Los clubes de fútbol, durante sus primeros cien años, vivieron esencialmente de las taquillas. Nunca, desde el principio, faltó el mecenas que por una u otra razón apoyó a su equipo favorito. Pero las taquillas eran lo que hacía sostenible la inversión. La evolución del fútbol diversificó los ingresos. En Europa las taquillas ya no son el principal componente. Ahora pesan más los ingresos por comercialización y por televisión. ¿Y Colombia?

Deloitte, hace ya años, recopila y analiza cada año los ingresos de los 20 equipos más ricos del mundo que normalmente son europeos. En su última edición, correspondiente al 2016, están los que todos nos imaginamos (Real Madrid, Barcelona, Manchester City y United, Juventus, Bayern Munich) y algún otro menos evidente (West Ham United, Leicester, Schalke 04 o Zenit).

Los ingresos, cabe aclarar, se refiere a ingresos por televisión, por taquilla y por derechos de comercialización. Se incluye en estos últimos el patrocinio y la comercialización de productos relacionados con el club. En Deloitte son explícitos en aclarar que se excluyen ingresos por transferencia de jugadores y cualquier tipo de impuesto de venta.

La composición de ingresos de los 20 clubes más ricos de Europa se puede comparar con la composición de los ingresos en Colombia gracias a los informes que recopila la Superintendencia de Sociedades (Supersociedades). El El reporte, que presenta información de 32 clubes permite estimar los ingresos de acuerdo a las categorías relacionadas anteriormente. Para ello se incluye en el rubro de comercialización los datos de patrocinio, publicidad y venta de artículos deportivos. Se excluyen los rubros correspondientes a escuelas de fútbol, participación en eventos internacionales y, particularmente, transferencia de jugadores.

La gráfica muestra que, como en Europa, el principal rubro de ingresos corresponde a la comercialización. La diferencia estructural está en los otros dos rubros. Mientras en Colombia las taquillas siguen siendo una fuente muy importante de ingresos, casi al nivel de la comercialización, en Europa de cada 5 euros que entran a las arcas de los equipos, menos de 1 se origina en la venta de boletas y abonos. Por otro lado, el rubro de televisión, que en Europa pesa cerca del 40%, en Colombia es el menos importante, apenas el 27%.

Si bien hoy día todos los ingresos varían de acuerdo al rendimiento, quizás el rubro más sensible al desempeño del equipo, particularmente en el corto plazo, es la taquilla. Reducir la participación relativa de la taquilla (o propender por su estabilidad) es un punto importante.

Pero hay una diferencia aún más significativa entre los clubes europeos y colombianos cuando se comparan los ingresos por transferencia de jugadores. En el informe de Supersociedades están explícitos. En el caso de Deloitte no están. Por ello se tomaron los datos de transferencia de jugadores de Transfermkt.com. La cifras no son completamente comparables porque en Supersociedades se registra el ingreso contable por transferencia correspondiente al año 2016. En Transfermkt.com se registra el ingreso total de la transferencia que puede entrar al equipo en uno o varios años. Pero aún no siendo directamente comparables, el ejercicio es diciente porque se está inflando el efecto de la transferencia de jugadores en los equipos europeos.  Y como se ve en la gráfica abajo, las diferencias son sustanciales.

El rubro de transferencia de jugadores en los equipos europeos considerados representa (aún inflado) el 13% de los ingresos, el menos importante. En Colombia, dicho rubro es el más importante, 38%. Naturalmente allá son compradores, aquí vendedores. Pero no deja de sorprender que en Colombia las transferencias tengan tal importancia. Ello dice dos cosas. Primero, se está vendiendo mucho, quizás muy rápido, quizás muy joven. Ello implica que los proyectos de largo plazo son cosa del pasado. Segundo, con más razón hay que garantizar la estabilidad en los ingresos. Las taquillas, más volátiles, tiene que pesar cada vez menos. La televisión y la comercialización deberían pesar cada vez más. Pero vendiendo el insumo principal, el jugador, no es claro como compatibilizar objetivos. Quizás haya que definir cuál es el objetivo estructural del fútbol colombiano. Nadie pide que no se venda lo mejor al Real Madrid. Pero no es en España, Inglaterra o Italia a donde se van la mayoría de colombianos. Mala señal para el hincha sería que el rubro de transferencia creciese cada vez más pues, seguramente, sería a costa del espectáculo.