Tags: AC Ajaccio; Alianza Petrolera; Aracena; Arsenal Argentina; Atlético Bucaramanga; Atlético Huila; Benfica; Boca Juniors; Cagliari; Catania; Chicó; Cortegana; Cruyff; Equipos sin afición; Fútbol Profesional Colombiano; Gigi Riva; Itagüi; La Equidad; La Paz FC; Levante; Manchester United; Poca Asistencia de Espectadores en Colombia; Queens Park Rangers; Rayo Vallecano; torneo colombiano
En el mundo sobran los ejemplos de equipos ganadores, con tradición y fuerte apoyo de aficionados. Estos son los grandes del mundo, sea un Manchester United, un Boca Juniors o incluso un Benfica. Pero también hay equipos que no ganan, pero tienen tradición y afición.
En la liga de España, por ejemplo, hay varios casos. El Rayo Vallecano es de Madrid, la tierra omnipresente del Real Madrid y, por supuesto, también del Atlético de Madrid. Va penúltimo, compite con dos gigantes y aún así en los primeros siete partidos de la temporada 2012-2013 ha llevado 10.228 espectadores a su coqueto estadio en Vallecas, populoso barrio madrileño. El Levante es otro ejemplo. Un equipo cuya mayor gloria fue quizás el paso de un Cruyff cuasi-retirado en la campaña 1980⁄81. Aquello, por cierto, fue un fracaso deportivo. Sólo 7 temporadas ha estado el Levante en primer división. Sin embargo, en los primeros 7 partidos de esta temporada el Levante ha llevado un promedio de 15.845 espectadores por partido.
En la liga inglesa el equipo con menor promedio de asistencia es el Queens Park Rangers, 17.718 por partido. En Italia el equipo de menor asistencia promedio es el Cagliari con 8.930 espectadores por partido. Pero este es un histórico donde jugó el gran Gigi Riva, el máximo goleador en la historia de la selección italiana. Hace muchos años no tiene protagonismo, pero otros como el Catania, cuya historia ha pasado mayoritariamente en la serie B lleva en promedio 13.398 espectadores. En Francia, el equipo de menor asistencia es el AC Ajaccio, equipo de la isla de Córcega donde 7.239 personas han asistido esta temporada a su estadio.
En Argentina, está temporada, el equipo con menor asistencia fue el Arsenal con 8.833. En Bolivia, el equipo con menor asistencia promedio La Paz FC, con 1.926 espectadores. En Colombia en la fase regular, Equidad llevó 978 espectadores, Huila 1.578, Itagüi 2006.
¿Por qué en Colombia la asistencia es tan paupérrima? Una hipótesis es que la primera división se está llenando de equipo sin tradición. A diferencia de los casos mencionados arriba, Equidad o Itagüi no son equipos que generen un sentido de pertenencia. La excepción sería a los ejemplos expuestos anteriormente sería La Paz FC que, revisando su historia en la Wikipedia, se fundó en 1989. Sin embargo, en años anteriores su promedio de asistencia siempre superó al del Huila que lleva ya varios años en la A y además debería crear identidad pues es el único equipo competitivo del departamento del Huila.
Definamos equipos sin tradición en Colombia a aquellos equipos que cumplan al menos dos de las siguientes características: (i) fundados relativamente hace pocos años, (i) sin mayor experiencia en primera división y (iii) que deben compartir su afición con equipos grandes. Bajo este criterio, sin tradición en la primera división colombiana serían Equidad, Itagüi, Envigado, Chicó y Patriotas. En el Finalización 2012, el promedio de asistencia de estos equipos fue 2.821 espectadores por partido.
En Colombia, de cara al 2013, acaba de ascender el Alianza Petrolera de Barrancabermeja. Un equipo que mientras jugó en Barrancabermeja no tuvo nunca opción real de ascender. Sin embargo, recientemente recibió el apoyo de la Organización Ardila Lule, la misma propietaria del Atlético Nacional y patrocinadora principal del torneo. Una vez en primera se le está buscando acomodo para jugar en Bucaramanga, no en Barrancabermeja ni en Guarné, Antioquia donde jugó el segundo semestre de 2012. Las perspectivas de poder llevar una asistencia razonable al estadio son pocas. El Atlético Bucaramanga, hoy en la B, es un equipo de gran tradición en el fútbol colombiano, y sin duda propietario del corazón de buena parte de los hinchas de la ciudad. Alianza jugará allí, y poca ilusión creará.
En Colombia la asistencia es baja porque no hay sentido de pertenencia de los equipos. Y no hay sentido de pertenencia porque las categorías inferiores, la B, la C, la D, no existían hasta hace pocos años. El sistema de ascenso en Colombia no se implementó hasta 1991, cuando subió el Envigado. La categoría C es bastante difusa y, desde luego, no existen torneos regionales.
En España, la primera y segunda división son nacionales. La segunda B, es de regiones amplias. La tercera división ya es regional, así como la siguiente que se denomina regional preferente. Según el número de equipos, hay después, primera, segunda y tercera regional. A medida que se desciende de categoría la región es más pequeña para facilitar los desplazamientos que suelen realizarse, por supuesto, en el mismo día de partido.
En esencia, todo pueblo tiene un equipo de fútbol y hay clásicos en las más variadas regiones. Hace muchos años, por ejemplo, tuve la oportunidad de ser participe de un gran clásico en la Sierra de Huelva entre el Cortegana y el Aracena. Tres buses viajaron de Cortegana a Aracena para apoyar el equipo del pueblo. Si un día, alguno de estos equipos sube a 2B o segunda, tendrá una base importante pues habrá identidad.
En Colombia esto no existe. No hay un torneo organizado por categorías. No ayuda la paupérrima infraestructura de carreteras que existe en el país, pero tampoco ayuda la organización en el fútbol aficionado colombiano. Así sucede que se arma un equipo en Barrancabermeja, termina jugando el ascenso en otra ciudad y cuando asciende se va a una tercera ciudad.
Estos equipos, Equidad, Itagüi, Chicó y Alianza Petrolera por supuesto no son más que negocios de empresarios interesados en hacerse ricos vendiendo futbolistas a cualquier mercado que les ofrezca un puñado de dólares. El poder de estos empresarios es tal que son capaces de situar el equipo en la primera división, pero sin ningún interés en promover el espectáculo deportivo, sin ningún proyecto deportivo de largo plazo. El sacrificado es el fútbol colombiano. Se ven vacíos los estadios, no hay sentido de identidad, no hay competencia deportiva.
El ascenso del Alianza es perpetuar la problemática. Su ascenso no va a aportar nada al fútbol profesional colombiano. Su presencia en Bucaramanga no aportará nada al hincha de fútbol local. No es un problema del Alianza, ni de sus futbolistas que se ganaron el ascenso en el campo con todos los méritos. Es un problema de la estructura del deporte rey en Colombia que requiere pensar en fomentar el interés deportivo del torneo, no en fomentar el bolsillo del empresario de turno.
La mitad de equipos en Colombia llevan menos de 5.000 espectadores por partido. Pasaremos de equipos sin afición a liga sin afición.