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Como en tantas otras ocasiones, en los últimos partidos Messi ha sorprendido al mundo del balón. En esta ocasión, sin embargo, las razones no son sus maravillosas carreras regando defensas y esquivando taches que apuntan al tobillo. Messi ahora sorprende al mundo porque se presenta en los partidos decisivos cabizbajo, lento, sin chispa, perezoso. Casi, parece sacrílego decirlo, sin talento.
Esos tristes partidos de Messi contra el Atleti en la Champions, el Madrid en la Copa del Rey o el Granada en la Liga, me trajo a la memoria Space Jam, aquella película donde Michael Jordan juega con los Looney Tunes, para recuperar el talento de algunos compañeros de la NBA a los que les fue robado. ¿Será qué le robaron el talento?
Por otro lado, Guardiola, que tan bien lo conoce dice que “si Leo no juega bien es porque hay alguna cosa de su entorno que no funciona”. Cruyff dice que el problema es simple: “Neymar gana más”. Todo el mundo opina. Personalmente no tengo ni idea que le sucede, pero es evidente que algo sucede. Y le esta afectando su juego.
Pero esto es apenas el pasado reciente. Algunos indicadores sugieren que Messi lleva un tiempo frenado. El Messi que presionaba al ritmo del equipo no sólo no se vio en Granada, Mestalla o en el Manzanares. Hace rato no se ve. Eso, por supuesto, no le impide marcarle tres goles al Madrid en el Bernabéu. O rondar los 30 goles en la temporada. Es, no lo olvidemos, uno de los más grandes cracks que ha dado la historia del fútbol. Pero no marca diferencias con la constancia a la que nos tenía acostumbrados. Especialmente en los partidos decisivos.
Una forma de cuantificar el compromiso de Messi con el equipo sería revisar la distancia que corre en cada partido. La UEFA indicaba que en el partido frente al Atlético de Madrid apenas si había corrido más kilómetros que Pinto, el arquero. Infortunadamente carezco de esa información para realizar un seguimiento sistemático. Así que utilizaré el que considero es el mejor sucedáneo: el número de pases de Messi y del Barça en los últimos años.
La característica principal del Barça, con Pep en la temporada 2011⁄2012, con Tito Vilanova (y Roura) en la 2012⁄2013 y la del ‘Tata’ Martino (si bien en menor medida) en la 2013⁄2014 es la posesión que va acompañada de pases, muchos pases. Con los datos de Opta que tengo disponibles (38 jornadas de la 2011⁄12, las 14 primeras de la 2012⁄13 y 33 de la 2013⁄14) cálculo el número de pases que hace Messi en un partido y los comparo con los que hace el resto del equipo. La hipótesis es simple. Siendo Messi el jugador más importante en el equipo, su participación debe haber permanecido relativamente constante.
El Barça, excluyendo a Messi, realizó en la temporada 2011/12, 640 pases por partido. 683 en los 14 que tengo información de la 2012⁄13 y 593 en lo corrido de la 2013⁄14. Messi realizó en los mismos intervalos de tiempo, respectivamente, 65, 60 y 51 pases por partido. Es decir, la participación del argentino ha caído año tras año. La gráfica (utilizando únicamente los partidos de liga en que Messi jugó 90 minutos), cuyos datos están suavizados mediante una técnica estadística de regresiones locales ponderadas, corrobora la disminución de la participación de Messi en el colectivo blaugrana.
La gráfica no sólo corrobora. La gráfica incluso escandaliza. La participación de Messi en los pases del Barcelona ha pasado de ser de más del 10% a rondar el 8%. Es una caída de más de dos puntos porcentuales. No parece ser una caída menor.
El juego de Barcelona ha cambiado, pero también el rol de Messi. Los jugadores evolucionan. Messi lo ha hecho. Recordemos que en sus comienzos era difícil verlo haciendo un pase. Sus contactos con el balón casi se contaban por arrancadas verticales hacia la portería. Evolucionó para bien. Hoy, más estático, parece que el Barça no logra explotar a su mejor hombre en los momentos determinantes. Quizás sea un problema futbolístico. Quizás sea un problema personal. Pero si Messi quiere que Brasil 2014 sea su mundial, debe replantearse su rol en la cancha.
Personalmente no creo que el problema sea que se esté cuidando para el mundial. Tampoco que juegue así el mundial. Pero, no vaya a ser y llegue dormido. Sería un tristeza. Este debería ser su mundial.