El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Thumbnail

Tags: Fútbol e Identidad

Columnistas Invitadas:

María José González Jaramillo

Luisa Sanjuán Agudelo

(Trabajo para el Curso Fútbol, Economía y Sociedad – Universidad de Los Andes – Bogotá)

El desarrollo del deporte moderno se dio durante el siglo XIX y XX, gracias principalmente a la expansión de estos por parte del Imperio Británico; entre estos se encontraba el fútbol. Así, logró consolidarse a nivel mundial como un deporte muy importante y convertirse en un fenómeno con repercusiones económicas, sociales, culturales y también políticas. De esta manera, el fútbol ha servido como herramienta para forjar el nacionalismo, la integración entre individuos, y unificar otros elementos en un país particular. Ante esto se puede ver que el fútbol ha servido como un elemento que ayuda a forjar la identidad nacional.

Según Samuel Schkolnik (1983) la identidad es lo que distingue al individuo de las demás personas y es establecida por la sociedad. Igualmente, según Jiménez (1999), la identidad es una condición de pertenencia que expresa la vinculación a un territorio, género, clase, familia, entre otros; esta vinculación puede expresarse a nivel individual o colectivo. Por otra parte, la identidad nacional vendría siendo un tipo de identidad colectiva que expresa el deseo que permite a los individuos sentirse parte de una comunidad política: el Estado nación (Araya, Bravo & Corrales, 2000).

No obstante, en la actualidad, se han presentado varios cambios culturales que han ocurrido gracias a procesos como el de la globalización. Estos cambios han hecho entrar en crisis a las identidades nacionales, haciéndolas perder su capacidad de unir a las personas pertenecientes a un país. Esto ha permitido que emerjan otras formas de nacionalismo que aunque existían desde antes de la ruptura de la identidad nacional, ahora ocupan un lugar importante en la cultura, siendo una de estas formas el fútbol (García, 1995 y Sarlo, 1998). El fútbol es un deporte fácil de entender, seguido por una gran cantidad de personas y muy comercial transmitido en todo el mundo que además es apoyado por los medios de comunicación que lo sitúan como un tema de preocupación pública. Esto ha hecho que el fútbol cada día sea visto con un mayor interés por más personas, las cuales se sienten identificadas con esta forma de entretenimiento y se haya vuelto un elemento que ayuda a formar la identidad nacional.

Según Carrión (s.f), la identidad colectiva se forja por medio de varias herramientas provistas por el fútbol, tales como la identidad a partir del estilo, a partir de los jugadores, entre otras cuestiones, las cuales se profundizarán a continuación y se demostrarán a través de ejemplos.

El primer tipo de identidad, es a partir del estilo. Cada equipo tiene una estrategia de juego diversa que lo caracteriza desde su origen y con la cual las personas se pueden sentir identificadas, por lo que se genera identidad. Esto se vería reflejado en el caso de Argentina, donde según Archetti (2001), se desarrolló el fútbol criollo a comienzos del siglo XX. Este era opuesto al británico, el cual estaba asociado al sentido táctico, la disciplina, el método, la fuerza y el poder físico; mientras que el fútbol argentino se fundamentó en la creatividad individual y en la capacidad para improvisar, en conjunto con la agilidad y la habilidad de los movimientos expresado por medio de la gambeta.

Otra parte de la identidad es forjada a partir de los jugadores. Estos individuos representan a grupos sociales que tienen creencias y deseos que logran transmitir a partir de su personalidad, del puesto en que juegan, de su condición étnica, edad y técnica que tienen. Lo anterior se evidencia en el hecho de que varios jugadores eran vistos como héroes; como en el caso de Argentina, donde uno de los más grandes jugadores fue Diego Armando Maradona. Como menciona Archetti (2001), este jugador representó las mejores cualidades del estilo criollo a finales del siglo XX, tanto en Argentina como en otros lugares, por lo cual terminó siendo un símbolo de ascenso, motivación y de movilidad social. Otro ejemplo importante fue Alfredo Di Stéfano, quien pasó de jugar en el River Plate a jugar para Millonarios y finalmente para el Real Madrid, donde terminó convirtiéndose en uno de los jugadores más importantes de este club. El poder identificarse con un jugador en particular, en algunos casos puede generar una identidad pasajera al club en el cual jugaban, que sería el caso de las personas que se volvían hinchas de un equipo porque Maradona o Di Stefano estaban jugando ahí en ese momento, pero asimismo ver la importancia y los triunfos de estos jugadores a nivel internacional hacía que fueran vistos como héroes y así, las personas desarrollaban un sentido de pertenencia importante por el país del que provenían y se sintieran orgullosos al saber que de ahí había surgido un gran jugador.

El uniforme también puede ayudar a forjar la identidad de las personas ya que las identidades del equipo se expresan a través de los colores de la camiseta que se convierte en el símbolo con el que se identifica el hincha y que en algunos casos sirve para identificarse por el mundo. Un ejemplo se dio durante el llamado “Proceso” de la selección Colombia mientras se preparaban para el mundial de México en 1986. En ese momento, el ciclismo era el deporte que más personas atraía en el país pues llevaba años cosechando éxitos en Europa mientras que el fútbol aunque daba alegrías como el empate ante la Unión Soviética en 1962, no era considerado un referente de identidad fuerte. Por esto, para darle simbólicamente el sentido de lo nacional al seleccionado de fútbol se optó por utilizar en el uniforme los colores de la bandera, replicando lo hecho por los ciclistas en las carreras europeas (Dávila y Londoño, 2003).

Otro tipo de identidad es aquella generada por socialización. Esta identidad es forjada por varios elementos como las herencias familiares y socialización dentro del barrio, el estudio, el trabajo o la amistad; así, se produce transmisión generacional o social de la pertenencia. El reflejo de este punto es bastante evidente pues no son pocos los casos donde la preferencia por algún jugador o equipo proviene de la predilección de los miembros de la familia o de los miembros del grupo social del que se es parte, los cuales muchas veces influyen en nuestras preferencias y juicios de valor.

Además, la identidad puede darse por el éxito de un equipo. Obtener victorias se vuelve una cuestión bastante importante, sino la más importante. Así, el grupo que sea campeón tiene una mayor posibilidad de convocar a más hinchas. Entonces, existe un tipo de relación entre la identidad y el objetivo (ganar). De esta manera, aunque la identidad hacia un equipo debido a que ganen partidos no se puede medir exactamente, sí se puede decir con solo observar lo que pasa a nuestro alrededor, que cuando las selecciones ganan más partidos o clasifican a diferentes torneos hay un mayor interés general. También se podría medir esta identidad generada por el éxito de un equipo por medio de las repercusiones económicas que se dan. Marcas como Adidas que visten a diversas selecciones tienen aumentos en la venta de sus productos cuando un equipo tiene buenos resultados; como lo muestra el hecho que durante el Mundial de Fútbol de 2014, la marca vendió más de dos millones de camisetas de la selección Alemana y más de un millón de camisetas por selección de los equipos de Colombia, Argentina y México (Adidas Group, 2014).

Finalmente, se puede dar la identidad por oposición. La confrontación es la base del deporte y el rival y la rivalidad son la vida misma del fútbol, pues para que el equipo del que se es hincha gane, se necesita necesariamente que el equipo rival pierda. En la rivalidad existe un proceso histórico de reconocimiento del otro equipo que toma fuerza mediante la expresión máxima de confrontación: el clásico. Un ejemplo de rivalidad como proceso histórico se plasma entre los equipos de Argentina y Uruguay o Alemania y Holanda o Argentina y Brasil. La rivalidad de estos dos últimos equipos lleva más de 100 años y sus encuentros se denominan Superclásico sudamericano. Esta rivalidad además de ser evidente en el plano futbolístico, también es clara entre las hinchadas, lo que mostraría una conformación de sentido de pertenencia por cada uno de los equipos y así una identidad nacional (FIFA, s.f).

Tras haber visto lo anterior se puede decir que el fútbol es un elemento que abarca mucho más que sólo el ámbito deportivo. Este comprende nociones económicas, políticas, sociales y culturales que muchas veces pueden fortalecer o debilitar las relaciones internas de un país. De esta manera, un claro ejemplo de que este va más allá del ámbito deportivo es que, el fútbol es un elemento que ayuda a reforzar o a socavar la identidad social colectiva de una nación. Sin embargo, es importante resaltar que este no es el único elemento por el cual se puede generar una identidad nacional y que es probable que conforme pase el tiempo y cambie la cultura y el entretenimiento este pierda la capacidad de influir en la identidad nacional y sea reemplazado por otra actividad o elemento.

 

Referencias

Adidas Group. (2014). 2014 FIFA World Cup already a great success for Adidas. Recuperado el 13 de mayo de 2016 de: https://www.adidas-group.com/en/media/news-archive/press-releases/2014/2014-fifa-world-cup-already-great-success-adidas/

Alabarces, P. (2003). Futbologías: fútbol, identidad y violencia en América Latina. Buenos Aires: CLACSO.

Araya, R., Bravo, L., Corrales, O. (2000). Entre glorias y agonías: fútbol e identidad nacional en la prensa. Santiado de Chile: Universidad de Chile.

Archetti, E. P. (2001). El potrero, la pista y el ring: las patrias del deporte argentino (Vol. 593). Fondo De Cultura Económica El.

Carrión, F. (s.f). El fútbol como práctica de identificación colectiva. Recuperado el 14 de mayo de 2016 de: https://www.flacso.org.ec/docs/futbol_practica.pdf

Dávila, A., Londoño, C. (2003). La nacion bajo un uniforme: Fútbol e identidad nacional en Colombia, 1985-2000. En Alabarces, P. (Ed). Futbologías: fútbol, identidad y violencia en América Latina (pp. 123-145). Buenos Aires: CLACSO.

García Canclini, N. (1995). Ciudadanos y consumidores. En Conflictos multiculturales de la globalización. México: Grijalbo.

FIFA. (s.f). Classic Football Matches. Recuperado el 13 de mayo de 2016 de: https://www.fifa.com/classicfootball/matches/world-cup/

Jiménez, G. (1999). Materiales para una teoría de las identidades sociales. En Valenzuela, J. (Ed). Decadencia y auge de las identidades.  México: Plaza y James.

Ortiz, R. (1999). Otro territorio. Signo y pensamiento, 18(34), 125.

Ruffino, M. (1999). Identidad social y el fenómeno del fútbol. En Identidad humana y fin del milenio. Recuperado el 14 de mayo de 2016 de: https://institucional.us.es/revistas/themata/23/16%20rufino.pdf

Sarlo, Beatriz. (1998) La máquina cultura: Maestras, traductores y vanguardistas. Buenos Aires: Ariel.

Schkolnik, S. (1983). Identidad: Pertenencia y Participación. En Revista de Filosofía. Santiago de Chile: Universidad de Chile.

Tovar, Jorge. 2014. Números Redondos: Leyendas y Estadísticas del Fútbol Mundial. Bogotá: Editorial Grijalbo.

golyfutbol
comments powered by Disqus