y las necesidades financieras de los clubes más ricos están satisfechas. Así que la demanda por jugadores aumenta, la oferta es limitada y los precios comienzan a inflarse más allá del valor intrínseco del futbolista. Es quizás una consecuencia inesperada de la concentración del ingreso. Los clubes más ricos, son cada vez más ricos, no tienen necesidades financieras, pero sí requieren de capital humano. Ello explica que jugadores normales como Higuaín o Pogba acapararán portadas no hace tanto con sus traspasos por valores por encima del mercado.

Pero el desfase en el traspaso de Neymar es muy superior a lo observado en el pasado. Entre los €100 en que está avaluado y los €222 que costó, la diferencia es sustancial. Transfermkt, como alguna vez discutí aquí, basa sus avalúos en un sistema comunitario que considera variables futbolísticas y comerciales. Las motivaciones políticas no están incorporadas en el valor. Por ello el desfase tan amplio. Lo que se observa tras el traspaso de Neymar, peticiones exageradamente altas al Barcelona por futbolistas como Coutinho o Dembélé, es simple consecuencia del exceso de dinero circulante. Los precios están incorporando aspectos especulativos, más allá del valor real del jugador.

Salvo crisis políticas no previstas, nadie va a pagar el año que viene más de €222 por Neymar, ni por casi adolescentes como Dembélé o Mbappé. La burbuja, que ya venía inflándose, hoy está más cerca de estallar. Está por ver si los gigantes de hoy lograrán superar el golpe que se viene.