Tags: Disparos al arco; Efectividad en el futbol; English Premier League; Leicester; Pases; Porcentaje de pases
Antes de comenzar la English Premier League, temporada 2015⁄2016, las apuestas indicaban que la probabilidad de que Elvis Presley estuviese vivo era de 5000 a 1. Igual que la probabilidad de que el Leicester fuese campeón. Que se sepa, Elvis sigue muerto. Pero las casas de apuestas tuvieron que pagar £25.000.000, las mayores pérdidas de la historia en el Reino Unido en un único evento deportivo. Para la temporada 2016⁄2017 las apuestas por el título del Leicester están 33 a 1. Es difícil creer que la alineación de astros que se debió dar para que un equipo chico ganase la EPL se repita.
El Leicester ganó no sólo porque fue el mejor. Ganó porque los rivales, los históricos, estaban en horas bajas. La caída del fútbol inglés se venía observando en Champions League. Desde que en la temporada 2011⁄12 el Chelsea ganó la Champions ningún equipo inglés ha vuelto a jugar la final. Apenas un par de presencias, casi testimoniales, del propio Chelsea y el Manchester City en semifinales. Pero su juego les daba poca credibilidad a sus aspiraciones para ser campeón.
El Leicester rindió en la temporada que era. Es el campeón con los números más flojos de las últimas seis temporadas. Pero es que sus rivales, fueron los más pobres de los últimos años. Los _Foxes_ apenas hicieron 475 pases por partido. Desde la temporada 2009-10, nunca un campeón inglés había promediado menos de 767 pases por partido. Ganar, tocando poco el balón también vale.
Así que aun siendo el campeón que menos disparase al arco, le alcanzó para ganar. La tabla muestra que el porcentaje de acierto en el pase del Leicester fue de apenas 69%, cifra menor en 10 puntos a lo que se observa en campeones recientes. El acierto de los rivales, 82%, si bien no es bajo, tampoco destaca por su brillantez.
En la tabla también destaca que el Leicester fue un equipo con pocos disparos al arco, apenas 17. Sus rivales directos también fueron los que menos dispararon respecto a los mejores clubes ingleses de los últimos años.
En la tabla, el número más bajo no necesariamente implica estar en peor situación. El Leicester, por ejemplo, apenas perdió 14 balones por partido en situaciones en la que sus jugadores no intentaban regates. Ello quizás fue una de sus fortalezas. Tener poco el balón pero disponer bien de él. Los pases a situación de gol se refieren a pases en los que el compañero queda ubicado frente a la portería. Las dos últimas temporadas de la EPL muestran campeones poco incisivos.
Siendo dirigidos por Rainieri, tampoco era de esperar que su estilo fuese característico inglés. Ello explica los pocos pases largos que realizaron. Sin duda, recordando algunos goles que anotaron, fueron pocos, pero efectivos.
Campeones como Chelsea, Manchester United o Manchester City entre 2010-11 y 2012-13 necesitaron menos de 10 disparos para marcar un gol. El Leicester por el contrario marcó un gol casi cada 12 disparos. Necesitaba más disparos que sus rivales directos.
Es común que las cifras terminan por explicarse en los goles que se marcan. Exceptuando la temporada 2014⁄15, la 2015⁄16 es la temporada con menor gol por partido desde 2009⁄10: 2,7 goles por partido.
Además, al Leicester le bastó con marcar 1,78 goles por partido para ser campeón. Un año antes el Chelsea marcó 1,92 por partido. Y dos años antes el Manchester United anotó 2,68. Los rivales del “King Power” simplemente fueron muy poca cosa al mismo tiempo que los _Foxes _hacían su mejor temporada.
Para 2016⁄17 todo cambia. La EPL firmó un contrato por £5.1 miles de millones durante el período 2016 – 2019. Es un incremento en ingresos del 70% respecto al contrato anterior. Por ello los grandes se armaron con lo mejor que había en el mercado, incluso pagando cifras ridículas, caso de Pogba . Y los mejores entrenadores están allá. Es muy difícil imaginar que Klopp, Mourinho y Guardiola sean sorprendidos simultáneamente por el Leicester.
Lo del Leicester fue bello mientras duró. Nadie les quitará lo bailado. Pero yo no apostaría por la repetición del milagrito. Lo que no quita que no haya quien crea que los milagros se pueden repetir.